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LOS ACTORES En los orígenes del teatro griego sólo existía un actor


Enviado por   •  2 de Septiembre de 2015  •  Informe  •  2.020 Palabras (9 Páginas)  •  513 Visitas

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LOS ACTORES En los orígenes del teatro griego sólo existía un actor. Posteriormente, cada uno de los dramaturgos iría añadiendo e inventando nuevos personajes: Esquilo inventa al deuteragonista (el segundo actor). Será Sófocles el que inventará el triagonista (el tercer actor) y Eurípides seguiría en la línea de Sófocles con sólo tres actores aunque, en ocasiones, añade un cuarto, que no habla. EL CORO En sus inicios, el coro fue un elemento fundamental del teatro griego. Actúa como un narrador que nos cuenta aquello que está sucediendo y que no vemos, que presagia hechos futuros o que nos cuenta los pasados. Al coro se le reservaba las funciones de plegaria, invocación, oración y de participación de la ceremonia religiosa. Con el tiempo iría perdiendo esta importancia hasta llegar a desaparecer, tomando el protagonismo el personaje. ELEMENTOS DEL ESPECTÁCULO INTRODUCCIÓN El corifeo es el representante del coro y realiza la función de "comentador" de la acción, dándonos las claves y las consecuencias de las acciones de los personajes, casi como la voz de la experiencia o de la conciencia. LA MÁSCARA La máscara era aquel elemento que transformaba al actor en personaje. La máscara daba, pues, las características del personaje. Las máscaras poseían rasgos tipificados. Además, la máscara era de grandes dimensiones, lo que haría que fuera mucho más visible para el público y, además, conseguiría junto con los enormes coturnos, guardar las proporciones. Por otra parte, las máscaras servían de "megáfono" aumentando la voz del actor que la llevaba puesta y permitía que un actor pudiera hacer de varios personajes sin ninguna confusión por parte del público. LOS COTURNOS Los coturnos servían para dar altura al actor. De esta manera conseguían que los personajes nobles sobresalieran sobre el coro y por otra parte, servía para dar proporción al actor con las grandes dimensiones de la máscara. Así el actor era enorme, casi gigante, con lo que el público podía verle sin problemas. Por otra parte, estas grandes dimensiones conseguían un efecto aún mayor y psicológico en el público, acrecentaba su sobrecogimiento junto con el personaje. VESTIDOS Por lo general, los trajes usados por los actores griegos eran túnicas, cortas o medias (quitón o clámide) y mantos. Jugaban con los colores a la hora de simbolizar, así, los reyes iban de púrpura, los personajes de luto con colores oscuros... Usaban unas almohadillas para abultarse, de modo que se guardara las proporciones con las máscaras y los coturnos. Además, usaban otros elementos como la corona en el caso de los reyes, símbolo de su poder. EL DECORADO En un principio el espacio escénico no debió decorarse, pero más tarde, y ya en época de Esquilo, se representó por medio de un telón de fondo y unos armazones. Ya con Eurípides existían plataformas móviles capaces de hacer volar a los dioses o a los personajes que así debieran hacerlo. Existían también plataformas elevadas que representaban el monte Olimpo, etc. También escaleras, terrazas, escotillas, etc. EL TEATRO La acústica del teatro griego es perfecta. Los griegos construyeron sus teatros desde un punto de vista "democrático", es decir, que tanto el de la primera fila como el de la última pudieran escuchar y ver -para eso las grandes máscaras y coturnos- la representación sin ningún tipo de problema, y de la misma forma. Tan sobrecogedora era una tragedia a fines visuales y acústicos para el espectador de la última fila como para quien estaba sentado justo en frente de la orquestra. Los griegos construyeron sus teatros aprovechando la inclinación natural de una ladera, de esta forma esta inclinación servía para construir sobre ella los asientos de los espectadores, los cuales disponían de forma semicircular. LA TRAGEDIA En la tragedia griega se plantean situaciones en las que el hombre, al contraponerse al orden establecido por la divinidad por creerse superior a ésta y no respetar sus leyes “no escritas”, sufre dolor y las consecuencias de su βρις [soberbia]. Y es que el héroe trágico es firme y nunca cede; no hay posibilidad de concordia entre el conflicto que provoca y la divinidad, que es la que siempre triunfa. El elemento trágico está, por lo tanto, en la contraposición humano/divino y será éste el que desarrolle toda la trama del drama trágico. Toda obra trágica de teatro se configura según las "normas clásicas". Estas normas son: unidad de tiempo, de acción y de espacio. Los hechos narrados en una obra no deben sobrepasar el tiempo de un día; no debe tener acciones secundarias, sino una sola que será siempre la principal; se debe representar en un sólo espacio, es decir, el escenario sólo puede representar un espacio físico concreto (un palacio, o un jardín...), pero nunca varios. La tragedia está estructurada según unos moldes establecidos. Las partes en las que se estructura son: PRÓLOGOS: parte que precedía a la entrada del coro. Era un monólogo o diálogo que explicaba el argumento del drama y la situación inicial. PÁRODOS: canto del coro mientras entra. EPEISODIA: escenas a cargo de uno o más actores junto al coro. STÁSIMA: cantos del coro ‘a pie quieto’. ÉXODOS: escena final. De la primitiva tragedia ática casi nada ha quedado, sólo algún nombre aislado. Las piezas que nos han llegado son obras de los tres grandes trágicos griegos: Esquilo, Sófocles y Eurípides. ESQUILO Nació en Euforión hacia el año 525 a. C. y murió en 456. Fue considerado el creador de la tragedia, por ser el que le dio su forma literaria definitiva. Los cambios más importantes fueron: aumentó de uno a dos el número de actores, redujo el coro e hizo del elemento hablado algo más importante que la parte cantada. Organizó sus tragedias en trilogías, a las que se les une un drama satírico en el que el tema heroico era tratado con comicidad, pero de estas piezas satíricas, en cambio, nada se conserva. Sólo conservamos siete tragedias (Suplicantes, Persas, Siete contra Tebas, Prometeo encadenado, Agamenón, Coéforas y Euménides), de las cuales, las tres últimas forman parte de una misma trilogía, la Orestíada, su gran obra maestra. El lenguaje de sus tragedias es grandioso, misterioso, barroco y rebuscado, inventando largos compuestos y empleando epítetos y metáforas atrevidas. Sus personajes no son nada complejos. Los coros tienen una misión por desempeñar y están involucrados en la acción; sus cantos son importantes y explican a menudo el significado de los acontecimientos que preceden a la acción. Mostró también afición por los efectos espectaculares y por los aparatos mecánicos. SÓFOCLES CARACTERÍSTICAS DE LA TRAGEDIA AUTORES Y OBRAS Nació hacia el 496 a. C. y murió en el 405 a. C. Según Aristóteles, Sófocles fue un innovador en la tragedia: añadió un tercer actor (esto permitió hacer mucho más complejo el argumento, el diálogo y la relación de los personajes), introdujo el ‘decorado’ e incrementó el coro de doce a quince miembros; también abandonó la costumbre de Esquilo de escribir trilogías. Sabemos que escribió ciento veintitrés tragedias, pero, como en el caso de Esquilo, sólo conservamos siete: Áyax, Antígona, Traquinias, Edipo rey, Electra, Filoctetes y Edipo en Colono. En sus dramas los dioses actúan en la vida humano aplicando su justicia divina. Además, se opone la tiranía (el exceso de poder político es castigado -Creonte-). El lenguaje de Sófocles es decoroso, evitando lo grandioso y lo excesivamente naturalista, y a menudo es denso, buscando más la economía que la claridad. EURÍPIDES Nació en el 485 y murió en el 406. Conservamos diecinueve obras de Eurípides, de un total de noventa y dos que se le atribuyen. Sus títulos son: Alcestis, Medea, Hipólito, Troyanas, Bacantes, Ifigenia en Áulide, Hécuba, Suplicantes, Ifigenia entre los Tauros, Heraclidas, Heracles, Electra, Andrómana, Ión, Orestes, Fenicias, El cíclope, Helena y Reso. Ésta última es de autoría discutida. El Cíclope es un drama satírico. Es el más innovador de los tres trágicos: se aleja de la ortodoxia de Esquilo y Sófocles; se declina por puntos de vista no convencionales ni tradicionales; incluye en sus tragedias personajes socialmente insignificantes como las mujeres y los esclavos; el coro es más lírico que dramático. Destaca por su realismo, de ahí que se inquiete por dibujar al hombre tal cual es, con sus conflictos internos, sus miserias y sus dudas, vestido con prendas apropiadas a su sufrimiento. Le interesa, sobre todo, el conflicto que se crea en la mente sus personajes, donde reside la esencia de lo trágico. El lenguaje es contemporáneo y en términos humanos, se enfrenta a convencionalismos sociales: el bastardo frente al hijo legítimo; el esclavo frente al libre;

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