RESUMEN: EL SECRETO DE LAS SIETE SEMILLAS
Enviado por Naydelin Danay Hernandez • 25 de Noviembre de 2020 • Resumen • 4.530 Palabras (19 Páginas) • 474 Visitas
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RESUMEN: EL SECRETO DE LAS SIETE SEMILLAS
CAPITULO 1
Ignacio Rodríguez es un adulto que sufre problemas del corazón. Asumió el negocio familiar de su padre, por esa razón actualmente lucha por mantener su posición. La empresa vivía un ambiente tenso por el incremento de la competencia. El exceso de trabajo causo el descuido de su salud, alimentación y familia.
Sufrió un preinfarto por la discusión que tuvo con el gerente de ventas, se recuperó luego de 3 días en clínica El doctor le recomendó tener una dieta balanceada, evitar los vicios y practicar meditación. Ignacio solo se limitaba a escucharlo con impaciencia.
Al llegar a casa le contó a su esposa las recomendaciones del doctor, está entusiasmada le entrego un papel con la información de un gurú hindú.
En medio de un conflicto con el jefe de ventas sintió malestar en su pecho, asustado por la segunda advertencia de la vida decidió partir hacia la dirección del gurú. La casa era humilde con un fuerte olor a incienso, tenía un jardín muy cuidado. Sentía mucha vergüenza de estar ahí, pero se sentó a esperar. Luego un joven lo guío hacia el interior y vio al maestro, era un adulto mayor con barba blanca y túnica color salmón.
El maestro le pregunto sobre el motivo de su visita, respondió que le enseñe a meditar, el maestro volvió a preguntar y obtuvo la misma respuesta, por último, comento porque lo visitaba si no creía en él. Ignacio molesto por la respuesta del gurú decidió retirarse, pero se detuvo al escuchar la nueva pregunta sobre si era feliz. Esta pregunta toco un punto muy sensible en él, pero no cambio su actitud arrogante al responder que si era feliz porque tenía muchas posesiones. El señor le explico que el no pregunto sobre sus posesiones, sino por su felicidad. Ya no soporto más y empezó a llorar, respondiendo que no era feliz.
Con una analogía le empezó a explicar que en momentos difíciles se debe aprovechar los problemas y tomarlos como una oportunidad para liberarte y lograr la felicidad, así también que la felicidad se siente no se compra. Durante la explicación, empezó a sentir una sensación de cercanía y amor.
Ignacio le conto su situación pidiendo una solución, el maestro le respondió que debía generar felicidad en su vida. De sus pertenencias saco el cofre de las siete semillas de la felicidad y le entrego uno de los trozos de papel periódico doblado, una semilla que le brindaría una enseñanza. Le pidió que la sembrara y cuando germine lo vuelva a visitar. Trato a la semilla con mucho cuidado hasta llegar a sembrarla en su jardín sin que nadie se enterara, decidió informarse acerca de la meditación, es así como tomo conciencia sobre sus beneficios. Todos los días después del trabajo se ponía a observar la plantita esperando impaciente que empezara a crecer, su mujer lo observó en el jardín y le pregunto el porqué de su repentina dedicación, a lo que este se excusó con que solo fueron recomendaciones del doctor.
CAPITULO 2
Después de cuatro semanas la planta no creció. Ignacio empezó a dudar del maestro, se sentía inútil y tonto.
Regreso donde el maestro y furioso le pidió explicaciones. Con calma le respondió que la semilla estaba golpeada por un martillo, así que no llegaría a crecer. Comparo la semilla golpeada con los niños agredidos, las semillas golpeadas no pueden llegar a crecer, pero los humanos sí. Los niños maltratados si pueden desarrollarse y ser felices, para lograrlo necesitan conocerse a sí mismos. El ánimo de Ignacio cambio por uno lleno de paz y tranquilidad.
Le explico sobre la memoria subconsciente, parte del cerebro que registra todos los momentos difíciles de la niñez y se manifiesta en el presente de manera involuntaria. Ignacio le pregunto cómo podía librarse de ellas y lograr ser feliz. El respondió que mientras más conciencia y conocimiento tenga de su subconsciente, más libertad y capacidad tendrá para ser feliz. Le pidió que regresara al día siguiente para comenzar con el proceso de autoconocimiento.
Al regresar a casa se encerró en el estudio que consideraba su escondite, cuando se sentía amenazado se aislaba en el estudio y así evitaba la sensación de debilidad y vulnerabilidad.
Se dirigió a la casa del maestro teniendo la duda de que su asistencia fuera una pérdida de tiempo al discutir sobre sus emociones.
Durante la sesión Ignacio le conto los traumas de su niñez, el miedo que le tenía a su padre por el maltrato físico y psicológico que le daba, es así como el maestro entendió el porqué de su actuar. Basándose en analogías para llegar a un buen entendimiento, le explico que era necesario integrar el aspecto emocional como el racional para llegar a la felicidad.
Ignacio tuvo que contener las ganas de llorar, empezaba a sentir como las emociones fluían por su cuerpo. También le conto acerca de su pequeño escondite, el maestro le recomendó no retener sus emociones sino dejarlas salir sin miedo .
Al regresar a su casa evito caer en la tentación de sumergirse en su estudio. Empezó a recordar las palabras del maestro y reviso los episodios amargos de su infancia, todavía él estaba a tiempo de cambiar y romper ese círculo vicioso.
Al siguiente día tuvo un malentendido, dejándose llevar por el chisme culpo al inocente sin antes informarse del asunto. Reacciono tardíamente cuando ya había causado daño, pero pidió disculpas. Decepcionado consigo mismo, Ignacio fue a la casa del maestro y le conto todo lo sucedido, el gurú le aconsejo crear un clima de confianza para evitar el chisme. Después relaciono la actitud que tuvo con uno de sus episodios de infancia, donde el placer de ver pelear a la gente se hacía presente, para evitarlo debía de tomar conciencia de sus emociones subconscientes. El maestro se puso de pie y le entrego la segunda semilla para que la siembre.
CAPITULO 3
Un mes después, la semilla se convirtió en una planta muy pequeña que tenía unas hojitas verdes. Durante ese tiempo Ignacio no tuvo mucho éxito controlando sus conductas agresivas, sin embargo, aprendía a darse cuenta de sus errores. Se sentía frustrado por no controlar su agresión, extrañaba las conversaciones con su maestro.
En la jornada de trabajo recibió una llamada donde le informaban que el pedido de refinanciamiento fue rechazado, enfurecido fue directamente hacia el encargado de esos documentos y le empezó a gritar, pero antes de culminar se detuvo abruptamente. Por primera vez tuvo conciencia de sus actos y pidió perdón. Sintió un leve regocijo por haber tomado conciencia a tiempo para disculparse.
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