Prueba De Lenguaje 6° básico
Enviado por aleziquos87 • 19 de Noviembre de 2014 • 1.745 Palabras (7 Páginas) • 525 Visitas
Prueba de Lenguaje y Comunicación 6° año B
Nombre: ______________________________________________Fecha: ______________
Puntaje real: 34 puntos. Puntaje Obtenido: _____________
-Comprender textos aplicando estrategias de comprensión lectora; por ejemplo: relacionar la información del texto con sus experiencias y conocimientos, formular preguntas sobre lo leído y responderlas. (OA 2)
I. Lee atentamente el siguiente texto y marca con una X la alternativa que consideres correcta. (1 pto c/u)
Alicia en el país de las maravillas: Capítulo I
UN CONEJO PARLANTE
La hermana mayor de Alicia leía en voz alta. Alicia empezaba a cansarse de estar sentada junto a ella en el banco, sin tener nada que hacer. Una o dos veces había mirado de reojo el libro que su hermana estaba leyendo, era un cuento muy aburrido, la historia del rey Guillermo, o algo así, pero no tenía imágenes ni diálogos. "¿Cuál es el objetivo de un libro —pensó Alicia— que no tiene grabados ni conversaciones?"
De pronto, la hermana dejó de leer y miró a Alicia con severidad:
--¿Tendrías la gentileza de prestar atención a tu lección de historia?
Alicia estaba recapacitando en su mente (en la mejor forma que podía hacerlo, ya que el día, demasiado caluroso, la hacía sentirse somnolienta y vacía) si el placer de hacer una guirnalda de margaritas valía la pena de molestarse en recoger las flores cuando, repentinamente, un conejo blanco, de ojos encarnados, pasó junto a ella.
Ciertamente que no había nada muy especial en eso; ni tampoco preocupó mucho a Alicia oír al conejo que se decía a sí mismo:
"¡Caramba! ¡Caramba! ¡Llegaré atrasado!"
Más tarde, Alicia volvió a recapacitar sobre esas palabras, y le pareció que debieran haberla preocupado, pero en el momento en que las oyó le sonaron perfectamente naturales. Sin embargo, cuando el conejo sacó un reloj del bolsillo del chaleco, lo miró atentamente y dio señales de apresurarse, Alicia se puso de pie porque su mente discurrió, como un rayo, que nunca había visto antes un conejo ni con chaleco ni con reloj; y, ardiendo de curiosidad, atravesó corriendo el campo tras el animalito y alcanzó a verlo cuando se colaba en su madriguera, detrás del vallado de zarzas.
Un momento después, Alicia entraba al mismo sitio, sin reflexionar cómo saldría después.
La madriguera se prolongó en un especie de túnel, que bruscamente empezó a descender, tanto, que Alicia no tuvo un segundo para pensar, cuando se encontró cayendo en algo que parecía un pozo muy hondo.
Ya fuera porque en realidad el pozo era muy hondo o porque ella cayó muy lentamente (para fortuna de ella, su falda se abrió como un globo y así no cayó tan rápido), el caso es que tuvo suficiente tiempo, mientras descendía, para ver lo que había a su alrededor y para imaginar lo que sucedería después.
Primero trató de mirar hacia abajo para ver dónde caería, pero estaba demasiado oscuro como para divisar nada. Luego miró las paredes del pozo y observó que estaban llenas de estantes y armarios de libros; más allá vio colgados mapas y láminas. A la pasada cogió un frasco de uno de los armarios. Tenía una etiqueta que decía: "MERMELADA DE NARANJAS", pero, para gran desilusión suya, estaba vacío. No quiso tirar el frasco por miedo de matar a alguien que estuviera abajo, por eso se las arregló para volverlo a colocar en otro de los armarios frente al cual pasaba.
"Bueno —pensó Alicia para sus adentros—, después de una caída como ésta no podré volver a quejarme cuando ruede escalera abajo. ¡Cuán valiente me van a encontrar todos los de mi casa! ¡No diré una palabra ni siquiera si llego a caerme del propio tejado!" (cosa que era bastante probable).
Siguió cayendo, cayendo, cayendo... ¿Acaso no terminaría nunca de caer?... ¡
"Me pregunto cuántos kilómetros llevaré descendidos... —dijo en voz alta—. Debo estar muy cerca del centro de la tierra. Veamos: eso significa unos seis mil quinientos kilómetros de profundidad, creo..."
(Como ustedes ven, Alicia había aprendido muchas cosas, gracias a las lecciones de la escuela, y aunque ésta no era muy buena oportunidad para lucir sus conocimientos, ya que no había nadie que la oyese, siempre resultaba conveniente practicar...).
"Sí, ésa debe ser más o menos la distancia, pero ahora me pregunto a qué grado de latitud o de longitud habré alcanzado"...
(Alicia no tenía la menor idea de lo que significaba eso de latitud o de longitud, pero pensó que tales palabras sonaban maravillosamente.)
Siguió reflexionando:
"Quisiera también saber si estoy cayendo directamente al centro de la tierra... ¡Qué divertido va a ser cuando salga y aparezca en medio de la gente que camine con la cabeza abajo! Son los antipáticos, me parece..."
(Esta vez sí que estaba contenta de que no hubiese nadie oyéndola, porque no estaba en absoluto segura de que fuese ésa la verdadera palabra.)
"Tendré que preguntarles cómo se llama el país... —¿Quiere hacer el favor de decirme, señora, si ésta es Nueva Zelanda o Australia?"
(Y al pronunciar estas palabras trató de usar el tono más amable que le fue posible, aunque su cortesía resultaba más bien fantástica al ser aplicada mientras volaba por el aire.)
¡Figúrense, cortesía en semejante momento!
"¡Cuán ignorante me van a encontrar cuando les haga la pregunta! No, no preguntaré nada.. Es muy probable que vea el nombre del país escrito en alguna parte."
Siguió cayendo, cayendo, cayendo... Como no había otra cosa que hacer, Alicia empezó a hablar de nuevo:
"¡Me parece que Dinah me echará mucho de menos esta noche! (Dinah es su gata.) Se me ocurre que en este momento estará recordando su plato de leche, porque ya es la hora del té. ¡Mi Dinah querida, cómo quisiera que estuvieses conmigo! No hay ratas en el aire, me temo, pero creo que podrías cazar un murciélago, que en realidad se parecen bastante a las ratas, como tú sabes. Pero, ¿les gustan los murciélagos a los gatos?"
Aquí Alicia empezó a sentir algo de sueño, y continuó diciéndose a sí misma, con un tono bastante adormilado:
"¿Comen murciélagos los gatos? ¿Comen murciélagos los gatos?" Y luego: "¿Comen gatos los murciélagos?"
Como ustedes ven, no podía contestar ninguna de las dos preguntas, así es que en realidad no importaba la forma en que las hiciera. Sintió que se dormía y empezó a soñar que caminaba de la mano con Dinah, y que decía a la gatita, muy seriamente:
...