Вagazo es del libro terrazo por Аbelardo Diaz Аlfaro
Enviado por lisa2015 • 28 de Octubre de 2014 • Resumen • 2.725 Palabras (11 Páginas) • 629 Visitas
bagazo es del libro terrazo por abelardo diaz alfaro
El primer cuento de este libro es, El Josco.
Este se trata de un buey que de toda la vida a sido un padrote en una finca. Pero un día lo quieren poner a harar para cambiarlo por un toro americano. Uno de los trabajadores era bien encariñado con el josco y desde siempre esta pendiente de el. Por su cariño al buey le pidió al dueño de la finca que no lo hiciera de por favor. El dueño de la finca insistió en que el josco no iba a ser más un padrote. El josco se molesto y comenzó a pelear con el toro americano el salió ganando. Obvio es boricua. Buen luego el subió a la colina más alta y se tiró. Final trágico pero con razón. Este es un cuento que yo admiro mucho porque aunque fue un poco trágico representa el orgullo puertorriqueño. Somos así y nunca cambiaremos.
El segundo cuento de Terrazo es, Bagazo.
Abelardo Días Alfaro
Nació en Caguas Puerto Rico en 1919 falleció en San Juan, en 1999. Narrador y educador recordado especialmente por sus relatos y estampas costumbristas, en los que retrató magistralmente la idiosincrasia del pueblo puertorriqueño.
En la Escuela Superior de Ponce estudió pintura con Miguel Pou. Su carrera académica discurrió entre un bachillerato en artes en el Instituto Politécnico, en San Germán, hasta la maestría en trabajo social (con especialización en psicología) en la Universidad de Puerto Rico.
Su experiencia como trabajador social en las zonas rurales le sirvió para relacionarse con los campesinos, que a la larga serían las figuras fundamentales de su obra. Se desempeñó, además, como supervisor de leyes laborales en el Departamento del Trabajo. Más tarde trabajó en la WIPR Radio, emisora gubernamental para la que escribió los programas sobre el tipo rural Teyo Gracia y la serie titulada "Retablos del Solar", conjunto de estampas pintorescas sobre la vida rural y urbana del país.
Sus relatos y cuadros pasaron finalmente a formar parte de su famosa recopilación de cuentos Terrazo (1947) y de su libro de estampas Mi isla soñada (1967). Después de producir esas obras maestras, continuó escribiendo sobre diversos temas y publicando sus artículos en revistas y periódicos como Alma Latina, Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña, Asomante, El Mundo o La Democracia de Nueva York.
En el año 1947, se publicó el libro Terrazo, que pasaría a ser un clásico de nuestra literatura. Su prólogo lo escribió don Mariano Picón Salas. El mismo año de su aparición, mereció el primer premio del Instituto de Literatura Puertorriqueña, además de obtener una medalla de oro y un diploma de honor de la Sociedad de Periodistas Universitarios.
Ya en Terrazo, don Abelardo se presenta como un autor de estilo y de vocabulario sencillos, sin palabras rebuscadas ni malsonantes. Cada palabra está saturada de emoción, de color y de ritmo, lo que le añade poesía a la obra. Poesía que ahonda en el alma campesina de la que hace gala nuestra gente del campo. Las luchas y las angustias de un pueblo que se resiste a perder su identidad se hacen presentes en todo momento. Aunque es evidente la fatalidad como tema en su obra, ésta se utiliza como toque de alerta para cobrar conciencia de lo que estamos perdiendo, y nos exhorta a luchar hasta el último momento.
El Josco, uno de los cuentos de Terrazo, narra la historia de cómo un toro puertorriqueño es suplantado por un toro americano en su función de padrote en una finca, a pesar de haber demostrado que se encontraba en óptimas condiciones para ejercerla. Su enemigo real no era el toro americano, sino su dueño boricua, quien prefirió al extranjero para tan importante misión.
El cuento El Josco ha sido traducido al inglés, al checo, al polaco, al alemán, al francés, al italiano y al ruso. Es lectura requerida para estudiantes que se especializan en Literatura en muchos países de Hispanoamérica y de Estados Unidos.
Bagazo es otro cuento del libro Terrazo, en el cual se logra una fina calidad artística. En esta historia, Domingo, su personaje principal, encarna la dignidad humana sostenida por la fortaleza moral de saberse útil y con deseos de trabajar. Aun acorralado por las presiones físicas y sociales que implican la explotación económica, el hambre, el desempleo y las enfermedades, Domingo lucha, pues se sabe respaldado por la verdad y por la justicia. Incluso, en el último momento de su vida física, se supera, vence moralmente al blanco e inclina la balanza de simpatías y el respaldo del lector hacia él. Las imágenes sensoriales se suceden una tras otra y forman un sutil encaje que contrasta con la tragedia de la vida de ese personaje.
Peyo Mercé enseña inglés y Santa Clo va a La Cuchilla son dos cuentos en los cuales el autor hace gala de un extraordinario dominio de la ironía fina. Para lograrlo, se vale del uso de diminutivos y de su profundo conocimiento de la psicología y de la lengua jíbara. El autor traslada las experiencias adquiridas en el campo del trabajo social al salón de clases. Allí nos presenta un sistema educativo que pretende instaurar nuevas, inadecuadas y extrañas teorías y prácticas pedagógicas.
En estas estampas, nos percatamos de que estamos ante un gran conocedor de las técnicas del cuento y de la cultura campesina. Esa vieja cultura que les sirve de dique a los personajes, ante el bombardeo de rasgos de una cultura extraña que les quieren imponer para absorberlos y hacerlos desaparecer. Las manifestaciones de apego y de defensa de nuestro abolengo cultural afloran a cada momento en labios y en acciones de los personajes, así como en las descripciones que hace el autor.
Con Peyo Mercé el autor logró crear a un personaje literario que trasciende el ámbito isleño y se convierte en símbolo de lo hispánico: tesón, lucha, sueños e ideales, nos dice el Dr. Luis Hernández Aquino.
Santa Clo va a La Cuchilla fue publicado en la revista norteamericana Odyssey con el título Santa Claus Takes To The Hills. Se utiliza como texto, además, en países como Nueva Zelandia, Inglaterra, Austria y Canadá. En fin, todo Terrazo está saturado de armonía entre los personajes y los paisajes, lo que logra el autor por medio de sus conocimientos sobre la forma, el color, el movimiento y las proporciones. Sus descripciones nos hacen captar inmediatamente la densidad de los objetos y de los personajes; nos lleva a sentir la intensidad de los colores, de las palabras y del combate; nos obliga a entrar gustosamente para vivir la experiencia personalmente, y convertirnos así en partícipes de la misma.
En 1967, don Abelardo publica su otro libro, Mi isla soñada, en el que incluye una selección de los más de dos mil libretos que escribió para los programas Teyo
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