Broadman áreas

BROADMAN AREAS:

Las áreas 44 y 45 de Broca se relacionan con la coordinación del lenguaje articulado, es decir con la producción del mismo. Una lesión en estas áreas podría ocasionar la denominada Afasia de Broca que es el déficit en la habilidad para hablar y producir palabras correctas, aun cuando la persona es capaz de comprender y formar oraciones adecuadamente en su mente. Las áreas 22, 39 y 40 de Wernicke se relacionan con la comprensión del lenguaje, es decir, su función es integrar el significado de las palabras para formar oraciones con sentido. Una lesión en estas zonas puede ocasionar la Afasia de Wernicke, que altera la percepción del lenguaje, lo cual ocasiona que haya un déficit en la comprensión y en la producción oraciones, pese a que el individuo es capaz de hablar de forma fluida. El área 4 o el área motora primaria controla los movimientos voluntarios y especializados, por lo que una lesión en esta zona podría ocasionar dificultades en la producción del lenguaje relacionados al habla articulada. Por otro lado, el área auditiva primaria o las áreas 41 y 42 se relacionan con la detección de cambios de frecuencia y localización de sonido, es decir, una lesión en esta zona podría dificultar la comprensión del lenguaje, por ejemplo, por la incapacidad de reconocer la entonación de las palabras (aprosodia). Finalmente, las áreas 17, 18 y 19 de Brodmann relacionadas con la visión que procesan la información visual y la integran con otras vías sensoriales. Esto permite que el individuo sea capaz de comprender el lenguaje escrito, así como el no verbal, como son los gestos o la vocalización.

LURIA:

En cuanto a la teoría de los tres bloques de Luria, podemos enfocarnos en las áreas del segundo bloque funcional relacionado con las funciones de sensación y percepción. Este bloque se divide en 3 áreas: La primera se dedica al registro de los estímulos a través de los sentidos, por ejemplo un cuento a través de la vista o un sermón por medio del oído, La segunda área se encarga de la integración de dichos estímulos dando como resultado una percepción particular de los mismos;  la tercera área se encarga de integrar la información obtenida con otros sistemas de forma que podamos emitir una conducta a partir de la interacción de estos; por ejemplo, si el cuento nos parece interesante, pero estamos en un lugar con mucho ruido, es probable que no consigamos concentrarnos en la lectura y busquemos otro lugar para leer más a gusto. Asimismo, el tercer bloque funcional localizado en el lóbulo frontal se encarga de las habilidades discursivas a través de las funciones ejecutivas relacionadas con la actividad verbal, planificación de lo que se dirá, coherencia del discurso y cumplimiento del objetivo discursivo.

De acuerdo a la función de los hemisferios cerebrales, por dominancia, es el hemisferio izquierdo es el que se encarga del lenguaje. En este sentido, el hemisferio izquierdo sería más eficiente en el procesamiento de la información operativa del lenguaje, sin embargo, ello no significa que la capacidad lingüística se sitúe únicamente en dicho hemisferio, por el contrario, el hemisferio derecho sería más eficaz en otros componentes del lenguaje como en las tareas visuales y holísticas

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