Poema: Boletín Y Elegía De Las Mitas

Nos remontamos, gracias a este relato, a la época en la que los colonizadores españoles llegaron y sacudieron a nuestra gente, a nuestra cultura, a nuestras creencias.

Este es un poema escrito desde el punto de vista de alguien que ha sufrido en carne propia el abuso, el maltrato, las cadenas opresoras de los españoles; alguien que ha sentido en sí mismo el látigo que en esa época castigaba, azotaba y maltrataba a la carne indígena, pero a pesar de todo el dolor que este causaba debía ser alabado, digno de agradecimiento, pues ese dolor ocasionado forzaba a los receptores de este maltrato a aprender, a creer, a perder toda esencia de su cultura, de su vida, de su propio ser…

Podemos ver claramente que en aquella época los indígenas eran tratados más como animales, como seres completamente ignorantes, que debían ser educados, amansados, adiestrados con mano dura, lo que ocasionó que nuestros indígenas fueran víctimas de los más crueles castigos y torturas.

Entendemos, de acuerdo al poema, que este dolor acarreado y soportado por generaciones implantó en las madres el deseo de no ver a sus hijos sufrir por lo que ellas mismas, al momento de nacer, pedían que sus hijos fueran asesinados, pues era mejor morir en ese momento que sufrir y ser azotado a manos de los españoles.

¿Qué nombre se le puede dar a este sufrimiento, a estos actos de prepotencia?

No hay nombre más apropiado que el de barbarie, pues esta radica en el hecho de causar daño (sin motivo alguno) a otro ser al que se ve como inferior y los colonizadores españoles veían precisamente eso en nuestros indígenas: seres absolutamente ignorantes muy inferiores a ellos a los cuales podían tratar como se les diera la gana y a los cuales podían utilizar como esclavos y títeres con los cuales divertirse.

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