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Literatura


Enviado por   •  15 de Marzo de 2013  •  1.405 Palabras (6 Páginas)  •  405 Visitas

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He aquí un análisis estructural de mi autoría acerca de la obra paradigmática de Borges. También lo colgué en la Wikipedia, editando un artículo viejo malísimo que sólo recogía el argumento de la forma más burda. Así que si lo ven allí y les sirve, ya saben a quién agradecer.

En este cuento, que se ha convertido en casi un culto, se puede reconocer toda la literatura borgeana, de tal forma que se lo puede designar como el cuento paradigmático de la vasta biblioteca borgeana, abrevando en la ironía, el juego con el lenguaje y la erudición –tanto verídica como apócrifa-. Esto último se deja entrever, por ejemplo en las epígrafes iniciales, en los cuales se cita a Hobbes y Shakespeare, y en la postdata de 1943, en los cuales se hace una supuesta investigación acerca de otros Alephs, citando a autores históricos como Pedro Henríquez Ureña, Burton, Luciano de Samosata y Abenjaldún.

HACIA UNA INTERPRETACIÓN

El cuento ha sido objeto de numerosísimas interpretaciones y trabajos, hecho que lo ha posicionado muy favorablemente en el campo literario, si bien en el caso de Borges, él mismo ya estaba muy bien posicionado allí. Sin embargo, muchos de ellos están muy alejados de lo que dice el texto en sí mismo, y pierden la perspectiva irónica registrada por Borges, perdiéndose en enormes divagaciones metafísicas acerca del posible existencialismo del texto, y cuestiones similares. Una perspectiva quizás más acertada habría que ubicarla por el lado del humor manejado por Borges. Esta lectura se basaría tanto en declaraciones del mismo Borges, en las cuales expresaba la diversión que le había generado escribir el texto, como en el uso satírico del lenguaje de los malos poetas, como el mismo Daneri, que resulta exagerado, pomposo, y de la torpeza explícita de sus personajes y sus sentimientos. Desde todo punto de vista, la obsesión del Borges ficticio con la imagen de Beatriz, su culto hacia ella y su fracaso literario resultan humorísticos por el absurdo. En este punto encajaría también con cierta capacidad de los existencialistas de mostrar un cinismo por el absurdo, de volver risibles situaciones que no lo son (como por ejemplo, el hecho de que Borges renunciara al Aleph por mera venganza). Por supuesto, las lecturas "serias" se verían justificadas por la erudición demostrada por Borges en todo momento, pero también se podría ver como una burla (una de las más usuales de Borges) hacia la credulidad en la erudición, ya que en verdad dentro del cuento mismo y en muchos otros textos, expresa la futilidad de la experiencia del conocimiento humano, y lo ubica como una consrucción. Si el universo es infinito y hay infinitas cosas por conocer, necesitamos un tiempo y una capacidad infinita para asimilarlas. Teniendo un Aleph, que puede transmitir todo el conocimiento imaginable instantáneamente, y mostrando un acto de renuncia hacia él, la erudición misma queda invalidada por la contradicción.

Presenta numerosas posibles interpretaciones, entre ellas la que plantea una lectura desde el existencialismo, basada en la idea de la incapacidad del ser humano de enfrentarse a la eternidad presente en muchos de los cuentos borgeanos, y su lectura y manejo de autores preexistencialistas como Sörem Kierkegaard, Franz Kafka, y Schopenhauer. Las interpretaciones metafísicas están avaladas desde la mera utilización de la letra sagrada Aleph, que podría ser tomada también como una insistencia de Borges como admirador del judaísmo, tema recurrente en él.

Análisis estructural

“El Aleph” contaría con una estructura organizada y bien definida, un paraíso para los Barthes que anduvieran dando vueltas por ahí.

El cuento está narrado en una perspectiva en primera persona particular, en una puesta en abismo en la cual la voz del narrador se identifica con la del autor y la del protagonista del cuento, que se identifica como Borges: “Beatriz, Beatriz Elena, Beatriz Elena Viterbo, Beatriz querida, Beatriz perdida para siempre, soy yo, soy Borges”. Con esta estrategia, Borges pretende, al incluirse en el texto, confrontar al lector con una representación ficticia de sí mismo, con un objetivo preciso y teóricamente desconocido por el protagonista del cuento. Gracias a esta mise-en-abîme, pues, el autor sugiere la indefinición entre los márgenes muy borrosos de lo real.

Los personajes son:

1. Borges, una imagen ficticia, tímida y torpe del mismo autor, que a su vez ejerce la voz del narrador.

2.

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