TRANSFORMACIÓN POSIBLE DE LA EDUCACIÓN PARA LA NIÑEZ INDÍGENA POLÍTICA EDUCATIVA PARA LA NIÑEZ INDÍGENA. EQUIDAD Y ORIENTACIÓN A RESULTADOS.

Las condiciones de desigualdad económica y la falta de oportunidades para la igualdad en todos los ámbitos, obligan a los encargados de la toma de decisiones a tener una visión de política pública con énfasis en una educación que reúna todas las características que demanda el ejercicio de los derechos humanos.

La mejora continua de la educación indígena asegura un espacio de actuación para el funcionario federal y estatal; así como una participación prioritaria de los recursos materiales y las capacidades humanas. El profesorado para poblaciones indígenas es el sector más exigido en cuanto a innovación y dominio de competencias docentes; con ello la profesionalización y formación continua de los docentes indígenas a adquirido sentido al ofrecer alternativas accesibles y flexibles, orientadas al desempeño de los alumnos.

La educación indígena participa en la Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB) aportando la perspectiva de la diversidad cultural como un valor curricular.

EL CONTEXTO INDÍGENA. LA NECESIDAD DE EQUIDAD EN LA EDUCACIÓN.

La educación para poblaciones indígenas tiene frente a sí la responsabilidad de aseguramiento y de la pertinencia cultural y lingüística la cual pone de manifiesta la administración de lo público.

La población indígena ha migrado hacia otros estados y municipios en búsqueda de mejores oportunidades y opciones de vida.

Desde la educación para las poblaciones indígenas, se considera una justa dimensión a las circunstancias en las que el profesorado y los pueblos indígenas buscan hacer escuela y generar ambientes de aprendizaje.

Las escuelas de las poblaciones indígenas deber constituir el detonador que transforme la vida de las personas.

PERSPECTIVA DE LOS DERECHOS HUMANOS E INCLUSIÓN EDUCATIVA

Los derechos humanos, culturales y lingüísticos se han definido teniendo como factor de concreción a la educación.

Integralidad: implica garantizar un sistema de referentes culturales y prácticas sociales diversas, que impliquen saberes culturales y el reconocimiento de las diferentes lenguas o idiomas indígenas.

Equidad: modificar las condiciones de los grupos que transitan ancestralmente en la historia de nuestro país, como un derecho y un acto de reconocimiento social y justicia.

Compromiso político: incorporar redes de trabajo interinstitucional con las diferentes dependencias que atiendan a la población indígena.

Cultura ciudadana: fortalecer el reconocimiento de la diversidad y el diálogo intercultural como expresión del avance democrático en México.

Conocimiento de la experiencia: diseñar y recuperar las prácticas educativas y metodologías mediante la interacción del contexto global y local.

Participación social: estimular la participación de diferentes sectores sociales para fortalecer la educación básica indígena.

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