"SOCIOLOGÍA DE LA RELIGIÓN" DE MARX WEBER.
Enviado por eadduam27 • 27 de Octubre de 2013 • 2.921 Palabras (12 Páginas) • 1.015 Visitas
ENSAYO DEL LIBRO “SOCIOLOGÍA DE LA RELIGIÓN” DE MARX WEBER.
Weber autor de la “Sociología de la religión” expone inicialmente en su obra hermenéutica las condiciones y efectos de un determinado tipo de acción comunitaria, las acciones religiosas deben realizarse para que te vaya bien y vivas largos años sobre la tierra. Así, considera toda acción religiosa o mágica inicialmente racional, ya que se actúa conforme a las reglas de la experiencia. Solo nosotros, desde nuestro conocimiento de la naturaleza podemos descubrir la falta de racionalidad causal entre los sucesos.
Todas las doctrinas buscan la sistematización de lo cotidiano, para que cada individuo alcance hábitos durables y una determinada conducta de vida.
Weber personaliza cada religión en un individuo: El puritano es el emprendedor; el Islam es del guerrero que somete; el judaísmo es el mercader viajero; el cristianismo es del artesano itinerante; el confucianismo corresponde con el burócrata que quiere ordenar el mundo; el hinduísmo es del mago; el budismo, del monje mendicante errante.
Generalmente se parte de una abstracción: en los objetos o personas se esconde un "espíritu".
La acción religiosa ordena las relaciones del alma y los dioses con el hombre. Los poderes suprasensibles hacen que los fenómenos signifiquen algo, así el mago llega al simbolismo. De esta forma surgió pronto la idea de hacer inofensiva al alma mediante el entierro o el destierro.
Especialmente importante es el sentido de estereotipo que alcanzan las ideas religiosas: lo santo es lo específicamente invariable.
Inicialmente, los dioses no son imaginados como una "especie" de ser humano, por lo general, con la racionalización de la práctica religiosa y la vida en general se produce la "formación del panteón", esto es, la especialización de las figuras religiosas y la dotación de atributos y competencias.
La necesidad de dioses se da en sociedades en las cuales la agrupación aparece como una unión, no con un dominador, teniendo la necesidad de un dios particular, un dios exclusivo. Esto no conduce necesariamente a un monoteísmo, ya que donde exista un dios local la primacía estará en sus manos.
La esfera económica: Las religiones de salvación sublimada se han relacionado de manera cada vez más tensa con las economías racionalizadas.
Una economía racional: es una organización funcional dirigida a la fijación de precios monetarios surgidos de las luchas de intereses entre los hombres verificados en el mercado.
En todas las técnicas racionales de salvación, las recomendaciones contra la afición al dinero y las posesiones terminaron por prohibirlos.
Ninguna genuina religión de salvación ha logrado suprimir la tensión existente entre su religiosidad y una economía racional. Externamente esta tensa relación ha sido resuelta de la manera más radical en la ética de los virtuosos religiosos, a sabor, negándose a la posesión de bienes económicos.
El monje desposeído no puede disfrutar más que de aquello que la naturaleza y sus semejantes le dan voluntariamente.
Sólo existieron dos caminos no contradictorios para evitar fundada e internamente la tensión entre la religión y el inundo económico: Primero: la paradoja de la ética puritana de la vocación". El puritanismo consintió la "rutinización" del mundo económico, tanto como al inundo en su conjunto, como algo animal y corrompido.
El otro camino no contradictorio que hizo posible evitar la tensión entre economía y religión es el misticismo. La "bondad" del místico. El misticismo se desinteresa de la persona en cuanto tal persona; el místico bondadoso da mucho más de lo que le piden, sea quien sea la persona que ocasionalmente se cruce en su camino y se le acerque, y lo hace meramente porque ocurre que esa persona se halla en su camino. No por amor al ser humano, sino meramente por el amor a la devoción.
Solo son monoteístas estrictas el Islam y el Judaísmo. De esta forma, frente al monoteísmo religioso, el dios local es accesible, se puede obtener su influencia mágica.
Las religiones menos desarrolladas practican la "suplica". El contenido de la plegaria será de alejamiento de los males y de ventajas terrenales. De esta forma tiene un doble carácter, una relación con lo divino, y un racionalismo practico.
Distingue entre dioses y demonios, frente a los cuales se hace la coerción mágica, esta separación no se realiza en ninguna religión de forma tajante, ya que muchos rituales religiosos contienen elementos mágicos.
La esfera política: El político se comporta exactamente igual que el hombre económico, de una manera positiva "sin consideraciones por la persona", sino sin odio y, por tanto, sin amor.
El Estado es una asociación que reclama para sí el monopolio del uso legítimo de la violencia, y no existe otro modo de definirlo. El Sermón de la Montaña dice "no resistas el mal". El Estado, por el contrario, afirma, "Colaborarás en la victoria de la justicia mediante el uso de la fuerza, y si no serás responsable de la injusticia. La fuerza y la amenaza de fuerza, generan inevitablemente más fuerza.
La competencia entre la fraternidad de la religión y la de la comunidad guerrera. Análogamente al caso de la economía, las dos únicas soluciones sólidas para este conflicto son las del puritanismo y el misticismo.
La guerra justa se hace para realizar el mandamiento divino, o en favor de la fe, lo cual en cierto modo siempre implica una guerra de religión, Por lo tanto, las aristocracias de salvación se niegan a colaborar en las guerras de las autoridades políticas que no estén nítidamente determinadas como guerras santas..
Para la ética social orgánica resulta intolerable la simple circunstancia de que lo sagrado sólo sea accesible para algunos y no para todos.
La esfera estática: La sublimación de la ética religiosa y el anhelo de salvación, por una parte, y el desarrollo de la lógica inherente al arte, por la otra, han propendido a determinar una relación cada vez más tensa. El arte ofrece una salvación de las rutinas de la vida cotidiana y, particularmente, de las progresivas presiones del racionalismo teórico y práctico.
La esfera erótica: La ética fraternal de la religión de salvación se encuentra en hondo conflicto con el mayor poder irracional dé la vida; el amor sexual. La tensión entre sexo y religión se vuelve más punzante cuanto más
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