Reseña libro Freaknomics
Enviado por andresc.sanchez • 17 de Abril de 2016 • Reseña • 1.866 Palabras (8 Páginas) • 237 Visitas
El título Superfreakonomics es la segunda parte de Freakonomics, ambos, libros de economía cuyo objeto directo es el comportamiento más bien ético de las personas, entendido desde la perspectiva de los economistas. Lo que hace de esta una lectura fácil de comprender para todo tipo de lector sin necesidad de ser un economista. Publicada por primera vez en mayo del año 2010 por la casa editorial neoyorquina HarperCollins, la obra de más de trescientas páginas es el resultado de la investigación de sus autores, los economistas estadounidenses Steven D. Levitt y Stephen I. Dubner y la participación invaluable de personas tan particulares – desde prostitutas hasta genios inventores – cuyas experiencias son las historias presentadas en Freakonomics como situaciones económicas… como se comporta en general la vida de la humanidad.
“Metiendo lo friki en la economía”, es el título de la introducción del libro, que explica perfectamente el propósito del mismo. Lo friki o gamberro, son curiosidades a las que puede ser aplicada la economía para comprender el comportamiento desde un ángulo diferente. La freakonomía busca responder a la pregunta de qué determina los comportamientos con fórmulas un poco más sociales y menos matemáticas que las utilizadas en la micro y en la macroeconomía.
Después de la nota explicativa y la introducción al libro, encontramos cinco capítulos con protagonistas en variadísimas situaciones, pero al final, no demasiado diferentes. La primera protagonista, Allie, o la prostituta que de acuerdo con el título, se parece a los Santa Claus que rondan por los grandes almacenes en la temporada navideña. Después de ver los datos expuestos en el capítulo, económicamente hablando, se puede definir a la prostitución como un oficio sumamente rentable, aunque, por supuesto esto varía según las condiciones laborales. Vemos que desde el siglo pasado y – quizás antes – ha existido una estratificación de la prostitución, lo que es a penas lógico, ya que las sociedades mismas están estratificadas; en tiempos del racismo es obvio que los negros y los blancos no accedan a las mismas prestadoras del servicio, o por lo menos no pagando las mismas tarifas. Sin embargo la en la decisión de ser o no ser prostituta influyen factores tal vez más fuertes que el sueldo, las implicaciones sociales de ser una prostituta son un precio demasiado alto para la gran mayoría, es decir, que la pérdida suele ser mayor que la ganancia. Sin mencionar por supuesto los casos extremos, pero no aislados, en donde las mujeres son forzadas a vender su cuerpo sin recibir un trato digno, una paga justa ni las mínimas condiciones de salud e higiene, cuando la prostitución no es una decisión económica ni de ningún tipo, sino un abuso.
El siguiente capítulo, titulado “¿Por qué los terroristas suicidas deberían contratar un seguro de vida?” expone algunos datos sobre los factores que influyen desde tiempos anteriores a la concepción en el comportamiento de las personas. Si bien las estadísticas muestran que es más probable que una persona sea un adulto exitoso si su apellido comienza por la letra A y no por la Z, o que va a ser una mejor persona si nace en una familia con recursos y sin carencias, también es cierto que existen excepciones a toda regla y no es menospreciable la magnitud de los terroristas y delincuentes que provienen de orígenes en teoría favorables, así pues, las estadísticas macro no son una guía exacta en la freakonomía. Una vez más, las personas responden a incentivos más imperiosos que el dinero, y sus respuestas tampoco son prácticas en términos de economía. Los efectos secundarios de un gran fenómeno, por ejemplo el atentado terrorista del 11 de septiembre – son infinitamente
divergentes. En los días inmediatamente posteriores las personas dejaron de viajar en avión, el estrés causó accidentes de autos con víctimas mortales, igual que el atentado mismo, y esto por supuesto en cifras, representa grandes pérdidas, pero qué hay digamos de las teorías conspirativas que rodean el atentado y aún hoy, más de diez años después, no permiten hablar con seguridad sobre el asunto. Estas son respuestas humanas, psicológicas, cuyos propósitos no son muy claros, como los de los terroristas, y por eso no pueden ser tratados en términos puramente económicos. Otro ejemplo de esto presentado en el segundo capítulo, es la situación en los hospitales, ¿por qué cuando había menos médicos hubo menos muertes? Parece irónico, en números, si la función de los doctores es salvar vidas, debería haber más muertes de no estar ellos en ejercicio de su labor. Sin embargo los componentes no económicos del asunto vuelven a jugar un papel importante, tanto los pacientes, como los médicos y los medicamentos son actores fundamentales del fenómeno, cuando se tiene acceso a la salud los pacientes acuden a su prestador de salud para revisar casi cualquier dolencia – de casi cualquier tipo – con el más inocente interés de estar mejor, sin embargo los tratamientos médicos no siempre son buenos, salvo que el paciente esté lo suficientemente mal. Otro caso relacionado con la salud es el de la quimioterapia, todos saben que los resultados son la mayoría de las veces fatales, los enfermos sufren más e igualmente el cáncer acaba por matarlos, ¿a qué puede entonces responder el comportamiento de los millones de familias que someten a sus seres queridos a este tratamiento? Claramente no es a las cifras mayoritarias, a las estadísticas, sino a la esperanza, acudir a la posibilidad de ser el uno en un millón que logra vencer el cáncer. Un ser solamente racional que se guíe por las estadísticas sabe que lo menos probable es morir, pero los sentimientos no son racionales, un padre, un hermano, un esposo, no le va a decir a su ser amado que prefiere invertir el tiempo y el dinero que cuestan la quimioterapia en un viaje, ni lo prefiere ni lo va a hacer porque la ganancia aunque poco probable es invaluable para la familia – aunque la EPS sí puede determinar un valor aproximado -: la vida.
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