Las Cuato Plags

HISTORIA DE LAS CUATRO PLAGAS DEL PUEBLO DE URU

La leyenda a partir de la cual se genera el carnaval de Oruro-Bolivia, nos retrata la configuración de cuatro seres sagrados (Wak’as) y un “semi-Dios” (Achachila) de la mitología andina, de nombre WARI, aún vigente en el imaginario de los pueblos indígenas del occidente boliviano. WARI, deidad en la tradición andina, decidió castigar a los URUS, habitantes muy remotos de esta región Cordillerana, por que no habían seguido las nuevas normas sociales de conducta que él les entregó.

WARI, en su afán de castigar a los URU por rechazar dichas normas, desencadenó su furia ante ellos enviándoles una gigantesca serpiente (Katari) que se asomaba por el Sud de la población URU para exterminar a sus arrepentidos moradores. Por el Norte envió a un gigante sapo (Toqo Jamp’atu). Por el Este, una verdadera plaga de hormigas (K’isirmitas) hambrientas y por el Oeste, un monstruoso Lagarto (Jach’a Jararanku), con el fin de exterminar a los pobladores de esa región.

En ese instante atendiendo el clamor de los URU, hizo su apariciónuna una bella Ñusta (princesa indígena), considerada en el mito, relatado en la colonia, como la Virgen María (Pachamama), quien en lucha denodada derrotó a todos estos seres y también al temible WARI y puso nuevamente en equilibrio la sociedad y la naturaleza.

Este retorno al equilibrio (Qama) se denomina Pachakuti.Dice la leyenda que, vez derrotado WARI, sucumbió buscando morada en lo más profundo de la tierra; en tanto el Sapo, la Serpiente y el Lagarto fueron convertidos en piedra y las Hormigas en Arena claramente identificados en nuestros días en el Departamento de Oruro-Bolivia.

En efecto, la Serpiente partida en dos se encuentra en un risco rocoso en la montaña donde está la capilla de Chiripujio. El Sapo convertido en piedra se encuentra al pie del cerro San Pedro. El Lagarto se muestra en las aguas de la laguna de Cala-Cala donde murió en el charco de su propia sangre.

La legión de Hormigas fue convertida en dunas de arena que cubren las afueras de la ciudad.La bella Ñusta (Pachamama), según los historiadores, devino en la Virgen del Socavón (patrona de los mineros), y quedo plasmada en una hermosa imagen que pervive hasta el presente, para proteger a los mineros que podían ser víctimas de la maldad y astucia de WARI, que hoy, vencido y humillado cuida las riquezas minerales en las entrañas de la tierra.

En principio, la presencia de WARI en los socavones mineros despertó temor y desconfianza, pero no tardaron los mineros en identificarlo como un ser que te provee de minerales siempre que le muestres profundo respeto. De esta manera, WARI fue incorporado al imaginario del minero, quienes lo llaman "tío".

El “tío” por tanto es dueño de las profundidades de la tierra, y es a él que se le debe pedir

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