Se abre la puerta a oscuras

Se abre la puerta a oscuras

Hubo una vez En un lugar del eje cafetero en el cual la naturaleza abundaba, dejando una vista hermosa y un aroma fresco y  dulce (escenario), donde vivía una familia conformada por 3 integrantes, el padre llamado Pedro, su esposa llamada Abigail y su hijo llamado Gabriel (personajes).

Eran una familia muy unida y también creyente; Cada domingo iban a la iglesia y crecían espiritualmente con cada día que pasaba.

Estando un día en su hogar, la abuela de Gabriel le dio una profecía a su familia, en la cual decía que iban a ir a un lugar nuevo y desconocido en el cual tendrían muchas dificultades, pero los ayudaría a crecer tanto personalmente como espiritualmente; La familia de Gabriel no creyó en aquella profecía ya que estaban muy bien económicamente y no habían tribulaciones.

El padre  trabajaba como administrador en una compra-venta; Él tenía algunos conflictos morales ante el trabajo que tenía, ya que en su trabajo, hubo veces en las que tuvo que engañar a personas aunque él sabía que estaba mal, dejándolo así con un vacío moral, y entre la espada y la pared, ya que no podía renunciar porque su trabajo era el sustento de él y de su familia.

Un día, estando en su trabajo, le dieron la noticia de que iban a vender la compraventa que administraba dejándolo sin empleo; el padre quedo atónito al escuchar esto, pensando ¿qué iba a hacer?, ¿cómo iba a mantener a su familia?, esas dudas agobiaban su cabeza ahogado de preocupaciones y sumido en muchas dudas olvidando así la profecía que Dios le había prometido.

Al llegar a su hogar le conto a su esposa y ambos preocupados, llamaban a viejos amigos para ver si alguno tenía un trabajo que ofrecer, estando gran parte de la noche llamando y pensando, hasta que recibieron una llamada de un viejo amigo, el cual les ofreció un trabajo en otro lugar, dejándolos con la duda de que iban a hacer con su hogar y con sus cosas, lo cual tuvieron que dejar atrás, aceptando así la oferta de trabajo, sin recordar la profecía que Dios les había prometido.

Al llegar a este nuevo lugar, la familia tuvo que pasar un duro proceso para adaptarse tanto física como mentalmente a este cambio drástico, lo cual hizo crecer aún más su espiritualidad.

El padre obtuvo la oportunidad de trabajo y al llegar, se dio cuenta que ganaba el triple del pago que recibía en su antiguo trabajo, dándole así la oportunidad de tener muchas más comodidades y posibilidades que las que se podían dar antes.

Un día mientras hablaban con la abuela de Gabriel por teléfono antes de cortar la llamada la abuela dijo las palabras: Dios es fiel… haciéndolos así recordar la profecía que Dios le había revelado a la abuela dándose cuenta que Dios cumplió lo que prometió, cuidando a esta familia hasta el día de hoy.

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