Maltrato animal en Venezuela

El maltrato animal en Venezuela se ha convertido en una realidad visible para muchos e ignorada por casi todos

En Venezuela existen unas 70 organizaciones dedicadas a dar refugio a animales abandonados. Estos grupos se manejan con fondos propios, hacen potazos o eventos para promover la tenencia responsable y, a la vez, generar ingresos. También, durante sus diferentes jornadas, piden colaboraciones tales como alimentos, medicinas o insumos quirúrgicos. Todas afirman que el mayor gasto son las hospitalizaciones, cuando el animalito así lo requiere.

“Se viven historias muy tristes, desde zoofilia hasta perros o gatos quemados y degollados.

También hay algunos adoptantes que terminan botando al animal al ver que estos no se acostumbran rápidamente a sus nuevos hogares. Es complicado educar al colectivo, pero no es imposible.

“La gente vende o regala animales y no considera a quien se los entrega. Luego, por no saber educarlos, se convierten en un problema: van siendo regalados de manera sostenida hasta que van a parar a la calle, reproduciéndose de manera indiscriminada. Debemos elevar el nivel de conciencia, educar sobre la tenencia responsable de animales domésticos dentro de un marco legal justo, que se haga respetar. También debemos enseñar a los niños a respetar a todos los seres vivos y entonces tendremos humanos que respeten el ambiente”.

“El primer maltrato está en la calle”, es la respuesta crucial que arroja Leyda Negrín, politóloga, proteccionista y conductora del programa Patas y narices. “No hay lugares que reciban a los animalitos para luego darlos en adopción. Puedes tomar las puertas en algunas organizaciones, pero ellos no están en la obligación de recibírtelos porque todo depende de su capacidad, sus recursos, su experticia.

Hay que desmontar varios mitos e insistir en la esterilización de los animales como una solución a la problemática que vivimos. Además, este procedimiento aumenta la esperanza de vida: con la esterilización evitas posibles enfermedades, reduciendo la incidencia de tumores. En las hembras previene las infecciones en el útero y quistes en el ovario; y en los machos problemas de próstata y otras enfermedades.

Todos los consultados afirman que hacen falta campañas educativas que le hagan entender a la gente que es absurdo comprar un animal porque es de raza, o porque es más bonito, cuando pueden darle la oportunidad a un animal que está en situación de calle. Deberían existir Centros de Diagnóstico Integral (CDI) para los animales en todos los estados.

En este mismo sentido surgió hace algún tiempo la idea de crear la “Misión Nevado” (sí, Nevado, como el perrito del Libertador Simón Bolívar). “La misión incluiría la creación de la cátedra de Veterinaria en la Universidad Bolivariana de Venezuela y la consolidación de un sistema como Barrio Adentro para animales, así como la promulgación de normas que ayuden a disminuir el sufrimiento de los animales que son sacrificados para el consumo humano en los mataderos del país. Pero aún el proyecto no ha logrado consolidarse”.

“Hace unos dos años se fueron haciendo varias propuestas de ley que debían ser presentadas a la Asamblea Nacional. El último proyecto que caló fue uno que presento Asoproani Táchira. Ese proyecto causó muchas polémicas porque los articulados planteaban la prohibición de las corridas de toros, de las peleas de gallo, que los circos fueran de animales y, por supuesto, salieron todos los intereses afectados a protestar,

incluso los practicantes de la religión yoruba. ¿Qué pasó? Hubo dos discusiones a puertas abiertas, pero la última fue a puerta cerrada y ahí muchas cosas fueron cambiadas o dejadas por fuera. Es una ley llena de vacíos”.

Según la no muy alabada Ley de Protección de la Fauna Doméstica Libre y en Cautiverio, que entró en vigencia el 4 de enero de 2010, los animalitos abandonados en las calles del país son competencia de las autoridades municipales (alcaldías) a través de las unidades de gestión, centro de rescate, recuperación y atención de fauna doméstica con personal calificado, pero en la realidad estas unidades ni siquiera han sido creadas.

“En Venezuela hay más de 300 municipios, entonces debería haber más unidades y cada una con características distintas, porque hay problemas de fauna doméstica y otros de fauna silvestre, y son totalmente diferentes: hay tráfico de especies en extinción o gente que quiere tener guacamayas o morrocoyes

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