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Los argonautas del pacifico occidental


Enviado por   •  7 de Septiembre de 2015  •  Ensayo  •  3.117 Palabras (13 Páginas)  •  1.187 Visitas

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Introducción:

El siglo XX es un siglo vertiginoso. Marcado por las guerras y el desarrollo de la tecnología y las ciencias, este período,  hijo de la revolución francesa, vio la necesidad de desarrollar conocimiento en donde el ser humano y la “experiencia humana” pudieran ser entendidos a través de enfoques científicos. Con esto, las distintas disciplinas que ya habían surgido a fines del siglo XIX logran adquirir autonomía unas de otras y especializarse según su objeto de estudio y método de investigación. Nacen, entre otras disciplinas, la psiquiatría, psicología, sociología y finalmente la antropología, la ciencia social que estudia al ser humano de una forma integral. Para abarcar la materia de su estudio, la Antropología recurre a herramientas y conocimientos producidos por las ciencias naturales y otras ciencias sociales. La aspiración de la disciplina antropológica es producir conocimiento sobre el ser humano en diversas esferas, pero siempre como parte de una sociedad. De esta manera, intenta abarcar tanto la evolución biológica de nuestra especie, el desarrollo y los modos de vida de pueblos que han desaparecido, las estructuras sociales de la actualidad y las diversas expresiones culturales y lingüísticas que caracterizan a la humanidad. E ahí una de las necesidades más trascendentales de la existencia de esta disciplina; acercar las experiencias de vida  y las dinámicas de todas las sociedades y pueblos repartidos en el tiempo y el espacio. La antropología aporta al saber humano extrayendo sus conclusiones de las comparaciones, diferencias y similitudes, que encuentra en su investigación, extrapolando de esta forma todo lo que se encuentra en la generalidad de la especie humana y constituyendo así lo que intrínsecamente nos caracteriza.

Bajo este contexto en el año 1922 y cuando la antropología aún era una ciencia recién nacida, aparecerá el antropólogo Branislaw Malinowski y su libro “Los argonautas del pacifico occidental” en él, Malinowski dotará a la disciplina antropológica de una de sus características más notorias, esto es, su trabajo de campo. La gran lección que se encierra en Los argonautas del Pacífico occidental es que no es posible el conocimiento antropológico si el investigador no se “sumerge” en la vida de la comunidad objeto de su estudio. Esto que hoy parece tan elemental no lo era tanto en la época en que Malinowski decidió viajar a Nueva Guinea, hacia el archipiélago de las islas Trobiand a fin de dar cuanta sobre el estilo y visiones de vida, las instituciones, la magia y cultura y particularmente sobre el peculiar sistema de comercio que mantenían los pueblos canoeros de esa zona con las tribus que habitaban en las islas colindantes, y como este repercutía en distintos ámbitos sociales de las tribus participantes, a tal punto que su envergadura penetraba al interior de Nueva Guinea y ejercía una influencia indirecta sobre distritos lejanos.

El método y el inicio del viaje:

En primer lugar cabe decir que la decisión de Malinowski de viajar e internarse él mismo en las islas para estudiar a los nativos fue en parte forzada. En 1914, a poco de estallar la Gran Guerra, Malinowski se hallaba en Inglaterra y al ser súbdito austríaco, ya que Cracovia era su ciudad natal, pertenecía entonces al Imperio austrohúngaro, por lo que podía ser llamado a filas en cualquier momento. A fin de evitar esa posibilidad, se embarcó hacia Nueva Guinea, en la Melanesia. De todas formas, él mismo diría tiempo después, que el tedio de la vida académica, el deseo de aventura, y el cansancio de las formas de vida que impone la civilización mecanizada también fueron motivantes de su viaje. Esto es necesario esclarecer ya que antes de él había escasos antecedentes de trabajos de campo igual de exhaustivos y demandantes. De esta forma Malinowski fue artífice y pionero de su propio método de investigación, que luego pasaría a ser indispensable para el desarrollo de la antropología y etnografía moderna, o sea la observación participante. Pero solo llegar con los melanesios no era suficiente. El científico ya viviendo entre ellos, comenzó a organizar y sistematizar la información que obtiene por parte de los indígenas y para esto se basa en cuatro puntos importantes. Primero y como ya vimos, era de vital importancia que el etnógrafo fuera uno más entre lo sujetos que serían parte de su estudio, sólo así se podría obtener información verídica y significativa para este, pero lo más importante es que esto permitiría al científico conocer el lenguaje de los indígenas y por ende entender a través de su propia lengua el mundo. En tercer lugar, y a propósito de ya dominar la lengua indígena, Malinowski, conocedor del psicoanálisis de Freud, consideró necesario poder contrastar todo lo que los indígenas “hacían” con lo que los indígenas “decían sobre lo que hacían”, esta era una herramienta imprescindible para poder acceder de alguna forma a la psiquis de los indígenas y así poder entenderlos mejor. Esta misma contrastación de actitudes y lenguaje era el medio preciso para identificar y estudiar las consecuencias y contradicciones culturales y psíquicas que afectaban al hombre indígena, como individuo y como tribu. Finalmente, el cuarto punto trataba sobre la manera ideal de tomar notas de campo y  si era aconsejable y en qué forma era necesario recopilar la información estadística que acompañaría el estudio.

Todo esto fue pensado por Malinowski cuando ya convivía entre los trobriandeses, y fue el mejor camino que encontró para poder socializar de mejor manera con los indígenas mientras realizaba su investigación, lo que le permitió poder definir de mejor manera dónde, cómo y qué se debe observar y escuchar.

Ahora bien, este trabajo etnográfico también es importante porque lo estudios realizados a pueblos tan distantes no eran muy comunes en esa época, sobre todo con la innovación metodológica que este significó. Lo que si era común era una extendida visión etnocentrista del mundo en donde este tipo de culturas eran consideradas como “salvajes” desprovistas de cualquier clase de organización y desarrollo y en cualquier caso inferiores al del hombre occidental. Nada más lejos de la realidad. Con su libro, Malinowski constata un rico pueblo trobriandes, que contaba con instituciones altamente complejas, y que su derecho, su economía o su religión, por ejemplo, obedecían a sutiles y elaboradas normas perfectamente comparables a las de los países occidentales, teóricamente más avanzados. De esta forma es necesario conocer un poco mejor a los trobriandes para poder entender de qué manera Malinowski entendía la formación del entramado conductual y cultural que caracteriza a las distintas sociedades.

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