RESUMEN DEL HOMBRE EN BUSCA DEL SENTIDO
Enviado por DIEGODIZE • 3 de Octubre de 2012 • 3.921 Palabras (16 Páginas) • 666 Visitas
EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO
Viktor Frankl escribe este libro, más que como experiencia autobiográfica, como estudio psicológico del hombre ante las atrocidades en las que se vio inmerso durante los tiempos de los campos de concentración nazis. (de hecho es “el informe del prisionero nº 119104”, de un simple número, nunca de un individuo único y personal) Así Frankl divide dicho análisis en tres partes. A modo de resumen y para no extender demasiado lo que más tarde se va a comentar, he seleccionado varias ideas sin desarrollar:
INTERNAMIENTO EN EL CAMPO: shock; horror; “ilusión del indulto”; abandonarse sin resistencia al curso de los acontecimientos; borrar de la conciencia toda vida anterior(la existencia desnuda); un variante frío y macabro de la curiosidad; “perdías el miedo a la muerte”;” ante una situación anormal, la reacción anormal constituye una conducta normal”.
LA VIDA EN EL CAMPO: (incluso las ideas sueltas rescatadas de esta parte del relato siguen una clara evolución, comenzando por la “mutilación” del sentir que se va convirtiendo poco a poco en un aprender a vivir...): plomiza apatía, anestesia emocional, vaga sensación de que a uno ya no le importará nunca nada; humillación e indignación provocadas por la injusticia; ”todos los esfuerzos se concentraban en una única tarea: conservar nuestra vida y la vida de los camaradas amigos”; ”cuando los prisioneros sentían inquietudes religiosas, éstas brotaban de lo más íntimo y sincero que cabe imaginar”; intensificación vida interior (et lux in tenebris lucet); un extraño sentido del humor, dominar el arte de vivir; el corazón endurecido; juguete del destino; íntima paz, libertad interior; ”el sentimiento que se convierte en sufrimiento, deja de serlo cuando nos formamos una idea clara y precisa del mismo (Spinoza)”; aquel que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo”; ”en realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino que la vida espere algo de nosotros”; ”todo lo que no acaba conmigo me hace más fuerte” Para terminar con esta fase, Frankl recuerda a los guardias del campamento, en esta parte llama la atención la serenidad con la que es capaz de analizar al hombre, a ese mismo que, como él dice “inventó las cámaras de gas, pero también entró en ellas con paso firme y musitando una oración”
DESPUÉS DE LA LIBERACIÓN: Se presenta un ex-prisionero que analiza la vuelta a casa, a una casa que muchas veces estaba ya vacía; la vuelta a una vida que, como la casa, carecía ya de todo lo que el hombre creía recordar que la llenaba; una vuelta difícil en la que valores como el perdón, el sentido de la vida y el rechazo absoluto al mal ayudan al individuo a luchar contra la instintiva venganza, a la vez que lograr la fortaleza interior suficiente para VIVIR: “habíamos perdido la capacidad de alegrarnos y lentamente teníamos que volver a aprenderla”; ”después de soportar aquellos increíbles sufrimientos, uno ya no tenía nada que temer, salvo a su Dios”
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Hay varios detalles que me gustaría señalar, que me han hecho parar, y me han dado bastante en qué pensar. Aunque, puestos a comentar, tendría una barbaridad de anécdotas, he seleccionado tres escenas especialmente significativas para mí: la primera de ellas, un fragmento de lo titulado por Frankl como “la última voluntad aprendida de memoria”; me ha sorprendido la ternura de las palabras que el psicólogo dedica a su mujer; es una despedida breve, directa y sincera, no repara en frases bonitas sino en contenido certero.
El segundo aspecto, al que calificaría de conmovedor, es la comparación que Frankl hace en” el humor en el campo” referente a la cámara de gas y el “tamaño” del sentimiento, el cual (según explica en este texto) se expande por el alma entera del hombre, ya sea grande o pequeño, la ocupa por completo y regularmente. Resulta, cuanto menos, impactante.
Por último quería resaltar unas ideas que expone el autor en” la pregunta por el sentido de la vida”; con sinceridad, estas líneas me han llevado más tiempo que cualquier otra del libro ya que creo que son las más duras de todo el relato (sobre todo difíciles de asimilar), quizás porque sean también las que más cerca puedan sentirse; no hace falta estar en un campo de concentración para ser consciente del sufrimiento humano... En ellas, Frankl lleva al extremo aquello de que es la vida la que espera algo de nosotros; y es que - dice - en caso de que, en un momento, el destino de un hombre sea sufrir, éste debe aceptarlo con dignidad, ya que es el sufrimiento su única y peculiar tarea, el que le otorga el carácter de persona única e irrepetible y el que, paradójicamente, da sentido a su vida. Termina este fragmento diciendo: Nuestro sentido de la vida abarcaba los amplios círculos de la vida y la muerte, del sufrir y el morir. Ahí se entablaba nuestra lucha. El psicólogo utiliza aquí el imperfecto de indicativo, lo que parece tranquilizar... pero ¿acaso nuestro sentido de la vida hoy no abarca todos estos campos?¿ Puede hablar Frankl de aceptar el sufrimiento como “tarea”, como vida, en un carácter (el humano) que se afana por cercenar todo tipo de dolor? Es cierto que afirma y reafirma que el sufrimiento no es, en absoluto, necesario y que éste puede dejar de ser, en cierto modo, doloroso si le encontramos una razón, pero aún así... ¿No da miedo “entender” al autor en esta idea de sumisión al destino en la que expone que podemos, en un determinado momento, llegar a un sufrimiento que le otorgue a nuestra existencia todo su sentido?
EL SENTIDO DE LA VIDA
Creo que el título del libro es un tributo a aquello que le salvó, el sentido que le encontró a su vida, por el que no se lanzó contra las alambradas, por el que no dejó de luchar, por el que siguió afeitándose y caminando derecho para parecer fuerte y capaz de seguir viviendo en aquellas condiciones.
Es, a mi modo de ver, tremendamente contradictorio (y es justo en la contradicción donde reside su fuerza) que sea en un campo de concentración, donde se convive día a día con la muerte, el mismo sitio en el que alguien no sólo encuentre sentido a su vida sino que se esfuerce porque los demás también lo encuentren.
Frankl expone el sentido de la vida como aquello que la vida espera de cada persona, la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a las cuestiones que la existencia nos plantea, cumplir con las obligaciones que la vida nos asigna a cada uno en cada instante particular o admitir y abrazar la singularidad que diferencia a cada individuo
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