Las Miserias Del Derecho Penal

LAS MISERIAS DEL DERECHO PENAL

Como ver el derecho, personalmente es algo de gran respeto, y la forma que tenemos las personas de poder a acceder a una prerrogativa, y muchos no accedemos a éste, por ignorancia o porque acceder a los beneficios de la justicia es costoso desde el punto de vista de los honorarios que cobren los abogados.

Hablando en materia penal, que digamos, es el derecho más visible a la luz del mundo, por su carácter público y por las decisiones que se tomen por parte del juez en sus providencias ya que se trata de la libertad de una persona, pero también se trata de la trasgresión de un bien jurídico tutelado. Es asi como el autor en su análisis inicial del proceso penal habla de una diversión, se ventilan casos fuera de lo común para salir de la rutina, conductas que causan asombro en una sociedad y que precisamente por tener este apelativo se apartan de cualquier conducta y se convierten en una palabra compuesta o mejor dicho en una frase “conductas punibles”.

Es cosa de la sociedad convivir bajo unos parámetros consensuales, donde reine la paz y la prosperidad, donde se profesa el amor al prójimo, de esto se trata la civilidad, a la que se refiere el texto, pero como esto no es posible ya que se presentan las diferencias y las discordias, donde sus resultados son lesivos para la vida, honra y bienes de sus asociados, es necesario activar el aparato judicial en materia penal.

Ahora entrando a ventilar el primer capítulo de esta obra, que se refiere al traje o más bien a la investidura, que representa una persona cuando imparte autoridad, me refiero a la Toga que no es más que la forma de distinguir dentro de un proceso, a aquel que lo administra y lleva a su término.

En Colombia solo utilizan toga los jueces y magistrados que imparten justicia en nombre de la ley y por mandato de la constitución, y entra a dirimir el conflicto que se suscita entre la defensa y en ente acusador (Fiscalía). Finalmente alguno de los dos sale victorioso y por ende el otro derrotado, pero lo que realmente importa es si se ha restablecido el derecho; tal vez no pero, la satisfacción de la víctima era que el otro pagara por su crimen, o desde el otro lado de la mesa, se juzgo conforme a la realidad del asunto? Bien sabemos que jurídicamente hablando nos enfrentamos a dos verdades: la verdad procesal y la verdad real y no siempre obtiene el derecho quien tiene la verdad. Aquí entra a jugar un importante papel la justicia divina para los crédulos. Esta persona investida de autoridad con su toga falló y condeno al procesado por 15 años de prisión, siendo este último inocente, si el juez se llegara a dar cuenta de la injusticia, obviamente dirá: “las pruebas arrojaron la sentencia dictada” Pero en el fondo de su corazón no retumbará su conciencia?

De esta forma quiero adentrarme a la posición del preso que bien diferencia el texto al afirmar que no

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