Maria Francisca De La Llagas

“La espiritualidad y carisma de María Francisca De Las Llagas Cornejo”

Cuando hablamos de María francisca de las llagas Cornejo, hablamos de una mujer virtuosa llena de carisma, era tal su espíritu lleno de fe que podríamos decir que toda ella estaba completamente entregada al Señor, que todo su ser hablaba de Dios siempre con humildad y amor a él. María Francisca De Las Llagas fue la imagen perfecta de predisposición del sacrificio y abnegación, en ningún momento quiso dejar su compromiso cristiano. Deber sagrado era para nuestra Madre sus deberes de amistad y gratitud, nunca dejo de orar por las comunidades, siempre se dedico a seguir los presagios que el Señor le había deparado, a pesar de todos los obstáculos que existieron en su vida, obstáculos que siempre los tomaba de una manera ecuánime probando así el dominio que había logrado sobre sí misma, dolores que los supo aceptar porque el único objetivo que tenia era dedicar su vida completamente al Señor Jesucristo rindiéndole un permanente homenaje de desagravio y reparación a su divina Majestad.

Nuestra madre fundadora desde muy pequeña fue formando su fervor y carisma con Jesucristo, ya que desde su más temprana edad se educo en el santo temor de Dios, es decir que sentía un gran respeto a la voluntad del señor, esto con el andar del tiempo y la edad se iba haciendo cada vez mas consciente, era una niña llena de cualidades, nunca ofendía a nadie, siempre sintió el deseo de superarse y ser una mejor persona al mismo tiempo que sentía cada vez mas esa devoción eucarística que tanto le atraía en su espíritu. El Señor fue plasmando en ella una personalidad íntegra y espiritual, para el cumplimiento de la misión que él le tenía reservada. Francisca De Las Llagas sintió el llamado de servir a Dios susurrando en su corazón “Hágase tu voluntad en la tierra como en los cielos”. Muy contenta nuestra madre servía a Dios, por este motivo se planteo el objetivo de suscitar en la iglesia de Jesucristo un nuevo instituto de vida consagrada, dedicado a rendir un homenaje permanente de desagravio y reparación a la divina majestad del Señor el cual había sido profanado por lo mismo hombres.

Su espiritualidad conmovida por las profanaciones del augusto sacramento de la eucaristía en Riobamba la condujo a dedicarse de por vida a repararlos y a fundar el instituto con el carisma que siempre la caracterizaba, desde entonces el misterio eucarístico es el centro de su espiritualidad, siempre siguiendo de cerca al Señor Jesucristo en pobreza, castidad y obediencia, siendo también su trilogía Franciscana la pobreza, abnegación y humildad. Nuestra madre siempre tuvo un carácter muy vivo alegre y de mente clara, el horror al pecado la inducia a ser muy vigilante consigo misma y respecto a los demás a la conversión de los pecadores, también su gran espíritu la llevo a querer educar a niñas para enseñarles la piedad,

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