SHUAGGY Y EL LAGO

SHUAGGY Y EL LAGO

Era un jardín abastecido por una gran cantidad de rosales, avellanos, naranjos y una gran variedad de plantas de todos estilos y colores; a lo lejos se observaba los pastizales en una basta pradera, donde las vacas y las ovejas pastaban; pero en el interior de toda esa naturaleza se encontraba un lago tan claro como un cielo sin nubes, el agua cristalina permitía ver las rocas al fondo de este. Sobre el lago, se encontraba una pequeña tortuga de color purpura llamada shuaggy, quien, según afirmaba, tenía grandes acciones que realizar.

-Aguanta a que mi apogeo empiece-dijo-: yo hare mucho mas que dar sombras, repartir frutos, oxigeno, incluso mas que ser el un líquido esencial para la vida.

- Lo dudo mucho de alguien tan insignicante como tú, de hecho es algo que puedo esperar de alguien mas, quien sea, pero me agrada tu actitud, espero ver algun día algo de tus fantasías; o mejor aún, dime tú ¿cuando vere alguno de tus hechos?-dijo el lago-.

-Me tomaré mi tiempo- contesto shuaggy-. Todos ustedes se apresuran tanto en su tarea, que nunca le dan oportunidad a su sentido curioso.

Pasaron aproximadamente nueve meses, shuaggy volvia a donde estaba ese engreido lago, el lago había crecido y estaba lleno de peces diversos, pero ya no era tan claro como antes solía serlo.

-¿Que has logrado mi "gran" pequeño amigo?-pregunto el lago.

Shuaggy lo miro con cierta actitud al ver su monotonía perpetua y siguió su camino sin parpadear ni exclamar. La verdad es que no se veía ningun progreso visible.

Pasaron los años,largos y duros años; el lago habia sido invadido sin descanso por otras formas de vida, ya no era el mismo, de hecho parecía que las sequías de esos tiempos empezaba a afectarlo, hasta llego a ser utilizado como contenedor de desechos por el ecosistema que se encontraba en la pradera, ya no tenía el mismo esplendor, el mismo significado de pureza que mostraba cuando tiempo atras. Las inmundicias pronto estaban por todo el lugar, todo esto en el último invierno.

Principio de un nuevo año. El lago en condiciones inestables volvió a ver a Shuaggy.

-Ya no eres mas que un deposito de olorosos peces e hierba mala  - dijo Shuaggy-; ten cuidado pues en un futuro no muy lejano podrías secarte y ya sabrás lo que sigue: ¡tu extinción!. Has dado al mundo todo lo que tu podías aportarle. Si valia poco o mucho, es cosa que no tengo tiempo de considerar, pues tengo una misión a la cual no dejaré hasta que mi tiempo se acabe, pero lo cierto es que no has intentado lo mas mínimo para poder mejorar, de otro modo, hubieras podido producir algo distinto, algo fuera de tus principios pero a final de cuentas útil para la vida o para  darle otro valor a tu instancia en este lugar. ¿Lo negarás?; pronto te convertiras en una fosa desertica. ¿Comprendes lo que trato de hacerte reconocer?

-¡Me alarmas!- exclamó el lago-. Nunca en mi rica vida me había puesto crear conciencia sobre tal cosa.

- No; nunca te has dedicado a pensar mucho que digamos ¿verdad?. Pero ¿no has reflexionado alguna vez, por casualidad, en cual era la razón que te hacía tan importante en este ambiente,  la esperanza que eras para algunos o para qué estabas ahí y no en otro lugar?

-No - replicó el lago-; sólo estaba aquí,moviendo mi masa con la brisa del viento de aquí para allá esperando a ser mantenido cada día, porque no podía hacer otra cosa. El sol calentaba tanto, la brisa era tan fresca, solo me importaba disfrutar de eso, sentirlo, respirarlo..., ¡vivía!. Después, sentía que una fuerza externa me daba en mi punto más débil y solo quería que pasara de nuevo y de nuevo. Sentía un enorme placer, siempre nuevo, siempre grande, me hacía creer que lo era. Era mi vida y no podía obrar de otro modo.

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