Resumen del Libro ”El Vendedor Más Grande Del Mundo”
Enviado por Capricornio_22 • 22 de Agosto de 2020 • Resumen • 3.220 Palabras (13 Páginas) • 676 Visitas
UNIVERSIDAD JOSE CARLOS MARIATEGUI
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“AÑO DE LA UNIVERSALIZACIÓN DE LA SALUD”
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y EMPRESARIALES Y PEDAGÓGICAS
ESCUELA DE ADMINISTRACIÓN Y
MARKETING ESTRATÉGICO
TEMA:
Resumen del Libro ”El Vendedor Más Grande Del Mundo”
DOCENTE:
Dr. Jarol Ramos Rojas
ALUMNOS:
ALVAREZ PULLCHES. Tania
CRUZ CARPIO, Danna
HUAMAN HERRERA. Bryan
PAURO MAMANI, Angelina
VELÁSQUEZ QUISPE, Luis
SEMESTRE: VII Ciclo SECCIÓN: “A”
MOQUEGUA – PERÚ
2020
EL VENDEDOR MÁS GRANDE DEL MUNDO
PERSONAJES PRINCIPALES
HAFID: un camellero (cuidar animales) que se convirtió en vendedor.
LISHA: es la esposa de Hafid.
ERASMO: principal tenedor de libros.
PATHROS: fue el padre adoptivo de Hafid, luego de que este lo rescatara cuando sus padres de Hafid fallecieran.
RESUMEN
CAPITULO I
Hafid era un vendedor que vivía en un palacio lleno de riquezas, un día Hafid al darse cuenta que le queda poco tiempo de vida, le ordena a Erasmo vender todos los bienes que tenía.
Erasmo no entendía el motivo por el cual vender todos los bienes ya que por el momento el negocio estaba mejor que otros años, Hafid le explico que ya era un hombre viejo y que sus necesidades eran sencillas, también había perdido a su amada Lisha.
El deseo de Hafid era poder repartir sus riquezas entre los pobres de la ciudad y guardar solo el dinero necesario para terminar su vida sin incomodidades, también le pidió a Erasmo que prepare los documentos para transferir el título de propiedad del palacio a cada uno de los emporios que lo administraban por él y que les de 5000 talentos para que puedan surtir sus estantes.
Finalmente, Hafid le regala 50 mil talentos a Erasmo y le pide que se quede con el hasta que se cumpla una promesa que hizo hace muchos años y la cual solamente sabía Lisha.
CAPITULO II
Erasmo había cumplido todo lo ordenado por Hafid; todo fue repartido entre los administradores de los emporios y la parte que le había cedido a Erasmo. El imperio comercial más poderoso de su época se había disuelto.
Después que Erasmo cumplió con su misión, se encontró con Hafid y este lo llevo a un salón en el que nadie había ingresado y el cual antes estaba al cuidado de un guardia, este salón se encontraba totalmente vacío y solo había un cofre.
La gente especulaba muchas cosas sobre el salón y las cosas que podía haber en él, es por eso que cuando Erasmo ingreso al salón quedo sin palabras al ver que había solo un cofre.
Hafid le mostro el contenido del cofre el cual contenía pergaminos de cuero, le explico el valor de esos pergaminos y que todos esos ellos están relacionados con su éxito.
El primer pergamino era el más importante ya que enseñaba la manera más eficaz de aprender lo que está escrito en los demás pergaminos. Luego Erasmo dudosamente le pregunta a Hafid porque no compartió el contenido de estos pergaminos con las demás personas para que al igual que él fueran exitosos en el arte de vender. Por lo que le contestó que había prometido bajo juramento que compartiría el contenido solo con una persona y que mediante una señal el reconocería al individuo a quien debía transmitir los pergaminos.
Finalmente Hafid le pide a Erasmo que se quede con él hasta el día de la entrega de los pergaminos; a lo cual Erasmo accedió. Los pergaminos eran el secreto de Hafid.
CAPITULO III
Hafid empezó a recordar los tiempos en que él había decidido emprender la profesión de vendedor. Su recuerdo fue el siguiente: Pathros era el mercader más grande que había en la época y era el padre adoptivo de Hafid, luego de que sus padres fallecieran. Hafid trabajaba de camellero para su padre hasta que un día decidió hablar con él para poder ser vendedor ya que se sentía capaz de lograr tal profesión.
Pathros empezó a interrogar a Hafid para saber qué es lo que haría este con tanto dinero, Hafid se preocupa de la riqueza y Pathros lo corrige diciéndole que la verdadera riqueza es la del corazón y no la de la billetera.
Hafid confeso que se enamoró de la hija de Calneh, el cual era un hombre rico, fue entonces que Pathros decidió ayudar a Hafid en su carrera como vendedor.
Pathros le explica a Hafid que no será fácil ser vendedor que como ha tenido que luchar hasta esos momentos deberá seguir. Por tal motivo Pathros lo había destinado como camellero para que aprendiera que nada es fácil en la vida y que todo debe ser ganado fuertemente. Otro consejo dado a Hafid es que las recompensas no son grandes cuando se alcanza el éxito, sino que son grandes porque no todos alcanzan el éxito. Como también que las derrotas son motivo de lucha y del deseo de ser mejor cada día.
Pathros procede a explicarle a Hafid de lo difícil de la profesión de vendedor y lo peor de todo es que se alejara de su familia, luego le encomienda su primera tarea que consiste en ir a vender un manto muy fino y costoso a Belén, el lugar más pobre. Hafid dudo en vender el manto por lo cual se lo hizo saber a Pathros. Pathros le dijo: “Nunca te avergüences de emprender algo, aunque fracases, porque aquel que no ha fracasado nunca ha intentado nada”.
Hafid se destinaba a emprender su misión cuando Pathros lo detiene y le dice: “El fracaso no te sobrecogerá nunca si tu determinación para alcanzar el éxito es lo suficientemente poderosa”
CAPITULO IV
Habían pasado cuatro días que Hafid se encontraba en Belén y aún no había vendido el manto que le dio Pathros. Luego pensó que había fracasado como vendedor y su mente se le abrumo de preguntas sin encontrarles respuestas. Belén era un lugar muy pobre y por eso todos los vendedores pasaban de largo sin detenerse en aquel lugar. Cuando el fracaso se estaba apoderando de él, desistió de su pensamiento cuando pensó en Lisha y le dió motivación para seguir en la venta del manto.
Hafid se dirigió a una cueva en donde había dejado a su animal de carga para pasar la noche. Dentro de la cueva vio una luz resplandeciente y a una familia con un bebé en pésimas condiciones y con mucho frío. Hafid se compadeció de aquél bebé y fue a buscar el manto y cubrió al niño; ante la mirada sorprendida de sus padres.
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