Cuando me pongo a pensar en arquitectura emergen en mis determinadas imágenes. Aquel picaporte se me sigue representando, todavía hoy, como un signo especial de la entrada a un mundo de sentimientos y aromas variados. Recuerdo el ruido que hacían 10s guijarros bajo mis pies, el suave brillo de aquella madera de roble de la escalera, siempre bien fregada, y todavía retengo en mis oídos c6mo la pesada puerta de la calle se cerraba tras de mí, y recorro el sombrío pasillo y entro en la cocina, el único espacio de la casa realmente luminoso. S610 este espacio -así se me quiere aparecer hoy- tenía un techo que no se difuminaba en una luz indirecta, y las pequeñas baldosas hexagonales del pavimento, de un rojo oscuro y casi sin junta, oponían a mis pasos una inflexible dureza, mientras que del armario de la cocina emanaba aquel singular olor a pintura a1 aceite.
La atmosfera de ese espacio se ha fundido para siempre con mi representación de lo que es una cocina.
Hacer arquitectura significa plantearse uno mismo preguntas, significa hallar, con el apoyo de 10s profesores, una respuesta propia mediante una serie de aproximaciones y movimientos circulares. La fuerza de un buen proyecto reside en nosotros mismos y en nuestra capacidad de percibir el mundo con sentimiento y razón. Un buen proyecto arquitect6nico es sensorial. Un buen proyecto arquitect6nico es racional.
Antes de conocer siquiera la palabra arquitectura, todos nosotros ya la hemos vivido. Los estudiantes deben aprender a trabajar conscientemente con sus vivencias personales y biográficas de la arquitectura, que son la base de sus proyectos. Un proyecto sobre el papel no es arquitectura. sino únicamente una representaci6n mis o rnenos defectuosa de lo que es la arquitectura, comparable con las notas musicales.
La arquitectura necesita ser ejecutada. Todos los trabajos del proyecto del primer curso de arquitectura parten de la sensualidad corporal y ob. En todos 10s ejercicios se trabaja con materiales reales, se apilnta siempre, y de una forma directa, a objetos concretos. cosas e instalaciones hechas de materiales reales.
Lo que se debe producir no son, en absolute, «maquetas», en sit sentido habitual, sino objetos concretos, traba-jos plásticos a una determirlada escala. Incluso el dibijo de planos a escala debe partir siempre de un objeto concreto. Primero se crean los objetos concretos y más tarde se dibujan a escala. E incluso la comprensión de las distintas dimensiones de la escala en la arquitectura se estudia en objetos concretos.
Llevamos en nuestro interior imligenes de las arquitecturas qile nos han ido configitrando, y podemos hacer revivir estas imfigenes en nuestro espíritu y hacerles preguntas, per0 de todo esto no surge a6n un nuevo proyecto, ninguna nueva arquitectura. Todo proyecto ansia tener imhgenes nuevas, nuestras «viejas» imhgenes únicamente nos pueden ayudar a encontrar las nuevas. Pensar en imhgenes a1 proyectar algo entrafia siempre pensar en la totalidad. Pues, por su naturaleza, la imagen muestra siempre la estructura total del sector de la realidad imaginada objeto de consideración, como, por ejemplo, la pared y el suelo, el techo y 10s materiales, la atmósfera luminosa y la tonalidad de un espacio.
Es evidente que, con frecuencia, estos elementos no esthn ahi al comenzar un proyecto, cuando intentamos hacernos una imagen del objeto que estamos pensando. La mayor parte de las veces, la imagen es incompleta al comienzo del proceso del proyecto, de mod0 que nos esforzamos por volver a concebir y clarificar una y otra vez el tema de nuestro proyecto, a fin de que las partes que faltan encajen en nuestra imagen. La clara y concreta perceptibilidad de las imhgenes que nos representamos nos ayuda a hacerlo, a no perdernos en la esterilidad de abstractas hipbtesis tebricas, a no perder el contacto con las cualidades de concrecibn de la arquitectura. Producir imhgenes interiores es un proceso natural que todos nosotros conocemos.
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Mi opinión, es interesante el libro ya que el autor nos dice que desde que somos pequeños, siempre estamos en contacto con la arquitectura en cosas cosa simple como en el hecho de estar en casa, en nuestro cuarto, etc. Todos esos recuerdos nos servirán en el futuro, si escogemos la profesión de arquitectura, todo lo que recordemos del pasado, absolutamente todo sirve, solo hay que traer de vuelta esos recuerdos y armar imágenes para así, crear lo que tengamos en mente.
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