Nombre y Concepto del Estado.

Universidad Nacional Autónoma de México[pic 1][pic 2]

División de Universidad Abierta

Facultad de Derecho

Teoría General del Estado

Unidad II. La Historia de la Teoría Política

Control de Lecturas

4a. “Nombre y Concepto del Estado”

Presentan: 

Facilitador: Francisco Javier Olivares Salazar

Nombre y Concepto del Estado

Desde el comienzo de nuestra investigación gnoseológica de lo político hemos venido esforzándonos por aproximamos a esa  realidad  humana por los caminos que nos han parecido de más inmediato acceso. Tomamos, desde  luego, la vía de nuestras  propias  vivencias  internas  la vía de la experiencia vulgar, que cualquier hombre puede  tener-  para captar, en una primera visión  panorámica,  fenoménica,  la entidad  misma del Estado. Y la sometimos a los distintos tipos y modos de saber para determinar cómo podíamos tener un conocimiento más cabal y preciso  de ella. Ahora vamos a tomar  otro  camino.  Un  camino  de análisis  gramatical y lógico que nos será muy útil,  porque  del  uso  de  las  palabras  se viene a conocer la realidad  de las cosas.

El  término  Estado,  para  designar  la  organización  política  fundamental  de  los hombres,  es de  acuñación  relativamente  reciente  en  la historia de la cultura occidental. Se remonta apenas al renacimiento  humanista  de los siglos xv y XVI  en  Italia.  Y  sirve  para  denominar  ese  tipo  histórico que hoy  conocemos  y  estudiamos  como  el Estado moderno.

Pero el fenómeno  político,  en  sus  rasgos  esenciales,  ha  existido  des­ de los tiempos más remotos de la evolución humana. Y ha ido recibiendo, en el transcurso  del  tiempo,  diversos  nombres  que  nos  dan  a  entender las variadas formas que ha adoptado en su desarrollo múltiple y complejo.

Aparentemente difieren  entre sí y aun se contradicen.  Sin embargo, si se les observa más cerca,   se  advierte  que  en  el  fondo hay  una  coincidencia  sustancial  y que sus  divergencias  se  deben  a  que  consideran  bajo  un  ángulo  distinto compleja  realidad  del  Estado.  Hay  diversidad  de  criterios  de  ordenamiento, diversidad de perspectivas y diversidad de métodos, y de allí brota diversidad  de las  definiciones.

El  profesor Sánchez Agesta, en  su  obra  fundamental,  Principios   de la Teoría Política, estima atinadamente  que  pueden  perfilarse  cuatro  posiciones fundamentales desde las cuales se aborda el concepto del Estado : deontológica, sociológica,  jurídica  y  política.  Todas  estas posiciones  presentan coincidencias respecto de los elementos más generales del concepto específico, pero difieren al señalar el carácter que sella la individualidad Estado.

Las definiciones deontológicas, como su nombre mismo lo indica, son aquellas  que no proponen  una  idea  del  Estado  determinándolo  por  un contenido  específico  de fines,  normas  o valores  que  debe realizar.  En posición puede advertirse una doble corriente: la del iusnaturalismo racionalista,  que insiste en pedir para  el Estado un fin o un valor concreto  que debe realizar para merecer tal calidad; y la del iusnaturalismo inspiración  aristotélico tomista,  que considera también necesario incluir el fin al que tiende el orden político  como elemento básico  de la definición del Estado, pero más ligado con la esencia del mismo que con la voluntad.

Pero, sin duda,  el modelo  de las  definiciones  sociológicas  del  Estado es la de Max Weber. En  su opinión,  no es posible  definir  el Estado por su fin, porque todos los fines que se pueden atribuir al Estado han sido también perseguidos por otras formas de unión social. Hay  que  recurrir, pues, al medio que es específico  del Estado, o sea, el poder como mono­ polio, y  a  los  demás  caracteres  que han  sido propios  de  él.  Resulta  así el Estado, "un orden jurídico administrativo (variable en virtud de disposiciones fundamentales) al cual se  orienta  el  obrar  realizado  en  función del grupo  por  un  cuerpo  administrativo  y  cuyo  valor  se  reclama no sólo para los miembros de la comunidad, sino para todo obrar que se realice en el territorio dominado". Resaltan como elementos de esta definición, el poder monopolizado territorialmente; la existencia de un orden jurídico   y  administrativo  que  descansa  en  disposiciones  fundamentales ; y la existencia de un cuerpo administrativo que está  al  servicio  de  eso orden.

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