La actuacion en cine vs teatro: un analisis sobre Karina Mauro
Enviado por pablovede7 • 6 de Noviembre de 2020 • Informe • 5.210 Palabras (21 Páginas) • 218 Visitas
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1. INTRODUCCIÓN
Este trabajo de investigación tiene por objetivo realizar una aproximación teórica sobre dos temas íntimamente relacionados: la experimentación audiovisual y la problemática de la actuación en cine. Es a través de este cruce de intereses teóricos que las técnicas y metodologías de dirección fueron transformándose. El análisis se basa en las consideraciones teóricas de la investigadora argentina Karina Mauro y de la realizadora Mónica Discépola. La primera teniendo en cuenta sus aportes sobre la relación entre dirección teatral y dirección cinematográfica, y la búsqueda de la especificidad actoral. La segunda, haciendo hincapié en la actuación como un encuentro creativo y dialógico entre el/la actor/actriz y director/a. Por último, se retomarán los escritos de Ana Baena Tedó y Víctor Cubillas Puelma sobre John Cassavetes, y en particular sobre “A woman under the influence”, obra cinematográfica clave del cine independiente estadounidense.
2. ENTRE LA INDAGACIÓN TEÓRICA Y LA APRECIACIÓN ESTÉTICA: LA ACTUACIÓN SEGÚN KARINA MAURO
La actuación es un fenómeno artístico con características específicas, hecho que la convierte en un genuino objeto de apreciación estética, y que asimismo legitima su constitución como un campo autónomo de indagación teórica[1].¿Cuáles fueron las causas que llevaron a que esto suceda? A lo largo de la historia, se ha observado el fenómeno actoral de forma muy irregular, principalmente arraigado al ámbito teatral, y a partir de ahí se han hecho investigaciones ligadas a la actuación cinematográfica, en radio y televisión. Pero primero tenemos que partir de la base: ¿qué es la actuación? ¿qué hace un sujeto cuando actúa? Es importante partir de que la actuación no es el resultado de la representación de algo previo, sino la fuente en la que se origina lo teatral[2]. El personaje emana directamente del hecho escénico y no es una causa de la misma.
Como toda expresión artística, la actuación es una obra de arte atribuible a un sujeto, pero, sin embargo, ostenta profundas diferencias con las demás artes interpretativas. Básicamente, la acción actoral no difiere de la acción cotidiana: no es la realización de acciones específicas el fundamento que permite definir a la actuación como fenómeno artístico. Ante esta problemática, Karina Mauro plantea que lo que define a la actuación no es la acción llevada adelante por el actor, sino el contexto simbólico en el que el sujeto se halla posicionado cuando la realiza y al que denominamos “situación de actuación”. Se trata de la circunscripción de una situación espacio-temporal en la que el sujeto, en tanto ser encarnado, se posiciona para llevar adelante dicho accionar ante la mirada de otro sujeto[3].
También coincide con Merleau-Ponty al razonar que no es posible para el sujeto accionar sin estar situado: los movimientos y las acciones se experimentan como resultado de la situación. En este sentido, se define a la “situación de actuación” como el contexto espacio-temporal en el que el sujeto se halla posicionado y a partir del cual acciona actoralmente. Lo único que diferencia las acciones realizadas por el sujeto en esta situación, a las de la vida cotidiana, es que la única motivación es producirse ante la mirada de otro sujeto.
La situación de actuación se define por la participación necesaria de dos sujetos, aquel que acciona y aquel que observa dicho accionar (..) Dado que el espectador es quien legitima el desempeño actoral mediante su mirada, que coloca al sujeto actor en situación para poder accionar, esta relación debe ser sostenida y resguardada hasta las últimas consecuencias[4].
La acción actoral es soportada por su sola ejecución, por lo que el único fundamento que la justifica es el ser mirada o contemplada.
El contexto espacio-temporal en el que se desarrolla lo teatral determina al actor y al espectador como las únicas presencias necesarias en un aquí y ahora inmanente e indeterminado, por más que el director tenga un rol preponderante.
Ahora bien, cuando ya indagamos sobre el fenómeno actoral en otros medios, como por ejemplo en cine, surgen otros factores que tenemos que tener en cuenta. Siendo que el lugar de la mirada es el fundamento del ejercicio actoral ¿cómo se construye ésta en ausencia del espectador?
En cine este fenómeno se da por la conjunción de dos sujetos: la acción actoral le corresponde al actor y también al camarógrafo. Es aquel desempeño que se produce durante la toma y que es captado por la cámara. Y no se reduce exclusivamente a los gestos o desplazamientos del actor, dado que la cámara a través del encuadre y el movimiento también determina la imagen.
La acción actoral reside en el momento preciso de la toma. La toma es, en sentido estricto, el acto en el que quedan físicamente implicados todos aquellos que accionan alrededor de la cámara durante la situación de actuación, y cuya huella quedará impresionada en la película[5]. Por otro lado, a diferencia del teatro, la propia enunciación fílmica requiere de un punto de vista encarnado que tome, disponga y organice las imágenes.
También entra acá la figura del director, que es el que terminará de construir la actuación a partir de la manipulación del material obtenido en la situación de actuación.
Retomando sobre las consideraciones a tener en cuenta para estudiar las técnicas del actor cinematográfico desde una perspectiva académica, una dificultad es que su implementación no tiene la necesidad de una formulación teórica previa.
Inclusive autores como Nacache plantean que el estatuto del actor de cine permanecerá durante mucho tiempo al margen de la teoría[6]. Sin embargo, hay muchos escritos, principalmente de la escuela rusa de los años ’20, que ya esbozan teorías interesantes sobre la actuación. Principalmente, Kulechov con sus teorías de yuxtaposición de planos, y Einsestein que plantea la elección de rostros-tipo, en tanto expresión de conceptos. Hasta entonces la mayoría de las reflexiones acerca de los elementos plásticos y técnicos del cine en su vinculación con la figura humana, se centraron en la importancia determinante de su impresión en la película y de su fragmentación en planos[7].
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