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Octavio Paz


Enviado por   •  13 de Mayo de 2014  •  7.458 Palabras (30 Páginas)  •  429 Visitas

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La vida de un escritor y poeta tiene diversas contradicciones, pero un verdadero escritor debe manejarlas; uno de ellos es el poeta mexicano Octavio Paz, que supo llevar su vida de escritor y poeta y combinarla con ser un político de alto criterio.

Poeta y ensayista mexicano nacido en Mixcoac, Ciudad de México en 1914, Octavio Paz es considerado en el mundo de la literatura como un gran escritor que ha plasmado en sus obras varios sentimientos de tipo vanguardistas y surrealistas de una manera excepcional.

Octavio Paz fue parte de una gran generación en el mundo de las letras; algunos escritores y amigos pertenecieron a esa generación, entre otros: Pablo Neruda, Vicente Huidobro, Alejo Carpentier, Andre Bretón y Elena Poniatowska. Pero también compartió ideas con pintores como: Frida Kahlo y Diego Rivera, entre otros. Fue uno de los grandes poetas de la lengua castellana, también fue catedrático y conferencista.

Participó en la vida política de México, al ser embajador de la India, país que le llamó la atención por su belleza exótica. Fundó varias revistas y participó en grandes eventos; también recibió grandes premios por sus poemas y ensayos y recibió varios homenajes antes de su muerte, aunque por un largo plazo no se supo nada de él, eso no significó que nadie se interesará de nuevo en sus obras.

Octavio Paz es uno de los grandes escritores de nacionalidad mexicana, que antes de su muerte había sido considerado y aclamado como uno de los más grandes escritores de su tiempo, nos ha brindado el legado de sus obras que han dejado huella en la literatura de México y del Mundo.

Recibió educación primaria en colegios ingleses y franceses de la misma ciudad.

Desde muy joven empieza ha colaborar en diversas revistas y ya mostraba interés en el mundo de las letras; y en 1933 publica su libro de poemas Luna Silvestre.

En el año de 1937 contrae nupcias con la escritora y dramaturga Elena Garro (q.e.p.d.), de quien más tarde se divorciaría. En el mismo año publica No Pasarán, Bajo tu clara sombra y otros poemas sobre España; Raíz del Hombre.

Fue invitado a España en plena y devastadora Guerra Civil, al congreso de escritores Antifascistas con el campechano Juan de la Cebada, coincidiendo con Nicolás Guillén, Pablo Neruda, Vicente Huidrobro y César Vallejo, entre otros vanguardistas partidarios de la República Española.

En 1938 llega a París y se vincula con Alejo Carpentier, participando en el movimiento surrealista y la doctrina existencialista.

En 1941 pública Entre la Piedra y la Flor. En 1944 le otorgan la beca Guggenheim y permanece un año en Estados Unidos, a su regreso a México ingresa al servicio Diplomático: Francia, Japón e India, hasta que en 1968 renuncia como protesta a la matanza de estudiantes y al pueblo de México, del 2 de octubre, ordenada por el presidente Díaz Ordaz en la plaza de Tlatelolco.

En 1955, con Leonora Carrington, Juan Soriano y Juan José Arreola funda el grupo Poesía en Voz Alta, e inicia sus colaboraciones en: Revista Mexicana de Literatura y El Corno Emplumado, donde practica y defiende las posiciones experimentales del arte contemporáneo. En el año de 1957 recibe el premio de la crítica española.

En 1960 se divorcia de Elena Garro y nueve años después se casa con la francesa Marie José, con quien vive hasta su muerte.

En 1971 funda la Revista Plural, cinco años después, por presiones del gobierno de la República abandona esa revista y funda Vuelta.

En 1977 recibe el premio Jerusalén de la Paz. Dos años después recibe el Águila de Oro del Festival Internacional del Libro.

En 1978 recibe el Ollin Yoliztli y en 1981 recibe el premio Miguel de Cervantes. En 1983 publica Sor Juana Inés de la Cruz o Las Trampas de la fe. Bajo este título se agrupan 12 textos videograbados de la obra de Octavio Paz a lo largo de su trayectoria.

Preside el Consejo Nacional de Intelectuales y Artistas en el año de 1987; y en ese mismo año se le otorga el Méndez Pelayo, otro premio.

En 1988 recibe el homenaje del Instituto de Cooperación de Madrid, España, e inmediatamente después es homenajeado por la Asociación de Poetas sin Fronteras en la apertura del segundo Festival Mundial de la Poesía. También obtiene el premio Toqueville.

Fue hasta su muerte miembro del Consejo para las Culturas y las Artes de México. Director de la Revista Mexicana de Literatura, análisis y reflexión Vuelta, colaborador de numerosos periódicos y revistas de todo el mundo, e impartió diversas cátedras como profesor invitado en universidades norteamericanas y europeas.

Su intensa actividad como traductor contribuyó al conocimiento de numerosos poetas norteamericanos, suecos, ingleses, franceses y japoneses.

Citamos entre su obra poética: “Luna Silvestre” (1937); “Condición de Nube” (1944), “El Girasol” (1948); “Puerta condenada” (1946); “Aguila o Sol” (1950); “Semillas para un Himno” (1954); “Poemas Últimos” (1955); “La Estación Violenta” (1958); “Libertad bajo palabra” (1958); “Salamandra” (1962), “Ladera Este” (1969); “Vuelta” (1976); “Poemas” (1979); “Raíz de un Hombre” y “Arbol Adentro” (1987).

De sus ensayos, los más conocidos son: “El Laberinto de la Soledad” (1950); “El Arco y la Lira” (1957), “Cuadrivio” (1964); “Puertas al Campo” (1966); “Corriente Alterna” y “Claude Levi Stratuss o el nuevo Festín de Esopo” (1967); “Marcel Duchamp o el Castillo de la Pureza” (1968); “Conjunciones y Disyunciones” (1969), “Posdata” (1970). “El Signo y el Garabato” (1973); “Los Hijos del Limo” y “El Mono Gramático” (1974); ” El Ogro Filantrópico” e “Inmediaciones” (1979); “Sor Juana Inés de la Cruz o Trampas de la Fe” (1982); “Tiempo Nublado” y “Sombras y Obras” (1983).

En el teatro dio a conocer: “La Hija de Rapaccini” (1956).

Comentarios (1)

Escrito por Redacción

Lunes, 31 de Marzo de 2014 12:50

Ah Muán Iruegas

Se considera al Octavio Paz maduro como un conservador de derechas. Pero Paz tuvo también cuando joven una veta libertaria y democrática, que en el fondo nunca abandonó y que pertenece a la tradición de izquierda. De ahí que los progresistas mexicanos deberían recuperar el legado de ese izquierdista que Paz fue en su juventud.

Conviene analizar a Octavio Paz, para los fines de este escrito, no tanto como literato sino como pensador y actor político –a su manera. Lo que se intenta a continuación.

Al inicio de su conocido libro “El Ogro Filantrópico”, Paz afirma que le resulta sospechoso “cualquier intento de poner la literatura y el arte al servicio de una causa, un partido, una iglesia o un gobierno”. Pero… ¿acaso nunca hizo este literato algo semejante a lo que aquí crítica?

Por otra parte, calificaba Paz a la literatura moderna, de modo muy acertado, como una literatura crítica, que está en constante lucha contra la moral, los poderes y las instituciones sociales, poniendo como ejemplos a Swift, Joyce, Proust y otros genios de la literatura mundial. La eficacia política de la crítica de un escritor, provendría de su carácter marginal y de no ser un hombre de poder ni de partido, sino un hombre de conciencia.

Al margen de su incuestionable calidad como literato, en este espacio de opiniones políticas, cabe en el centenario del nacimiento del poeta al menos un bosquejo o un par de notas sobre algunas cuestiones relativas al pensamiento y actuar político de Paz.

El principal problema con las ideas políticas de Octavio Paz, es que no constituyen un cuerpo de pensamiento acabado. Paz no desarrolló nunca un sistema de pensamiento político propio y totalmente ordenado y coherente, por lo que no puede ser considerado un pensador político del máximo nivel.

El propio Paz afirmaba que sus escritos políticos no estaban destinados para durar, como recuerda Yvon Granier en la invaluable compilación que hace de los Escritos Políticos de Octavio Paz, editados por Seix-Barral.

No obstante lo anterior, considero que casi todos los escritos políticos de Paz tienen mayor valor que el que él les adjudicaba, pues además de ser ensayos y otros escritos de calidad literaria intrínseca, recogen juicios profundos o revisan coyunturas que a Paz le tocaron vivir. Pudiera adjudicarse parte de esa particular sensibilidad política incluso a la aproximación oracular de los poetas a la realidad, tantas veces referida.

La influencia de los ojos del poeta en el análisis político paziano es una de las razones adicionales que hacen de toda la obra de ensayos y comentarios de Paz, un filón de oro para cualquiera interesado en el análisis político.

Ejemplo de otra cualidad en Paz, es el análisis que en el libro citado hace el ensayista del proceso de burocratización del comunismo, a partir de citas de cartas de León Trotsky. El Paz que parte del género epistolar para adentrarse en las frases precisas del revolucionario ruso, y la claridad minuciosa con que palabra por palabra, como una hormiga de la gramática exhibe el autoritarismo que tales cartas y tales políticas involucraban, es muestra a mi parecer del beneficio que la perspectiva del literato brindó al análisis del discurso político de la época.

En cuanto a su actividad político-ideológica, es difícil a mi juicio reducir a Paz al calificativo que le propinaron su genial contradictor Carlos Monsiváis y otro gran intelectual de izquierda, Carlos Pereyra, que acusaban a Paz de ser un “intelectual liberal”.

Paz mismo afirmó que no se sentía liberal, y que el liberalismo deja sin respuesta a más de

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