Análisis De "Entre Los Muros" De Laurent Cantet
Enviado por mariatarra • 24 de Febrero de 2013 • 2.603 Palabras (11 Páginas) • 1.075 Visitas
TRABAJO PRACTICO: Relacionar la película “Entre los muros” de Laurent Cantet a través de la mirada funcionalista y la mirada de la crítica.
Texto de apoyo: “El sistema y la caja negra” (de Dubet y Martuccelli) y “Las funciones sociales de la escuela: de la reproducción a la reconstrucción crítica del conocimiento y la experiencia” de Gimeno Sacristán. Escribe Ángel Pérez Gómez.
Si uno desarrolla estas dos miradas, tanto la funcionalista como la crítica, puede, entonces, encontrar en cada uno de los pasajes del film, las distintas situaciones que imponen una mirada u otra. Al adquirir el conocimiento necesario, lo que hacemos, es educar el ojo respecto de lo que se nos intenta mostrar y, entonces, la película se vuelve increíblemente rica en sus mensajes. Es la no emisión de juicios de valor, esa posibilidad de ocupar una silla más en la clase, lo que le permite al espectador una libertad que no siempre encontramos en el cine, la de preguntarnos qué pasa o por qué pasa. Juega con una ficción pero su formato documental nos indica que lo que está pasando es real. Son estas razones las que hacen de este film y su temática universal.
Las dos miradas, tanto la funcionalista como la crítica se encuentran representadas constantemente y esto es inevitable porque ante el fracaso de aquella es la crítica la que aparece como una contracara inevitable.
Es esa escuela tradicionalista la que definitivamente se impone y es natural que piense en la complejidad de un sistema educativo y por consiguiente la fragilidad que presenta el mismo frente al cambio.
Si pensamos la escuela como institución específicamente configurada para desarrollar el proceso de socialización de las nuevas generaciones, su función aparece netamente conservadora: garantizar la reproducción social y cultural como requisito para la supervivencia misma de la sociedad. En este sentido, nos tenemos que preguntar de qué sociedad y de qué cultura hablamos.
Hay una tendencia conservadora lógica en toda comunidad social a reproducir los comportamientos, valores, ideas, instituciones, artefactos y relaciones que se han manifestado útiles para la propia existencia del grupo humano pero choca inevitablemente con la tendencia también lógica a modificar los caracteres de dicha formación social que se muestran especialmente desfavorables para algunos de los individuos o grupo que componen el complejo y conflictivo tejido social. El delicado equilibrio de la convivencia en la sociedad requiere tanto la conservación como el cambio, y lo mismo ocurre con el frágil equilibrio de la estructura social de la escuela.
Encuentro en la película que parte de ese equilibrio se ve continuamente afectado por aquella constante contradicción.
Los distintos autores coinciden que el objetivo básico y prioritario de la socialización de los alumnos/as en la escuela es prepararlos para su incorporación futura en el mundo del trabajo y la formación del ciudadano/a para su intervención en la vida pública. Estos dos postulados son demandas para la escuela contradictorias ya que por un lado debe provocar el desarrollo de conocimientos, ideas, actitudes y pautas de comportamiento que permitan su incorporación eficaz al mundo civil, al ámbito de la libertad en el consumo, de la libertad de elección y participación política y por el otro lado, la realidad laboral de los sistemas capitalistas requieren una incorporación sumisa y disciplinada, para la mayoría, al mundo del trabajo asalariado. Y es en esta contradicción, cuando sumamos la función de promover una cultura universal que ha tenido de antaño la escuela, que descansa en la ideología que se justifica exclusivamente con la fuerza de lo que existe, la aceptación y consolidación del statu quo, de la realidad que se impone inexorablemente. Como resultado nos encontramos con el individualismo, la competitividad y la insolidaridad, la igualdad formal de oportunidades y la desigualdad “natural” de resultado en función de capacidades y esfuerzos individuales.
Haciendo un breve detalle de estas miradas, en la teoría funcionalista de educación tenemos tres funciones que se pretenden, un es la de formar ciudadanos: sirve para integrar a los jóvenes con la vida adulta, para que la sociedad tenga una continuidad y se mantenga su mandato. La segunda es la de impartir una cultura universal, una cultura de “todos”, la cual pueda corresponderle a cada uno de los individuos y unificarlos en un saber donde no existe la diferencia de clases. La tercera es la formación física y moral: Hay que entender que en la época fundacional, la escuela tuvo una gestión higienista.
Los principios que emanan de la educación son:
Justicia y meritocracia: por lo cual el sistema se presenta como justo más allá de la diversidad ya que le daba oportunidad a todos de acceder y que de acuerdo al mérito de cada uno obtenían los logros personales.
Razón y progreso: vinculado al mandato del Iluminismo donde había una aceptación de la primacía de la razón, la cual sería lo que permitiría, en definitiva, el progreso.
Individuos autónomos: un ideal pedagógico, liberarnos del peso de la tradición y volvernos capaces de independencia de juicio.
En la película observamos:
* El profesor usa nombres extranjeros para sus ejemplos, estos están identificados con una cultura muy distinta de la que se vivencia en clase.
* Nos damos cuenta que imparte conocimiento universales como si los contuviera a todos pero… cuando una alumna pone en tela de juicio esa enseñanza ya que no puede, indica, utilizar ese lenguaje en su vida cotidiana porque se habla de forma distinta, encuentra como respuesta: “debes usarla primero para después criticarla o despreciarla”.
* Nadie contradice al profesor, cuando frente a sus colegas, en evidente estado de histeria, llama a los alumnos “monos en celo”, grita que merecen el destino que les toca. Avala de esta manera el principio de meritocracia. Solo queda el silencio del resto de los profesores, ninguno emite palabra, como si consintieran sus dichos.
* A pesar de que la madre del chico se encuentra en Francia de forma ilegal, para los profesores merece quedarse, brindan por eso, ya que su hijo responde (y por consiguiente ella) a lo que el sistema pretende de un alumno y, pienso, de un ciudadano. Notamos que se lo estima, más que por sus logros académicos, por su conducta, afín al sistema.
* Aquí tenemos como contrapartida la expulsión de un alumno, frente a su madre, la cual no habla el idioma y es el mimo “culpable” el que ejerce de traductor. Un niño, después de todo, parado entre dos culturas que se enfrentan, quedando él en
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