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Historia de la música: 6. La época de Bach y Haendel (Turner Música) Alberto Basso


Enviado por   •  20 de Mayo de 2018  •  Resumen  •  6.497 Palabras (26 Páginas)  •  404 Visitas

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Historia de la música: 6. La época de Bach y Haendel (Turner Música)

Alberto Basso

I. CARACTERÍSTICAS

1. Introducción

La época de Bach y Haendel se inicia bajo el signo de Luís XIV y se cierra bajo el signo de Federico II el Grande, rey de Prusia. A los dos les unía un sutil vínculo: el de la cultura, que también para Federico II fue de sello francés como lo requería la gran moda del momento. A Luís XIV se le atribuye el mérito de haber hecho posible la formación y el desarrollo de un estilo propio inconfundible. También Federico II fue algo más que un mecenas: excelente flautista y compositor, colocando la actividad musical, junto con otros soberanos, en primera línea y haciendo de la música el decorado de la corte misma.

La crisis europea arrastró consigo a la diplomacia, hasta el punto de llevarla a la guerra. La ruina que resultó de ello no perdonó ni a vencedores ni a vencidos y el sistema social se resintió a todos los niveles. Los cambios políticos fueron enormes, dando un nuevo rumbo a los acontecimientos, una nueva forma a las ideas, pero sin cambiar la esencia de la realidad social.

En los años 1720-25 algunos hechos inciden profundamente en el curso de la historia musical. El desdoblamiento de la época es un mal de la división en períodos de la historia.

2. La revolución intelectual

El período 1680-1720 marca un cambio decisivo donde el principio básico  es el rechazo sistemático de la experiencia anterior. Pero revela, al mismo tiempo, no tanto el descubrimiento de nuevos principios como la distribución de los ya existentes. Sustancialmente, los primeros años del siglo XVIII son una continuación del XVII: cambian y trasladan el centro de gravedad de las ideas.

La revolución intelectual abarca cada esfera de acción y la ruptura consiste en un cambio radical del tono y del grado de pensamiento y de la sensibilidad. El derecho natural prevalecerá sobre el divino: la crisis en la que habían caído las sagradas instituciones planteaba el problema de una revisión íntegra de los valores. En 1688 se acaba la segunda revolución inglesa, que había aportado enormes beneficios.

Había entonces en Europa, sobretodo en la renaciente Inglaterra y en la prestigiosa Francia, una excitación intelectual que revelaba el descubrimiento de nuevos problemas. E incluso fue tal la cantidad de corrientes de pensamiento que nacieron en aquella época, que, a menudo, éstos acabaron en franca contraposición los unos con los otros; sólo en lo sucesivo se realizó una fusión homogénea de intereses y argumentos: y fue entonces cuando se impulsó la filosofía del Iluminismo.

Los complejos elementos intelectuales de la nueva época se desarrollaron en un número infinito de debates. Así la nueva filosofía, que ya era Iluminismo, debía desarrollarse en libertad, sin constituir un campo propio de las doctrinas que estén cerca o por encima de los teoremas del conocimiento natural, del Derecho y del Estado, sino el medio universal en el cual se forman, evolucionan y encuentran su motivación.

La filosofía, pues, encaminaba la propia investigación hacia el campo musical, para encontrar la correspondencia con determinadas leyes naturales. Leibniz concedía a la música un fundamento matemático y una cualidad intuitiva.

Surge la palabra “gusto”, de gran repercusión, significando en Francia algo que indicaba delicadeza y variedad en la composición.

3. Gusto, galantería, estilo

J.D. Heinichen era el único teórico de la música que no se sometía a la opinión general (1711). Por primera vez se utiliza en la literatura musical el término francés goût, para designar una acertada combinación de todos los estilos, siendo una de las muchas manifestaciones del racionalismo iluminista que muy pronto tenía que desembocar en un nuevo modus vivendi: la galantería.

Johann Mattheson, 1713: “…hasta ahora se exigen en una composición ya acabada sólo dos elementos, es decir Melodía y Harmonía; hoy día estaría muy mal hecha si no se añadiese un tercer elemento, es decir, la Galantería…..”

El  goût se convierte en el instrumento para la búsqueda de la galantería. El nuevo estilo se identifica con lo bello a la moda y constituye el punto clave sobre el que converge toda la atención de los críticos y las discusiones de la época.

En este punto, el momento musical que se ha definido representa el rechazo de la época precedente, pero se trata de un rechazo que recoge voluntariamente muchas experiencias de aquel mundo. La categoría de lo sublime, especie de éxtasis poético, formado por símbolos emotivos (sentimientos) e imágenes fantásticas, se impone como punto culminante de la experiencia estética.

La profundización de los problemas es solo aparente; en realidad se discute sobre todo. Así esta época, entre tanta incertidumbre ideológica y cambios estéticos es fecunda y da vida a uno de los más extraordinarios florecimientos de la historia musical.

Las teorías sobre el gusto conducen en aquel tiempo a un examen exhaustivo de los estilos. La discusión se desarrolla en dos frentes: por un lado, la cuestión “nacional” de los tres estilos (italiano, francés y alemán); por otro lado, la polémica entre el estilo vocal y el instrumental, prevaleciendo netamente el vocal sobre el instrumental.

En Italia se es reacio al disfrute meramente auditivo, prefiriendo el espectáculo y el virtuosismo del canto, por ello se produjo el alejamiento de casi todos los compositores de música instrumental rechazados en su patria y acogidos favorablemente en el extranjero. Este éxodo fue determinante para la difusión de las formas y del estilo creado por los italianos.

El Stile expresivo estaba en la perfecta unión de la música con la poesía; pero cuando en la música instrumental se determinó la posibilidad de cristalizar aquellos “sentimientos” que se producían en la música vocal, el estilo expresivo acabó por envolver toda la creación musical. Al mismo tiempo el lenguaje musical sufrió una radical transformación con el establecimiento del sistema temperado, el abandono del bajo continuo, la disminución del contrapunto, el predominio de la homofonía y de las nuevas formas más abiertas. Se añade el desconcierto producido por una cierta confusión en la definición de las formas.

4. Artificio y arte

Estas mismas contaminaciones del lenguaje, de las estructuras viejas y nuevas, son muy evidentes en el cambio espectacular que se verifica en la mitad de la época barroca: un planteamiento que anuncia momentos de mayor fuerza y claridad expresiva, pero manifiesta también un manierismo y, a veces, una debilidad interna: es lo que se corresponde precisamente con la aceptación de la galantería, es decir, un movimiento que por definición aspiraba a una lenguaje agradable y sensorial.

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