Stepehn King: EL TERROR TIENE NOMBRE PROPIO
Enviado por R.A.JAIME • 15 de Febrero de 2013 • 4.868 Palabras (20 Páginas) • 718 Visitas
El terror tiene nombre propio: Stephen King
1. Introducción
Después de treinta años de prolífica labor literaria, con millones de libros vendidos en todo el mundo, calificar a Stephen King de "el maestro del terror" es como decir que a Einstein se le daban bien las matemáticas. Desde la aparición de Carrie en 1974 hasta Dreamcatcher (Cazador de Sueños) en 2001, King ha sido el referente por excelencia de un género que extrañaba el magnetismo narrativo y la magia argumental de los genios de antaño. Su cautivante prosa, sus fantásticos argumentos, sus personajes de carne y hueso y su habilidad para mantener al lector en vilo hasta el final no sólo han facilitado la tarea del público al enfrentar una góndola de librería sino que también han provisto de un nuevo término para aquellos críticos del arte escrito que deben ponderar una obra de ficción: kingniano. En efecto, si es posible caracterizar unahistoria de suspenso a la manera de Alfred Hitchcock o una policial al estilo de Agatha Christie, sin duda es lícito halagar un relato de terror al estilo de Stephen King.
El objeto de este ensayo es analizar los componentes de la novela kingniana tanto desde la perspectiva del escritor como del lector, no para elaborar una receta del éxito (lo cual es una utopía conocida para todo autor que se proponga escribir "a la manera de", como así también por los lectores que los sufren), sino para conocer cuáles son las claves que han hecho de Stephen King el Einstein de la narrativa de terror.
2. Rasgos Biográficos del Autor
Stephen King nació en Maine, Estados Unidos, en 1947. Trabajó como profesor de literatura inglesa y tras el éxito de su primer novela, Carrie, se dedicó exclusivamente a su carrera de escritor. Es autor de alrededor de cuarenta novelas, varias de las cuales han sido adaptadas al cine. Está casado con Tabitha King, también novelista, y es padre de tres hijos.
De niño Stephen sentía predilección por las novelas y películas de terror; él mismo dice que se educó en el amor a la noche y los ataúdes que no se quedan quietos. Escribe novelas de terror simplemente porque es un tema que lo apasiona tanto o más que a sus millones de lectores, lo lleva en la sangre. En On Writing lo explica con estas palabras: "Cuando me preguntan por qué decidí escribir lo que escribo, siempre pienso que es una pregunta más reveladora que cualquier respuesta que pueda dar. Es como esas barritas de chocolate con caramelo dentro: encubre la suposición de que es el escritor quien controla sus materiales, no al revés."
De modo que no hay que darle muchas vueltas al asunto: King escribe novelas de terror porque eso es lo que le sale cuando se sienta frente a la hoja en blanco. Elaborar un perfil psicológico de King a fin de establecer los motivos de su vocación por el terror es una tarea que escapa a la intención de este trabajo y, por otro lado, destinada al fracaso desde el momento en que no tenemos al autor sentado en una diván para analizarlo. Así como hay autores que desarrollan su imaginación en otros tópicos (campañas militares, armas biológicas, viajes, la historia, el universo intergaláctico, etc.), King crea situaciones fantásticas en escenarios cotidianos, con personajes simples y reconocidos de la sociedad occidental, por lo que la comprensión del contexto y la identificación de los protagonistas no requiere ninguna concesión a nivel consciente por parte del autor, lo que en definitiva redunda en la elaboración conjunta entre escritor y lector del atributo más necesario de una novela de terror: la verosimilitud.
3. El Género
Las novelas de King no presentan la dificultad de otras obras contemporáneas a la hora de clasificarlas de acuerdo al género, los críticos de todo el mundo se refieren al autor como el "maestro del terror" y poco queda por agregar. No obstante, conviene aclarar que si bien todas sus obras se caracterizan por la inclusión de situaciones o personajes extraordinarios, King utiliza con auténtica maestría recursos de la narrativa policial que resultan necesarios para mantener la pulsión devoradora de páginas de sus lectores, convirtiendo a sus obras en verdaderos thrillers de acción, suspenso y terror.
4. Los Temas
Sin duda uno de los factores que más ha contribuido al éxito de las novelas de Stephen King es la selección temática: en general son tópicos simples, conocidos por todos (en particular por la sociedad norteamericana); la habilidad del autor reside precisamente en sacar una historia fantástica, aterradora, en un tópico que de rutinario hasta nos resulta aburrido.
En su trabajo On Writing (traducido al castellano "Mientras escribo" por la misma clase de traductores que no dudan en subtitular "Día de Furia" a la película "Falling Down"), King habla de los temas de la vida que le resultan lo suficientemente interesantes para impulsarlo a escribir una o varias novelas al respecto: a) la imposibilidad de cerrar tecnocaja de Pandora una vez abierta (Apocalipsis, Tommyknockers, Ojos de Fuego); b) la cuestión de por qué, si hay un Dios, ocurren cosas tan horribles (Apocalipsis, Desesperación, La Milla Verde); c) la delgada línea divisoria entre realidad y fantasía (La Mitad Oscura, Un Saco de Huesos, La Invocación); d) la violencia (El Resplandor, La Mitad Oscura); e) las diferencias fundamentales entre niños y adultos (It–Eso, La chica que amaba a Tom Gordon, Un Saco de Huesos); y f) el poder curativo de la imaginación.
El mismo King advierte que, desde la perspectiva del escritor, el análisis del tema de una novela no debe abordarse sino hasta haber redactado la primera versión: "Empezar por las cuestiones e inquietudes temáticas es una de las recetas de la mala narrativa, la buena siempre empieza por la historia (el argumento)". Desde la perspectiva del tema, poco lectores se sentirían tentados por el tópico de "Carrie" (el primer éxito literario de King), que sin embargo vendió millones de copias en todo el mundo. Veamos: una joven adolescente que carece de la contención de un entorno familiar normal sufre el rechazo y las burlas de sus semejantes. Es una situación harto frecuente en el mundo occidental y no sería insensato afirmar que la mayoría de los adultos han visto de cerca (o, incluso, han sufrido) las miserias de ser la chica o el chico menos popular de la escuela , del barrio o del club. Asimismo sabemos, por experiencia propia o ajena, que la infelicidad de ser el hazmerreír de tus compañeros puede convertirse en un verdadero suplicio si no se dispone de un entorno familiar que cumpla una función de anclaje y restituya la perspectiva real de las cosas (en otras palabras, un padre y/o una madre que valore las pavadas adolescentes en su verdadera dimensión:
...