Siddhartha
Enviado por vanianuko • 7 de Diciembre de 2014 • 638 Palabras (3 Páginas) • 309 Visitas
Siddartha era un joven admirado y respetado por todos menos por el mismo. Se dedicaba al arte de la contemplación y al ritual del ensimismamiento. Nunca se sintió bien consigo mismo, no le encontraba la razón ni sentido a su vida.
Un día le pide autorización a su padre para unirse a los samanas una religión cuya forma de vida era el ayuno, la espera, la paciencia.
Cuando el padre aceptó se fue con su amigo Govinda a vivir junto a los samanas, después de muchos años decide abandonarlos, por el echo de que, según Siddartha, le tomó el sentido y esencia de las cosas, se sintió nacer, tomo conciencia de lo que era él, se dio cuenta que no pertenecía a ningún grupo, quería vivir solo su propia vida siguiendo solo su voz interior por ello dejó a los monjes, a su amigo y las propuestas del Buda.
Cruzando bosques llegó a un río el cual debía cruzar para llegar al pueblo, lo ayudo un barquero sin pedirle nada a cambio sólo su amistad.
Al otro lado del río camino al gran pueblo se encontró con una cortesana de la cual se enamoró, ella le buscó trabajo con un comerciante, se hizo rico, pero indolente, insensato, jugador. Perdió todo lo que tenía y quería morir, ya que sintió asco de si mismo. Se separo de Kamala (nombre de la cortesana) y se fue a vagar sin rumbo.
Pero por segunda vez lo ayudo el barquero, quien estaba encargado de cruzar el río. Siddartha le pidió que lo albergara en su cabaña a cambio de sus ropajes y la ayuda que fuera necesaria para el trabajo en la barca.
Un día que muchos monjes y gente, cruzaba por el río para ir a ver a Buda que iba a morir, llego Kamala (la mujer con quien tubo relaciones durante mucho tiempo) con un niño de once años que era su hijo, la mujer estaba muy enferma y fue ayudada por Siddartha y su amigo Vasudeva, pero no pudo recuperarse y murió. Antes de esto la mujer le había entregado a su hijo llamado Siddartha. El niño era rebelde, atrevido y nunca correspondió el amor que el padre le daba.
Un día huyó y se llevó las monedas que ellos guardaban producto de su trabajo. Siddartha decidió ir en busca de su hijo pero cuando llego al pueblo, a la puerta de los jardines que alguna vez fueron de Kamala y que ahora pertenecían a los monjes, se dio cuenta que era imposible encontrarlo. Recordó por un momento todo lo que había vivido ahí. En eso estaba cuando su amigo Vasudeva se encontró con él (lo había seguido) y se devolvieron a la cabaña dispuestos a no buscar más al niño y siguiendo la lección del río que le enseñaba a esperar, callar.
Un día después de tanto sufrir y esperar decidió ir a buscarlo pero su amigo le dijo que escuchara al río como se reía y Siddartha dejó de luchar contra el destino. En ese momento, al verlo resignado, sereno su amigo Vasudeva se despide de él y se fue a los bosques, a la unidad.
Un
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