Análisis según Pavis, obra: La última representación

Título: LA ÚLTIMA REPRESENTACIÓN

Director: Víctor Arrojo

Actores: José Garia Díaz

Agustín Díaz

Guido Boti

Paloma Puliti

Agustina Yaciofano

Clara Furlan de Paz

Delfina Moyano

Valentina Oranias

Betina Sánchez

Laura Gomez

Camila Tula Egea

Julieta Barboza

Julieta Mancuso

Elizabeth Palleres

Julia Crosta

Gabriela Ponce

Equipo técnico, montaje y escenografía: Camila Núñez

Martina Capalbo

Lucía Gomez

Eugenia Ochova

Vestuario: Merlina Crescini

Musicalización: Emiliano Salinas

Los elementos de este espectáculo se mantienen acorde a la época en la que vivió el Dean Jonathan Swift por ser en quien está inspirada esta obra teatral. Los sistemas escénicos, aparte de conservar la esencia de la vida de Swift, tuvieron en cuenta el género dramático establecido por el autor de esta adaptación, por ello se relacionaron armónica y coherentemente.

Como toda puesta en escena, tuvo momentos fuertes y débiles. Dentro de los momentos fuertes mencionaremos tres: en primer lugar, el inicio de la obra, donde los personajes captan nuestra atención al mezclarse entre nosotros (el público) murmurando reiteradamente una misma frase; otro momento, fue la escena en la que aparecen los personajes llamados liliputienses que encantaron con sus trajes coloridos y el diálogo divertido que mantenían entre ellas; el tercer momento impactante fue cuando se le escucha hablar al personaje de Jonathan Swift pues se había mantenido en silencio durante la mayor parte de la obra, haciéndonos pensar que solo se expresaba escribiendo. Como momento débil recordamos solo uno, es la escena en la que intervienen tres personajes que representaban a las autoridades del pueblo, porque no se entendió bien lo que sucedía.

Ahora hablaremos detalladamente de los sistemas escénicos mostrados en esta obra de teatro. Empezaremos con la escenografía y la relación entre el espacio del público y el espacio actoral, aquí podemos señalar que, en algunas escenas, los actores intervenían en el espacio del público y en los balcones laterales de la sala con la intención de hacernos sentir parte del pueblo en el que transcurren los hechos y de hablar mucho más cerca para tratar de convencernos que ya estábamos locos al igual que todos personajes. La escenografía que utilizaron durante la mayor parte de la obra fueron unas cortinas largas que al cambiar de posición representaban un ambiente diferente dentro de la casa de Swift; eran de una tela fina en la que podíamos notar claramente a algunos personajes que se ocultaban tras ella. En la escena en la que aparecen las liliputienses, elaboraron un teatrín para que podamos imaginar mediante los títeres el diminuto tamaño de estos personajes, sin embargo la realización de la escena no solo se hizo manipulando los títeres sino que también estos personajes fueron representados por actrices de baja estatura que dejaban de manejar los títeres y salían del teatrín ubicándose delante de él haciéndonos ver como si hubiéramos hecho zoom a la escena de los títeres.

En cuanto a la iluminación emplearon una luz amarilla que daba el efecto antiguo. La cantidad de luces encendidas era de acuerdo al espacio ocupado

o al número de actores que enfocaban. Además se realizó el apagón de luces para marcar algunos cambios de escena.

Algunos objetos importantes que se usaron en la obra fueron: una taza, que contenía té de limón por ser éste el favorito del Dean, en la que sucede la pequeña historia de las liliputienses; otro objeto es el libro “Los viajes de Gulliver” escrito por Jonathan Swift, ya que en varios momentos se menciona con la finalidad de que al leerlo se pueda comprender el actuar del Dean; también hubo una mesa con ruedas que era usada por el mayordomo para servir a su amo.

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