Opinion Libros "tejedoras De Destinos"

Esperaba esta novela como agua de mayo desde que oí hablar de ella por primera vez. Sin embargo, aunque ha cumplido mis expectativas –que cada vez iban a menos sin razón aparente–, ha habido algunos detalles que no me han acabado de encajar. Eso sí, está cargada de elementos originales y un mundo propio con mucho potencial que espero que se desgrane mejor en los próximos libros.

Un pequeño error es lo único que separa a Adelice de una vida anodina pero con su familia de convertirse en una hilandera, las mujeres mas envidiadas de Arras gracias a todos los privilegios que les aportan mantener en orden el mundo en el que vive. Los padres de Adelice han tratado de ocultar el extraordinario don de su hija, capaz de tejer sin necesidad de un telar, para mantenerla a salvo de un mundo del que Adelice no sabe nada. Un mundo cruel, en el que unos pocos se encargan de decidir lo que es mejor para todos, donde una vida no vale nada, donde Adelice puede marcar una diferencia.

Toda la idea de un mundo tejido por mujeres con un don especial me resulta fascinante, pero aún más cómo lo ha explotado la autora, creando un mundo aparentemente perfecto pero cargado de secretos y un machismo dominante. La posición de las hilanderas es envidiada por todos, pero en realidad son esclavas que pasan la vida manejando los hilos de Arras para que el mundo en el que viven no se venga abajo. Literalmente.

Gennifer Albin demuestra una imaginación desbordante, quizás demasiado puesto que, a pesar de que la novela tiene cierta consistencia, hay detalles demasiado vagos, muchas cosas que parecen haber sido dejadas al azar y que deslucen un poco la novela, que, por otro lado, es terriblemente original, muy entretenida y con las dosis justas de acción, romance y misterio.

Uno de los aspectos que me ha sorprendido ha sido su protagonista. Adelice no es ninguna mojigata y, a pesar de que sabe que su forma de ser bien la puede llevar a la tumba, no se deja amedrentar y le planta cara a cualquiera. Sí, sí, a cualquiera. En ocasiones dan ganas de aplaudirle, pero otras, no he podido evitar querer estrangularla porque ella misma se metía directamente en la boca del lobo con su impertinencia. Sin embargo, a mí esa insistencia de la autora en que todos los hombres –que no son muchos–, parezcan fijarse irremediablemente en ella me sobra. Por suerte, sabe manejarlo sin convertir estas atracciones en insta-loves.

Curiosamente, esta novela tiene un buen cupo de personajes odiosos (no odiosos como Adelice, que sólo lo es a veces, sino odiosos todo el tiempo), empezando por Maela, que es un personaje interesantísimo y uno de los pilares de la novela, el gobernador Cromac Patton o Pryanna. También tenemos personajes que guardan demasiados secretos como para saber dónde se sitúan como Jost, Erik o Loricel, la actual maestra de crewel y cuya existencia hace que Arras siga adelante.

Creo que la autora ha cometido un pequeño

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