¿Qué es la Constitución?

¿Qué es la Constitución?

Lasalle: Fernando Lasalle propuso resaltar la verdadera esencia de una Constitución, descartando desde un principio las definiciones jurídicas y formalistas que nos podrían dar los juristas. Lasalle aborda las diferencias que hay entre la Constitución y una ley, determinando que ambas tienen una esencia genérica común, dado que una Constitución para regir, necesita la promulgación legislativa, es decir que tiene que ser también ley. Pero haciendo la aclaración que una Constitución no es una ley como otra cualquiera, una simple ley: es algo más, y por esta razón se propuso tratar de encontrar qué fue, ha sido y será la naturaleza de una Constitución.

Y afirmó: La Constitución de un país es la suma de los factores reales de poder de esa nación.  

Esta concepción que Lasalle nos da sobre que es una Constitución, nos deja un poco confusos pero él nos da un ejemplo muy claro para poder entender su idea o pensamiento -que en Prusia  solo tienen fuerza de ley los textos publicados en la Colección legislativa, entonces si la Constitución de Prusia desapareciera por un incendio y no se pudiera encontrar ningún ejemplar de la Ley Suprema y los legisladores se propusieran redactar una nueva Constitución-. Desde luego que no podrían escribir como texto constitucional lo que desearan, éstos jamás podrían hacer las leyes que mejor le pareciesen, a su libre albedrío, sino que tendrían que tomar en cuenta a todos los factores reales de poder en la comunidad: la monarquía, la aristocracia, la gran y pequeña burguesía, los banqueros, la clase obrera, la conciencia colectiva y la cultura general.

Según Jorge Carpizo el olvidar alguno de estos factores de poder; por ejemplo, de los banqueros, traería consigo graves consecuencias a futuro, puesto que algún día se encontrarían los señores legisladores con el ejército disolviéndolos; así que ellos tienen que dar expresión escrita a esos factores reales de poder que a partir de ese momento se constituyen en derecho.

Lasalle en su obra aclara la existencia de dos Constituciones: -la real y efectiva, constituida por la suma de los factores de poder, y, la otra, -la escrita, que es una hoja de papel. La Constitución escrita debe corresponder a la Constitución política real, a la que tiene sus raíces en los factores de poder que rigen un país dado en un momento dado. Pues de no existir dicha correspondencia, se produciría un conflicto inevitable y la hoja de papel desaparecería ante el empuje de las verdaderas fuerzas de la sociedad, es decir, la Constitución real.

Partiendo de esta idea, cabe mencionar que una Constitución real y efectiva la tienen y la han tenido siempre todos los países. Lo característico de estos tiempos modernos no son las Constituciones reales y efectivas, sino las constituciones escritas (las hojas de papel), las cuales tratan de resumir, establecer, ordenar en un documento, en una hoja de papel, todas las instituciones y principios de gobierno vigentes en el país.

De las anteriores explicaciones concluyó que los problemas constitucionales no son, primariamente, problemas de derecho, sino de poder; la verdadera Constitución de una país solo reside en los factores reales y efectivos de poder que en ese país rigen; y las constituciones escritas no tiene valor ni son duraderas más que cuando dan expresión fiel a los factores de poder imperantes en la realidad social.

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