Pablo Palacios
Enviado por jojan • 2 de Julio de 2013 • 1.884 Palabras (8 Páginas) • 357 Visitas
COMENTARIO A LA OBRA DE PABLO PALACIO
Relación de un sujeto creador con lalengua
Psic. Ma. Carmen Amador A.
Antes de iniciar mi comentario, necesito aclarar que conocí su literatura a propósito de esta mesa redonda en la que hoy participo. Sin embargo, declaro que el encuentro con el estilo de Palacio ha sido gratificante, por lo que espero continuar mis lecturas.
No es mi intención imprimir una etiqueta diagnóstica a un personaje que, por obvias razones, no ha estado en mi consulta. El material que me ha servido para este trabajo ha sido, en su mayoría, algunas de sus obras literarias, mas no relatos específicamente personales que podrían servir para otro tipo de análisis. Palacio pudo haber hablado de sí mismo a través de sus personajes, pero a mi criterio esta suposición no es suficiente para lanzar interpretaciones que vinculen estrictamente sus personajes a su personalidad o estructura.
Mi exposición intenta transmitir las elaboraciones surgidas en mi recorrido. Tomaré a Palacio como un escritor, desde ahí, trataré de entender o captar algo de su estilo a través de planteamientos psicoanalíticos sobre la relación del sujeto creador con el lenguaje y la influencia del contexto cultural, en tanto cada sujeto toma prestado significantes de su época.
Jacques Lacan, uno de los mayores exponentes del Psicoanálisis de Freud, se planteó cómo situar la función de lo escrito en el discurso psicoanalítico. En referencia a sus propios Escritos, refirió que no se leen fácilmente y que pensaba que no eran para leer. Explica: “No es lo mismo leer una letra y leer”
En mi recorrido, uno de los aspectos que más llamó mi atención, fue la dificultad para atrapar una linealidad sintáctica a lo largo de los relatos de Palacio. Se lo compara a Joyce, en cuanto a la virtuosidad lingüística. Cito a Lacan en relación a este último:
“…Los significantes encajan unos con otros, se combinan, se aglomeran, se entrechocan y se produce así algo que, como significado, puede parecer enigmático, pero es realmente lo más cercano a lo que nosotros los analistas,... tenemos que leer: el lapsus”. Entonces, en tanto lapsus, puede leerse, significarse de maneras distintas indefinidamente. Por eso precisamente se lee mal, o a veces no se lee. Sin embargo, “… leer no nos obliga en lo más mínimo a comprender. Primero hay que leer” .
Al releer la obra de Palacio, la historia puede, por decirlo de alguna manera, variar, en tanto cierta falta de coherencia y explicaciones se presta para que cada cual interprete el relato desde su subjetividad. Al no corresponder en ocasiones a significaciones generales, se presta para la emergencia de significaciones particulares del lector.
En el discurso analítico se trata de leer lo que está más allá de lo que el sujeto dice o quiere decir. No lo dice todo, justamente se intenta que diga lo que se le ocurra sin vacilar ante las necedades que se puedan decir.
Todo sujeto tiene una relación especial con el lenguaje en tanto es el instrumento con el cual intentamos relacionarnos con los otros, con los objetos que nos rodean. Abdón Ubidia, opina que “Palacio se construye a sí mismo en cuanto a individuo, gracias, entre otros auxilios, a su literatura” .
En su Seminario “Aún”, Lacan plantea que la realidad se aborda con los aparatos del goce. No hay otro aparato que el lenguaje, así se apareja el goce en el ser que habla. Goce es un término psicoanalítico muy amplio, pero para dar una idea diré que da cuenta de cierta energía pulsional que se satisface vía la repetición. Una de las formas en que se vivencia es, por ejemplo, cuando un sujeto se queja de algo, sufre por un síntoma o situación y por más que lo razone y quiere cambiarlo, sigue provocando, repitiendo eso que lo hace sufrir.
Se puede percibir que a veces el lenguaje no alcanza para explicar lo que un sujeto siente o piensa. Hay un resto que no se puede expresar. En Psicoanálisis un término se asocia a este resto: lalengua. El lenguaje intenta dar cuenta de esta la lalengua. Esta sirve para otras cosas muy diferentes a la comunicación. La lalengua es la palabra (goce) antes de su ordenamiento gramatical y lexicográfico, va más allá del lenguaje
Retomando a Lacan, Jacques-Alain Miller expone “…la satisfacción, la verdadera, la pulsional… no se encuentra ni en lo imaginario ni en lo simbólico, está fuera de lo simbolizado, es del orden de lo real. Eso implica que tanto el orden simbólico como la relación imaginaria… está eregido contra el goce real,” para contenerlo.
Explica que sin el lenguaje, sin el significante no habría sujeto en lo real…El significante, causa del sujeto, nos pone en relación con el goce. Más allá de las estructuras diagnósticas, nos diferenciamos por una serie de elecciones, de adhesiones a un modo de goce más a otro , de maneras de saber hacer con este goce o sus efectos.
Entre estas maneras se plantea que pedirle coherencia a un escritor es no solo exigirle demasiado, sino pedirle algo irracional. En tanto su creación, mientras más “verdadera” sea más estará influenciada con su elección particular en relación al goce y su intento de elaboración en el lenguaje. En la relación de cada sujeto con el significante, no entra más apropiadamente la lógica universal. El artista suele tener una manera muy particular, de manifestar esta relación. Se dice que el ademán frecuente, en literatura y fuera de ella, que asocia algunas conductas con la locura intenta ligar lo “normal” a la falta de angustia, o signarlo a las relaciones plenas con otros seres humanos.
Miller plantea “… el goce es fundamentalmente Uno, es decir; prescinde del Otro… El lugar del goce… es el propio cuerpo… Es siempre el propio cuerpo que goza a través del medio que sea” (por ejemplo, el lenguaje).
Expone algunas figuras del Goce Uno:
- goce del cuerpo
- goce fálico
- goce de la palabra
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