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Un trágico amor


Enviado por   •  9 de Marzo de 2022  •  Tarea  •  4.225 Palabras (17 Páginas)  •  113 Visitas

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       Un

trágico amor


capitulo 1

Hoy es el día de mi boda, se supone que debería ser el momento más feliz de mi vida, pero no es así, y espero no llegar a arrepentir me de esta decisión, este matrimonio no lo quería, no lo quiero y a pesar de que estoy a punto de entrar a la iglesia y querer irme, no tengo el cómo salir de aquí, no tengo como escapar, quisiera que Francisco viniera paro mí, que nos fuéramos, quiero a Sebastián, no tanto como a él le gustaría a pesar de que ha demostrado tener sentimientos muy buenos por mí, la verdad no es lo que quiero, daría todo porque Francisco apareciera e impidiera esto, pero tiene tanto que no hablamos ni nos vemos, pero él es el culpable, sin tan solo no me hubiera mentido.

Recorrer el altar y ver a Sebastián esperando me, me hace sentir un gran vacío en mi alma, fingir una sonrisa y desear desaparecer, huir, no estar aquí.

             - ¡¡¡Detengan esta boda!!! – entro corriendo francisco gritando antes de que mi padre me entregara a Sebastián.

             - ¿Francisco…? – lo miraba con mis ojos llenos de lágrimas con ganas y deseos de poder ir corriendo hacia el y decirle que nos fuéramos.

             - Por favor Marian no te cases con el – me miraba con sus ojos llenos de llanto, con una mirada que me arrancaba mi alma y me dejaba pensando, ¿Qué pasaría si me escapo con Francisco?

4 años atrás…

Hoy inicio mi carrera en derecho, me encanta que me digan licenciada Marian, se siente bien llegar a este punto de mi vida me siento completa, aunque aún me falten cosas por hacer y por realizar, mi mejor amiga Lessiy, entro junto conmigo algo bueno ya que terminaremos la universidad como lo planeado.

Hoy nos tocó asistir a una conferencia de un licenciado no tan reconocido, pero tiene una gran fama por ser el mejor del país, bueno eso dicen me parece interesante, el licenciado Francisco, un hombre muy apuesto a pesar de que tiene 30 años se ve muy joven, muy apuesto.

           - ¿Qué tanto le ves a el licenciado he María? - me decía Leesiy con una voz muy burlona y riendo.

           - no, yo no lo miro- le decía riéndome y sonando un tanto nerviosa y tartamuda en un tono muy bajo, para que no se pudiera escuchar y no interrumpir la conferencia.

           - pues si tú no lo ves a él, déjame decirte que el sí a ti y con demasiada frecuencia – me lo dijo en un tono demasiado bajo apenas podía escucharla.

Pero tenía razón, en pequeños momentos se me quedaba viendo, pero me gustaba, sabía que no era posible tener algo ya que podía que solo fuera una pequeña casualidad, pero no sabía que era lo que sucedería.

          - es muy mayor para ti Mari, así que antes de hacer algo por favor piensa en lo que aras – me decía Santiago con una voz tana seria como si me estuviera llamando la atención de algo que era muy probable que no pasaría.

           - ¡¡¡hay por favor!!!, no pasaría nada ni aun que yo lo quisiera – levante un poco la voz, con suerte no me escucharon, pero también se lo dije nerviosa porque si existía la oportunidad si me gustaría hacerlo.

Santiago era un gran amigo para mí ya que en todos los momentos complicados él era el que estaba conmigo, aunque no se lo pidiera era una parte importante en mi vida al igual que Leesiy.

Terminando la conferencia nos quedamos otro momento nosotros tres para platicar un poco más sobre el tema después de eso iríamos a comer, pero al parecer se arruinaría nuestros planes.

          - buenas tardes jóvenes, ¿Qué les pareció la conferencia? – escuche que hablaban detrás mío con una voz no tan grabe, pero con una muy grande calidez.

          - nos pareció muy interesante, gracias por preguntar, ¡licenciado francisco! – menciono Lessiy con una voz un poco burlona y levantando un poco la voz en el momento que dijo su nombre.

 yo abrí un poco los ojos sintiendo como el rubor subía por mi cuello y me sentía un poco nerviosa, girando y dando un paso para atrás para ver su rostro.

           - mucho gusto licenciado francisco, un placer en conocerla ¿señorita? – lo dijo con una voz muy serena y tranquila, yo no podía decir nada estaba totalmente sorprendida.

         - se llama Marian, igual es un placer para ella, ¡hay! – dijo Leesiy, recibiendo un golpe con el codo un poco fuerte por parte de Santiago.

         - bueno, gracias por responder – contesto con una pequeña burla – me preguntaba si me aceptarías una invitación a comer, claro si usted quieres Marian. – diciéndolo con una mira tan profunda y con una voz tan tranquila, era perfecto.

         - ah, sí cla-claro, ¿Cuándo? – le dije un poco tartamuda y nerviosa, roborada y algo sorprendida.

        - esta tarde, si es que puede y si no interrumpo nada o algún plan con sus amigos. – me dijo viéndome a los ojos con una mirada tan suave, pero a la vez coqueta, tan caballeroso y respetuoso, era raro encontrar a alguien como él.

        - me parece perfecto, sería un placer – le dije a francisco con una sonrisa en el rostro y con unos nervios muy notables – los veo mañana en clases, y seguimos discutiendo lo de la conferencia – les dije a Leesiy y a Santiago un poco contenta, pero nerviosa por lo que llegaría a decir Santiago sobre eso.

       -me alegra que hayas aceptado la invitación, noté que estabas algo distraída en la conferencia, ¿me podrías decir el por qué? – lo dijo risueño, creí que sabía que era por él.

      - bueno ammmm, estaba hablando con mi amiga, la que dijo mi nombre, se llama lessyi, ammm un tema sobre la escuela – lo dije mordiendo me un poco el labio y con una mirada un poco coqueta, era alto así que podía subir un poco la mirada.

      - bueno supongo que entonces no era sobre mi ya que note que me miraban mucho – lo dijo burlándose y con una sonrisa.

Yo no podía evitar ver sus ojos color miel su cabello algo largo, con un tono castaño muy claro, casi dorado, mirar su sonrisa, ver esa barba un poco corta y algo desarreglada se le veía muy bien.

       - ¿me podrías decir que tanto me mira?, quisiera saber por qué no aparta la mirada- lo dijo tranquilo una voz relajada su sonrisa y una mirada que me hacía estremecer.

No podía lograr entender cómo me podía sentir así si apenas estaba conociéndolo intercambiando miradas en pequeños momentos, apenas iniciando una conversación, no quería adelantarme a nada, no hacerme ideas, ¿Qué tal si era casado?, ¿me vería mal si le pregunto?, ¿Cómo saber si un hombre a su edad y tan apuesto está disponible?

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