Mosaiquito Verde Dann

En «El mosaiquito verde», de Gustavo Díaz Solís, nos muestra la transición de Enrique entre la niñez y la adolescencia. Ese mosaiquito que se convierte en el confidente y buzón de los dos enamorados, Enrique y Luisa, quienes lo usan para poder enviarse cartas sin que nadie se enterara. Pero no todo se reduce a que los padres de Luisa se opondrían a la relación, también entran en el juego el hermano de ésta y Ernesto, quien está interesado también en la chica. Enrique tendrá que enfrentarse a ellos y tratar de defender su amor por Luisa.

Luego de haber dado un poco más de información, paso a decirles qué me pareció la historia y los personajes. Gustavo Díaz Solís sabe crear un ambiente donde la naturaleza y todo lo que rodea a los personajes se funden en matices, a veces hasta con los mismos sentimientos de los personajes. Igualmente, el cuento presenta una forma circular, por decirlo de alguna manera: Enrique comienza patinando, sólo, en una tarde gris y termina del mismo modo, patinando solo en una tarde gris.

Como es un cuento, es decir, la narración y los hechos están concentrados en una corta extensión, los personajes y sus historias, temores y miedos no toman tanto realce como si fuera una novela. No obstante, el cuento deja entre ver lo suficiente como para saber unas cuantas características de los personajes. Enrique es más, en cierto modo, "a la ligera". No le importa mucho lo que la gente le diga; mientras que Ernesto es más "niño rico", por eso los padres y el hermano de Luisa lo aceptan.

Luisa, por otra parte, me parece una niña malvada, vil, muy superficial. Para los que lean el cuento lo entenderán, porque a esta definición se llega cuando lees el final.

La trama está bien. No tengo mucho que decir acerca de la trama. Hay que hacer notar que el cuento está ambientada en otra sociedad, y, por otra parte, me ha encantado que muestre cómo hablan las personas y no cree diálogos que parecen irreales donde pronuncian cada letra y no se comen vocales.

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