Reflexión de la obra “La tragedia de Hamlet, Príncipe de Dinamarca”
Enviado por Jherely Loayza • 3 de Febrero de 2019 • Reseña • 491 Palabras (2 Páginas) • 1.589 Visitas
Reflexión de la obra “La tragedia de Hamlet, Príncipe de Dinamarca”
“Hamlet”, tragedia del famoso William Shakespeare (1564-1616), escritor y dramaturgo inglés, a quien sus obras le atribuyeron un alto puesto dentro de la historia de la literatura además de aportar varios términos a la lengua inglesa.
Gozó de una familia bien posicionada en la sociedad durante sus primeros años de vida, tuvo, posiblemente, una intensiva formación en gramática y latín en la primaria Stratford Grammar School. A los 19 tendría una hija y mellizos, de los cuales el varón, Hamnet, murió a sus 11 años, este hecho pudo haber sido inspiración para su más influyente pieza: Hamlet. A lo largo de su carrera aportó de entre 37 y 39 obras, de ellas: 11 tragedias, 16 comedias y 8 obras históricas.
En cierta síntesis, “Hamlet” nos presenta un protagonista que, tras la muerte de su padre el Rey de Dinamarca, busca venganza al enterarse que el asesino fue su tío, el cual, reemplazó a su padre en el trono y arrebató a su esposa.
Me encantó la característica retórica de Shakespeare en la obra, sobre todo en el mismo Hamlet y Polonio. Estaría de más aumentar la narrativa en esta tragedia: un lenguaje <<cortesano>>, que conlleva a parecer más formal e inteligente a la hora de su lectura, el muy bien elaborado “verso blanco” en ciertas partes de la obra y los reconocidos monólogos de los personajes que seguramente quedarán marcados en mi memoria.
Más allá de la narrativa, la historia y los cambios bruscos de los personajes son lo que más destaca y en lo personal me fascinó. Por ejemplo, Hamlet al principio juega con las palabras sin tener una directa expresión de sí mismo que cambia tras su experiencia con piratas, también, la “Duda de Hamlet” cuando duda de cometer el asesinato de su tío o dejar que Dios lo haga. O la locura de Ofelia, tras la muerte de su padre, y su posterior fallecimiento. El final me da mucho que decir con la mala jugada de Claudio que resulta en la muerte de su reina, de Laertes y Hamlet tras la justa con una espada envenenada y la propia a manos del protagonista antes de que desfallezca.
Finalmente, “Hamlet” mediante una narrativa inteligente, una historia llena de bruscos cambios y una venganza a cometer que termina en la muerte de ambos bandos, por no decir “de casi todos los personajes”, me recuerda sin duda que la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena que, aquí, se nota literalmente.
“¡Qué admirable fábrica es el hombre! Qué noble es su razón, qué infinitas sus facultades, qué expresivo y maravilloso en forma y movimiento, semejante a un ángel en sus acciones. Y en su espíritu, ¡es como un dios! ¡Un milagro del mundo! ¡El mejor de los animales!”
(Coraline y la puerta secreta. Referencia a un diálogo de Hamlet de Shakespeare en su escena XIII, Acto II)
Por: Jherely
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