Resumen Del Fantasma De Canterville

Esta Historia comienza cuando el embajador de los Estados Unidos compra el castillo de Canterville; a pesar de que el dueño anterior le hubiera advertido que el castillo estaba embrujado, y que dentro de él pasaban cosas demasiado extrañas, porque se encontraba alojado un fantasma.

Después de efectuada la compra el embajador, Hiram Otis se dirigió junto con su familia; La señora Otis una hermosa mujer de edad madura, su hijo mayor llamado Washington en honor al presidente, un muchacho apuesto cuya debilidad eran las gardenias y las noblezas; Virginia, su hija de 15 años una chica esbelta y graciosa; y por ultimo sus gemelos, dos niños encantadores.

Al llegar al castillo los aguardaba el ama de llaves una anciana llamada Ummey, la cual les dio la respectiva bienvenida y se sirvió a atenderlos, al estar dentro del castillo la Sra. Otis percibió una mancha en el piso; para lo cual la Sra. Ummey le explico que esa era la sangre de Lady Eleonora de Canterville, que fue asesinada por su marido, Simón Canterville (el fantasma); ante esta noticia, los Otis mandaron a quitarla inmediatamente.

Después de quitada la mancha empezó una tormenta y la Sra. Ummey les advirtió que estuvieran preparados para ver las peores calamidades dentro del castillo, pero el escepticismo que rodeaba a los Otis, les hizo mantener la calma asegurando no temerle a los fantasmas.

A la mañana siguiente seguía reapareciendo la mancha de sangre, y ni por más que la quitaban, siguió apareciendo por varios días, luego de esto un día la familia decidió salir de paseo, para lo cual estuvieron hablando sobre varios temas, pero ninguno tenía que ver algo relativo a fantasmas, ni nada sobre cosas sobrenaturales que pueden hacer preceder a las manifestaciones de los espíritus.

Aquella noche a la una de la mañana cuando ya todos estaban dentro de sus habitaciones, el Sr. Otis oyó un resonar de pasos y un rechinar de metales y al salir al pasillo vio a un anciano de aspecto pavoroso. Sus ojos eran rojos como carbones encendidos; largos cabellos en desgreñados rizos grises caían sobre sus hombros; sus vestiduras eran de corte antiguo y estaban polvorientas y andrajosas, y de sus muñecas y tobillos colgaban cadenas, para lo cual el Sr. Otis sin el menor susto y muy amablemente le ofreció al fantasma una botellita con aceite para que engrase sus cadenas, la dejo en un costado del pasillo y se retiró a su habitación a seguir durmiendo.

El fantasma estaba indignado y arrojo violentamente la botellita contra el suelo, huyo del pasillo lanzando gruñidos, pero los gemelos le tiran almohadas en la cabeza, por lo que el fantasma decide desvanecerse. Al pensar en todas las desgracias que había causado en la vida de otros, y que no causara el más mínimo terror, era intolerable para el fantasma, por lo que decide vengarse de la familia.

Otro día intenta calzarse una armadura para asustar a los Otis, pero no soporta el peso de la misma y se cae mientras se la colocaba, el estruendo despierta a toda la familia: Los gemelos le tiran gomerazos desde arriba de la escalera mientras que la señora Otis le ofrece una pomada para las raspaduras de la rodilla.

Esto lo enoja mucho y decide desaparecer hasta unos días después donde está decidido a asustar a toda la familia, excepto a Virginia, con quien será bueno. Mientras sube a la habitación se encuentra con un fantasma y como nunca había visto uno sale huyendo a su escondite.

Al otro día decide unirse al fantasma para asustar a la familia, pero se da cuenta que era e mentira, armado con una escoba, una calabaza y una vela y con un cartel colgado que decía que el fantasma Otis era el único original y que no se aceptasen imitaciones.

Pese a que la mancha de sangre sigue apareciendo todas las noches a la familia le llama la atención los constantes cambios

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