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Pinocho


Enviado por   •  9 de Mayo de 2013  •  Trabajo  •  6.230 Palabras (25 Páginas)  •  313 Visitas

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siPersonajes

Dependienta- Trabajadora del centro comercial

Papá Noel- Trabajador del centro comercial

Rosa- Gótica

Ana- Pija

DJ Sombra: Pincha discos

Mateo: “Futbolero”

Voces- Se oyen a lo lejos.

Hombre- Encargado de mantenimiento.

NAVIDAD EN ASCENSOR

POR MILA OYA

Acto único

Se levanta el telón. En medio del escenario hay un enorme ascensor de centro comercial imaginario que solo hemos delimitado mediante las cuatro esquinas formadas por cuatro listones de madera, colocados verticalmente. El ascensor es rectangular, más ancho que profundo. A su derecha hay una papelera y a su izquierda unas macetas con plantas. Frente al lugar donde se hallaría la puerta del ascensor, se sitúa la dependienta del centro comercial vestida con su uniforme y que llega empujando un carrito de súper mercado repleto de material de papelería con el fin de trasladarlo a otra planta. Destaca entre el contenido del carro un enorme árbol de navidad sintético.

La dependienta se detiene frente a la puerta y pulsa imaginariamente el botón de llamada que se encontraría a la derecha, sobre el listón de madera que observamos. Enseguida levanta la cabeza para observar los números que se encontrarían sobre la puerta del ascensor que indican el piso en el que este se halla. Su gesto es cansino. Insistentemente aprieta el botón al percatarse de que el ascensor no parece querer alcanzar la planta en la que ella espera.

Dependienta- (Apretando el botón de llamada insistentemente) ¡Vamos! ¿Qué pasa contigo? ¿Es que voy a estar esperando todo el día? ¡Mueve el culo, ascensor del demonio! ¡Qué aún me queda por montar un stand navideño en la cuarta planta! ¡A este paso van a terminar las fiestas antes de que consiga acabar con los malditos stands navideños! ¡Por favor, qué paciencia! (Hastiada) ¿Pero a dónde va ahora? ¿Es que no va a bajar nunca?

Un hombre disfrazado de Papá Noel, con el típico saco rojo a la espalda, entra en escena y se aproxima a la puerta del ascensor.

Papá Noel- ¡Hola! ¿Le ocurre algo al ascensor? (Consultando su reloj) Solo tengo 20 minutos para tomarme un café y regresar al Ho ho ho de todos los días. (Papá Noel tiene acento extranjero)

Dependienta- Pues no sabría qué decirle, Papá Noel. No sé qué le pasa al maldito ascensor. Va de la planta doce a la catorce y de la catorce a la doce, así desde hace un rato. No hay manera de pillarlo para que baje.

Papá Noel- ¿Qué es lo que pasa en esas plantas para que esté tan ocupado?

Dependienta- Oportunidades y cafetería. Todos los clientes deben de estar haciendo la misma ruta. No sé por qué me han mandado montar un stand navideño en la planta cuarta si todo el mundo está entre la doce y la catorce. ¡Ahora! (Mirando al imaginario cuadro de luces del ascensor) ¡Ahora es el momento! (Se lanza de nuevo sobre el botón) ¡Maldita sea! ¡Otra vez va a la catorce!

Papá Noel- ¡Vaya! ¡Hay que ser más rápida!

Dependienta- (Fulmina a Papá Noel con la mirada y apunta sarcásticamente) Tendré que pedirle a Papá Noel velocidad para estas navidades.

Papá Noel- (Echa un vistazo al interior de su saco rojo) Será mejor pedírselo a los Reyes Magos, yo, sintiéndolo mucho, no llevo velocidad en el saco. Ya sabe, como ellos disponen de medio de locomoción por triplicado, es posible que hagan ese tipo de regalos.

Dependienta- ¡Como lo escuchen los jefazos! Eso de hacerle publicidad a la competencia no queda muy profesional.

Papá Noel- Pues con lo poco que me pagan estoy pensando en pasarme yo también a la competencia. Es imposible que resulte peor. A ver si los Reyes Magos tienen una plaza vacante de paje y abandono el ho ho ho que me tiene la garganta destrozada y, de paso, me permiten perder unos cuantos kilos. Toda esta obesidad me hace sudar mares. Cada día que pasa tengo que aumentar el relleno para no perder volumen.

Dependienta- ¡Ahora! ¡Otra vez en la catorce! ¡A ver si lo pillo!

Papá Noel- ¡Déjeme probar!

Dependienta y Papá Noel se lanzan a un tiempo hacia el botón y ambos chocan estrepitosamente empujando el carro cargado con el árbol y material de papelería que sale disparado encontrándose con dos muchachas Ana y Rosa (La pija y la gótica). Estas se dan de bruces con el árbol de navidad que sobresale del carrito de compra.

Ana- ¡Vaya! ¡Un árbol que anda! ¡Ahora entiendo la frase publicitaria esa de “Vive unas navidades dinámicas” Y yo que pensaba que se refería a las actividades programadas por el centro comercial en vacaciones.

Rosa- ¡Eh! ¡Mis cosas! (Por el impacto, a Rosa se le ha caído la bolsa con la compra que se halla esparcida por el suelo. Papá Noel intenta ayudar a la muchacha pero la barriga sintética le impide alcanzar el suelo) ¡Hay que perder peso, Papá Noel! ¡Es malo para el colesterol! (Le dice mientras ambas muchachas recogen sus pertenencias)

Ana- ¡Se ha desparramado tu alegre sombra de ojos! ¡Qué pena penita! (Irónicamente) Tendrás que cambiar tus positivos y variados colores negros, grises y otra vez negros, por mis tonos azules, más clásicos, claro está, aunque mucho menos divertidos que los tuyos; eso por descontado.

Rosa- ¡Sí, claro! (Sarcástica) Eso no lo verán tus ojos, prima. A la cena de fin de año de la agrupación del sur pienso asistir con mi ropa oscura y mis pinturas góticas. No tengo intención de convertirme en un prado floreado como tú. ¡Ni que fuese una vaca!

Ana- ¡Qué bobada! ¿A qué viene eso? ¿No estarás llamándome gorda?

La dependienta ha asido otra vez el carro y de nuevo se pelea con el botón del ascensor. Papá Noel aguarda de pie e interrumpe la incipiente pelea entre las chicas.

Papá Noel- Deberíais utilizar las escaleras mecánicas. El ascensor parece no tener intención de bajar hasta nosotros.

Rosa- ¿Pero usted no debería estar buscando una chimenea? El ascensor no le pega. Ya ve, ni siquiera lo recoge.

Papá Noel- (Con ironía) ¡Ho ho ho! ¡Qué ingeniosa la muchacha!

Ana- ¿Está estropeado?

Rosa- ¿Te refieres a Papá Noel? Un poco estropeado, sí, y pasado de peso.

Papá Noel- (Sarcástico ríe aún más fuerte) ¡HO HO HO! ¡Qué suerte disfrutar de esta fina ironía!

Dependienta-El ascensor no está estropeado. Hay demasiada gente en las plantas superiores. Una avalancha de clientes, creo yo.

Rosa- No tenemos prisa. Ni loca vuelvo con la multitud. No hay forma de moverse. Todos están como locos comprando. Están poseídos por el espíritu y no de la Navidad, si no del consumismo.

Ana- ¿Cómo nosotras, tal vez?

Rosa-

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