VI. El Cuerpo Como Estrategia De Acumulación.

La forma del retorno al cuerpo como medida de todas las cosas es crucial para determinar cómo se deben construir y comprender los valores y los significados. Esta es una analogía del pensamiento presocrático según el cual el hombre es la medida de todas las cosas. No en el sentido de una medición sino de que en él concurren todas las cosas; es decir, la generalidad.

Se incluye esta parte dedicada al cuerpo como contrario o complemento singular, particular (Individual) de la globalización.

1. Los Procesos Corporales

El cuerpo humano es activo y transformador en relación con os procesos que lo producen y lo sostienen y lo disuelven. Así, las personas corpóreas dotadas de capacidad semiótica (estudio de los símbolos) y voluntad moral hacen de su cuerpo elementos constructivos en lo que desde hace tiempo denominamos la «política corporal».

2. Teoría del Sujeto Corporal de Marx

El obrero como persona es un trabajador, un consumidor, un ahorrador, un enamorado y un portador de cultura, y puede incluso ser un empresario ocasional y propietario de tierras, mientras que el obrero como papel económico –la categoría que Marx analiza en El Capital- es singular.

Siendo el capital variable la extracción de fuerza de trabajo y de plusvalor o plusvalía, el autor se propone ver el efecto que tiene la circulación de capital variable en los cuerpos (las personas) de aquellos a través de quienes circula. La respuesta la descompone en los momentos de consumo productivo, intercambio y consumo individual.

El consumo productivo: Las exigencias de la producción capitalista fuerzan los límites del cuerpo trabajador –sus capacidades y posibilidades- en sentidos diferentes y a menudo fundamentalmente contradictorios.. Por una parte, el capital exige trabajadores preparados y flexibles, pero por la otra rechaza la idea de que los trabajadores piensen por sí mismos.

Se reinventan las capacidades más antiguas del cuerpo humano y se revelan otras nuevas.

Citando a Marx: Es evidente que la composición del personal obrero combinado, en el que entran individuos de ambos sexos y de las más diversas edades, aunque en su forma espontáneamente brutal capitalista, donde el obrero existe en función del proceso de producción y no el proceso de producción para el operario, sea una fuente pestífera de corrupción y esclavitud, bajo las condiciones adecuadas ha de convertirse, pro el contraio, en fuente de desarrollo humano.

El intercambio de capital variable: La mercancía que el obrero (en tanto que es persona) intercambia con el capitalista es la fuerza de trabajo; es decir la capacidad de dicarse a un trabajo concreto. La condición básica del contrato es que el capitalista tiene derecho a todo lo que el obrero produzca, tiene derecho a dirigir el trabajo, a determinar el proceso de trabajo y a disponer del libre uso de la capacidad de trabajar durante las horas y según la tasa de remuneración estipuladas en el contrato.

Cita nuevamente a Marx en lo concerniente a la jornada de trabajo: El principal argumento de Marx contra el capitalismo es que este con mucha frecuencia conculca, desfigura, somete, mutila y destruye la integridad del cuerpo del trabajador.

Los centros de trabajo neoyorquinos donde se superexplota a los trabajadores se parecen a establecimientos similares localizados en Guatemala y someten a los trabajadores incorporados a los mismos a un régimen de disciplina corporal totalizador y violentamente represivo.

El momento del consumo: Nuevamente citando a Marx: El consumo individual del obrero es un momento de la producción y reproducción de capital, ocurra fuera o dentro del taller o fábrica, etcétera, dentro o fuera del proceso de trabajo. Así, desde el punto de vista social, la clase obrera, incluso fuera del proceso directo de trabajo, es un accesorio del capital tanto como pueda serlo el instrumento inanimado de trabajo.

Es mediante el pago de salario como se garantiza parcialmente la renta disponible para comprar el producto de los capitalistas.

Citando a Lowe (1995) La construcción y la presentación visual del yo en función de las relaciones de consumo han ensombrecido las relaciones de clase de producción en lugar de trabajo.

Frente al fenómeno actual del consumo, al encerrar a los trabajadores en determinadas concepciones de estilo de vida, hábitos de consumo y deseo (CONSUMISMO),

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