Políticas De Rentas Y Acuerdos Sociales
Enviado por Nosut9354 • 12 de Junio de 2015 • 1.113 Palabras (5 Páginas) • 614 Visitas
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta los años setenta el papel fundamental de la política de rentas era contribuir a controlar la inflación. Con ello se pretendía evitar la aparición de tensiones o desequilibrios que pusiesen en peligro la continuidad del crecimiento. Tasas de inflación excesivamente elevadas amenazaban la estabilidad de las monedas nacionales, frenaban la capacidad exportadora y afectaban a las expectativas empresariales condicionando las decisiones de inversión. Sin embargo, un cierto nivel de inflación se consideraba inevitable pues alimentaba la expansión de la demanda a través de la ilusión monetaria, facilitaba los ajustes derivados del desigual crecimiento de la productividad entre empresas y sectores, y contribuía al juego especulativo innato a la movilidad del capital. En todo caso, el marco de referencia era el nacional. Las políticas de rentas aparecían acompañadas de medidas de política monetaria y fiscal que conjuntamente servían para corregir o controlar los desequilibrios a que daba lugar el modelo de crecimiento vigente en la mayor parte de los países occidentales. Con la crisis de los años setenta se desmorona el modelo de crecimiento socialdemócrata-keynesiano. El avance de la transnacionalización del capital y la globalización de la economía resta peso al papel de las economías nacionales. Sin embargo, la pervivencia de monedas nacionales sostiene la necesidad de políticas a ese mismo nivel, independientemente de los intereses del capital transnacional y de los distintos ámbitos territoriales o regionales. Los desequilibrios en la balanza de pagos inciden en el valor de la moneda de cada país y, por tanto, no queda más remedio que considerar los efectos de dichos desequilibrios sobre el conjunto de la economía nacional. Frente a esa lógica nacionalista el capital transnacional busca maximizar su rentabilidad desplazándose al lugar que sea necesario y logrando la combinación más favorable de factores y de mercancías a escala mundial. Por otro lado, las distintas regiones o territorios tienen como interés preferente mantener y a ser posible ampliar sus niveles de actividad y empleo. Estos intereses diferenciados, cuando no enfrentados entre sí, otorgan a la política de rentas un papel diferente al que hasta ahora venia desempeñando. Las nuevas tendencias en la economía mundial desbordan el esquema competitivo de la anterior etapa de crecimiento. No se trata tanto de competir mediante mejoras de la productividad o rebajas directas de costes, ni siquiera mediante una elevada capacidad de innovación de producto, como de ser capaces de innovar y alcanzar niveles adecuados de productividad mediante estrategias empresariales que combinan las economías de escala y de alcance con la diferenciación de producto y un grado adecuado de integración vertical, acompañado de formas de organización interna de la empresa que mejoran su gestión y ofrecen calidad al cliente. Esta globalización o mundialización de la economía que transciende las fases de internacionalización y transnacionalización, expone en mayor medida a todas las economías al contexto mundial, revaloriza el papel de la iniciativa propia y la capacidad de aprovechamiento de los recursos locales. De ahí la importancia de alcanzar una articulación social y política que permita el mayor grado de flexibilidad y descentralización junto a una mejora de la cooperación y la coordinación a escala internacional. Esta necesidad de democratización tropieza, sin embargo, con una sociedad masificada en la que el individuo adopta una actitud fundamentalmente pasiva y sigue confiando en la iniciativa
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