Vida Y Obra De Juan Ruiz
Enviado por Keqqo • 11 de Octubre de 2013 • 1.186 Palabras (5 Páginas) • 405 Visitas
Vida y obra de Juan Ruiz
Este libro de tan alto y significativo nombre -Libro de Buen Amor
(1)
- fue compuesto en aquel lugar
lamentable «donde toda incomodidad tiene su asiento, y donde todo triste ruido hace su habitación». Dígase
claro que su autor estaba preso cuando le escribió
(2)
. Mas la aspereza y desabrimiento del lugar, no engendró
un libro amargo y desalentado, como el de Silvio Pellico, ni versos desgarradores y dolientes, como los del
autor de la Lira Focia, sino un libro claro, jocundo, desasosegado y burlón; a veces libertino, a veces
gravemente moralizador; unas, urbano, otras, transcendiendo a flores rústicas y montaraces. Se le ha
comparado con Rabelais y con Chaucer, y más cerca está de la minuciosa erudición del autor del Parlement
of foules, que de la machuna alegría gala del padre de Pantagruel. Es un libro español, y, más aún,
castellano; y al través del grave metro del mester de clerecía, ondula y vibra el espíritu nacional, elegante y
señor, sobreponiéndose y dominando a los amables horrores y libertinas licencias que relata. Y para referir
tanto suceso, el rígido y bronco romance, que en el Poema del Cidsuena al paso de andar de los férreos
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barraganes, y en Berceo se apoya en clericales rodrigones latinos, en este libro aparece suelto, destrabado,
ágil, gracioso, a veces un poco femenino, inflamado por una poderosa y lírica inspiración.
Su autor se llama Juan Ruiz, de menester arcipreste de Hita, en la Provincia de Guadalajara
(3)
. Vivió a
mediados del siglo XIV, siendo arzobispo de Toledo Don Gil Albornoz (1337-1367) y reinando en Castilla
el señor rey Alfonso XI. Unos creen que fue natural de Alcalá, otros que de Guadalajara. Murió antes de
1351, pues en una donación hecha por el arzobispo D. Gil, en 7 de enero del dicho año, ordena al arcipreste
de Hita, Don Pedro Fernández, ponga en posesión al monasterio de San Blas de Villaviciosa de una casa y
heredad, objeto de la donación. Si Juan Ruiz no había muerto para esa fecha, desempeñaría otro cargo; lo
cierto es que en 1351 no era arcipreste de Hita.
Y éstas son todas las noticias biográficas que de él se conservan.
Fue el arcipreste grande de talla, de piernas y de brazos; pequeñas boca, manos y pies. La cabeza grande
y poderosa, ancho de espaldas, orejudo y velloso, y con las cejas negras y apartadas. El talante erguido y
sosegada la andadura
(4)
.
El Libro de Buen Amores la obra más importante del siglo XIV.
Pertrechado el autor de casi toda la erudición de su siglo, aprovecha y explota todas las canteras para la
producción de su obra. Apólogos latinos y orientales, fabliaux, el libro de Vétula, Virgilio y sus leyendas,
Ovidio y su poema, etc., todo lo utiliza, haciendo de su obra un inmenso mosaico vigorizado, animado y
espiritualizado por sus geniales atisbos y sus aciertos plenos. Tan poderosa y fecunda es su vena creadora,
que el elemento utilizado queda exhausto y sin valor junto al resultado que el arcipreste obtiene. Apenas hay
verso del largo libro que no esté lleno de jugo y vigor. Jugo y vigor, ciertamente, un poco excesivos en
algunos puntos de vista y que tienen fragancias que transcienden a flores pecaminosas, semejantes, y algunas
no inferiores, a las ficciones con que el cuentista de Florencia intentaba distraer a su galante auditorio del
espanto de la peste.
Toda la sociedad picaresca del siglo XIV aparece pintada en este libro con soberanos y definitivos trazos:
endicheras, danzaderas, tahures, troteras, etc., están descriptos en versos ágiles y nerviosos. Y, sobre todo,
esa inmortal Trotaconventoscon sus arterías y trampantojos, madre de todas las Celestinasque cundieron
por
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