Trabajo sobre El Principito
Enviado por p.madur • 11 de Febrero de 2018 • Trabajo • 3.611 Palabras (15 Páginas) • 592 Visitas
[pic 1] E L PRINCIPITO
| Pilar Madurga Lacalle Introducción a los estudios universitarios Universidad Francisco de Vitoria 30-03-2016 |
EL PRINCIPITO
- Actitudes vitales de los personajes del Principito
Estas cuatro actitudes vitales podemos verlas reflejadas en el Principito, pues en realidad las cuatro estas relacionadas entre sí. Para ser un verdadero buscador de la verdad necesitas formarte integralmente porque para descubrir la verdad antes tienes que conocer y formarte, esto te lleva a realizar una síntesis de saberes, es decir, quedarte con lo que realmente importa; el estar formado integralmente y haber realizado esta síntesis de saberes te lleva, de una forma u otra, a servir a la sociedad.
En primer lugar, el Principito es un verdadero buscador incansable de la verdad, podríamos decir que es uno de los mejores ejemplos para esta actitud. El Principito, tal como vemos nada más empezar el libro, pregunta sin parar, por y para cualquier cosa pregunta. Esto es por ese afán de saber que tiene, de aprender. Pregunta porque no sabe y quiere saber. Preguntando no demuestra ser un ignorante, sino que posee una inquietud o curiosidad, la verdad.
Como ya he dicho el hecho de ser un buscador incansable en la verdad te forma integralmente también, una cosa lleva a la otra. Podemos ver como el Principito se forma, no por tratar temas serios para “mayores”, sino por ir más allá de la apariencia, llegar hasta el sentido, por qué y el para que de las cosas.
Un sabio no es sabio porque lo sepa todo de todo, sino porque conoce, ha vivido y la experiencia le ha llevado a la sabiduría. Sobre esta experiencia y conocimientos ha realizado una síntesis de saberes. Esto lo podemos ver en el Principito. Este durante sus viajes ha conocido y ha vivido, se ha formado y todo eso lo ha sintetizado, es decir, se ha quedado con lo mejor de cada uno, con aquello que le puede ayudar en su camino. Debemos aprender a buscar la esencia de las cosas, como el principito, y no quedarnos con lo prescindible.
Tras este camino en el que el Principito va integrando estas actitudes vitales que hemos mencionando, llega el punto de compartirlo. De que nos sirve conocer la verdad, vivir y aprender si luego lo encerramos en nosotros mismo y no lo compartimos. Todo lo que aprende el Principito en sus viajes, tanto lo bueno como lo malo, lo comparte luego con el fin de servir a la sociedad, la última característica esencial.
En el libro del Principito, también podemos encontrar otros personajes con estas características en negativo, como es el ejemplo del bebedor, el cual plantea un absurdo: tiene vergüenza de que bebe y por eso, bebe. Se trata de un círculo vicioso e irracional. Simboliza la falta de fuerza de voluntad y superación humana. El círculo cerrado en el que se encuentra este personaje es una ventana a cómo un problema nos puede llevar a un callejón sin salida si no ponemos suficiente empeño en superarlo, lo cual nos impide formarnos integralmente, además de estar rechazando la verdad.
“—¡Bebo! —respondió el bebedor con tono lúgubre. —¿Por qué bebes? —volvió a preguntar el principito. —Para olvidar. —¿Para olvidar qué? —inquirió el principito ya compadecido. —Para olvidar que siento vergüenza —confesó el bebedor bajando la cabeza. —¿Vergüenza de qué? —se informó el principito deseoso de ayudarle. —¡Vergüenza de beber!”
En el caso del hombre de negocios, el cual representa la ambición económica que poseemos. El personaje se encuentra siempre ocupado contando las estrellas que piensa poseer; planea utilizarlas para comprar más estrellas, todo ello sin saber el nombre de éstas. Sin tiempo para sí ni para nadie, esclavo del trabajo que le hace rico y libre, no disfruta de las cosas de la vida, no vive. Podemos ver como el hombre de negocios, al contrario que el Principito, no busca formarse integralmente, ni conocer la verdad; sino que solo quiere saber acerca de sus estrellas, comprar más y seguir siendo dueño de todas las estrellas. Se ha creado su mundo en el que cree que posee la verdad, que al ser dueño de las estrellas ya lo tiene todo, y no es así.
“¡He trabajado tanto! ¡Yo soy un hombre serio y no me entretengo en tonterías!”
Otro ejemplo es el del vanidoso, que representa la vanidad y el egoísmo del hombre, es el deseo de reconocimiento y admiración social. Este personaje nos recuerda que la apariencia no es lo importante si estamos solos, la vanidad es un defecto que todos tenemos, queremos ser más y sentir que somos mejores, y como dice el principito: “¿para qué te sirve? Decididamente, las personas grandes son muy extrañas”. El vanidoso, también ha creado su propia realidad en el que él es la verdad, el mejor y más importante, busca lo que le interesa y cree solo lo que le conviene, rechazando la auténtica verdad.
“Pero el vanidoso no lo entendió. El vanidoso no escucha más que las alabanzas” o “—¿Verdad que me admiras mucho? —preguntó el vanidoso al principito. —¿Qué significa admirar? —Admirar significa reconocer que yo soy el hombre más bello, el mejor vestido, el más rico y el más inteligente del planeta. —¡Si tú estás solo en tu planeta! —¡Hazme ese favor, admírame de todas maneras! —¡Bueno! Te admiro —dijo el principito encogiéndose de hombros—, pero ¿para qué te sirve?”
En el caso del geógrafo, un personaje sabio, inteligente y estudioso, que pasa todo el tiempo encerrado en su gabinete, elaborando mapas, pero jamás deja su escritorio para explorar. Interesado en las cosas eternas invariables, no como las "flores". Su mundo es mayor que el de los otros, por una vida más plena dedicada al conocimiento, pero cometiendo el error de no experimentar por sí mismo lo que puede ofrecerle esto. El geógrafo, por tanto, sabe mucho pero no conoce, no ha experimentado solo conoce la verdad que se esconde tras los libros, pero no la ha buscado más allá de su “mundo”.
Por ultimo encontramos personajes como el rey o el vanidoso, los cuales no están dispuestos a servir a los demás, a ayudarles. Todo giraba en torno suyo, pero en realidad no había nadie que obedeciese y sirviese al rey, ni que admirase al vanidoso. Están solos, no sirven a nadie más que a ellos mismos.
“Ignoraba, que, para los reyes, el mundo está muy simplificado. Todos los hombres son súbditos”
“Para los vanidosos, los otros hombres son admiradores suyos”
- Capacidad de asombro del Principito
Para poder conocer mejor la realidad, conocer la verdad y formarnos integralmente, debemos estar abiertos a conocer, dejarnos sorprender y admirar las cosas. Para ello, como ya hemos tratado en otras preguntas, debemos buscar la esencia de las cosas, imaginar, mirar con una mirada más profunda, es decir, descubrir.
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