Tomas Moro – Utopía. Capítulo VI: De los Viajes de los Utópicos
Enviado por Corinahuyk • 7 de Mayo de 2023 • Resumen • 698 Palabras (3 Páginas) • 55 Visitas
Tomas Moro – Utopía
Capítulo VI: De los Viajes de los Utópicos
“Su mucha experiencia comercial les permite acumular increíbles riquezas, y de este modo igual les importa vender al contado que a plazos, con la particularidad de que vigilan mucho los pagarés, que no aceptan nunca de los particulares, sino que exigen mediante documentos que lo garanticen el aval de una ciudad. La ciudad, cuando se acerca la fecha del vencimiento, reclama el pago de los documentos a los particulares depositando lo cobrado en sus casas de cambio, hasta que los habitantes de Utopía lo reclaman, beneficiándose, mientras tanto, de su interés.
Por lo general, éstos no retiran dichas cantidades, pues piensas que no sería lícito obtener lo que ellos no usan de manos de quien consigue con ello algún beneficio. Sin embargo, si las circunstancias lo aconsejan, reclaman el pago; por ejemplo: cuando quieren prestar a otro país parte de la cantidad o cuando tienen necesidad para hacer la guerra. Únicamente con dicha finalidad guardan en la isla todo el tesoro que poseen, con el fin de prevenirse contra los graves e imprevistos peligros. Mediante ese dinero pagan grandes cantidades a los mercenarios de países extraños, a quienes mandan a la guerra antes que a sus con ciudadanos, pues saben que a los enemigos se les puede comprar con el oro y hasta lograr que se destruyan entre sí por medio de la traición o en lucha abierta. Por todo ello conservan dicho gran tesoro”
“No intercambian entre sí ningún tipo de moneda, sino que la almacenan en previsión de lo que pudiera acontecer. El oro y la plata, materiales con los que se fabrica la moneda, no poseen allí mayor valor que el que les dio la naturaleza. ¿Y quién no observa la diferencia con el valor del hierro? ¡Por Hércules!, los mortales no pueden despreciar el hierro ni el fuego ni el agua, mientras que el oro y la plata no tienen utilidad práctica. Únicamente la insensatez de los hombres les da un valor porque no abundan”
“Por el contrario, los utópicos comen y beben en servicios de arcilla y de vidrio, muy adornados a veces, pero que no tienen ningún valor, mientras que el oro y la plata son utilizados no solo en los edificios públicos, sino en los hogares, con el fin de construir recipientes para los usos humanos más innobles. También las cadenas y los grillos con que se sujetan a los esclavos son de oro y plata, y los condenados por los mayores crímenes llevan obligatoriamente pendientes, anillos, collares y diademas de oro finísimo. De esta forma logran que el oro y la plata sean despreciados, y en caso de necesidad puedan desprenderse de estos metales sin pena alguna, mientras que para los demás mortales su pérdida es tan dolorosa.”
De las religiones de los utópicos
“Al dictar esas leyes, Utopo no polarizó únicamente su atención en mantener la paz, rota en épocas pasadas por incesantes guerras y terribles venganzas, sino que lo creyó conveniente para la misma religión sobre la que nunca se atrevió a tomar a la ligera ninguna decisión, por no saber si fue Dios quien, deseando cultos diferentes y variados, inspiro uno a cada pueblo.
Le pareció monstruoso y absurdo usar de la fuerza y la coacción para que todos aceptaran lo que se cree debe ser la verdad; pensaba que si una religión era la verdadera y falsas las demás, fácilmente conseguiría el triunfo sobre éstas, superándolas en todos los terrenos mientras se obrara con moderación y raciocinio; contrariamente, si la pugna había de decidirse por medio de la lucha y la revolución, los más perversos, que son los mejores guerreros, asfixiarían a la mejor y más santa religión con sus insensatas supersticiones.
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