PASAJE SUNDANCE.

PASAJE SUNDANCE

El cine en Lima es como en todos lados, dominado por Hollywood. El cine independiente en el Perú y el mundo se nos muestra como una bocanada de aire fresco para los que estamos cansados de la tradición.

En camino a Polvos Azules, centro de todo lo ilegal, informal y todo lo que no se pueda conseguir a buen precio en otro lado, no podía evitar emocionarme pensando en todas las reflexiones interesantes que iba a escuchar de parte de las personas que pensaba entrevistar.  En este centro cultural improvisado, una verdadera biblioteca de cine independiente que no ve la luz del día en casi ninguna otra parte del Perú, me esperaban los principales contribuyentes de esta colección. –Lo siento, es regla no responder nada a los jóvenes que vengan con “trabajos”. Ya nos ha pasado que han respondido preguntas y resulta que eran policías encubiertos, así chibolos como tú, y les han incautado todo-. Esto me lo dijo el primer vendedor al que me atreví a hablarle cuando encontré el pasaje 18. Después de media hora de meditación y búsqueda logré juntar el valor para lanzarme e intentar entrevistar a estos improvisados héroes culturales, pero nada resultó como tenía pensado. La dependencia a sus puestos de trabajo hace completamente comprensible el miedo que sienten y la sospecha que les crean mis preguntas. Para cuando noté que no iba a lograr nada algunos puestos seguían cerrados, otros estaban apurados ordenando su mercadería o subiendo las cortinas metálicas. Era otra mañana calurosa en la que salí apresurado de mi casa con miedo a no tener tiempo para hacer todo lo que tenía que hacer en el día.

He leído sobre el mítico Pasaje 18 desde hace ya un tiempo. Siempre lo mencionan directores, actores o cualquier persona involucrada con arte audiovisual en el Perú para mostrarse sencillo y sin complejos de estrella. Aunque también han pasado por estos puestos directores internacionales, incluso algunos dejan copias de sus películas autografiadas. Como dice Nilton Torres en su artículo para La República: “Ellos son auténticos promotores culturales”. Le han dado cierto estatus a Polvos Azules más allá del innegable ícono de la informalidad que es, es también un oasis. En el Perú de hoy, un país tercermundista y que no dejará de serlo por un buen tiempo, el cine se maneja como en casi todo el mundo, con carteleras dominadas por Hollywood y los independientes siendo relegados a unos cuantos miles de espectadores que se aburrieron de Hollywood. Los festivales de cine independiente se convierten en regla cuando la situación es tan notoria. A lo largo de los años han ido apareciendo propuestas interesantes de festivales así en Lima, el Festival de Cine Lima Independiente, Festival de Lima y el Festival de cine Al Este de Lima son los primeros que se me vienen a la mente. Estos festivales logran mezclar la curiosidad por un cine refrescante en cualquier rincón del mundo con la promoción constante de una visión más seria y profunda de lo que es el arte cinematográfico.  

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