CUENTO MUSICA
Enviado por • 15 de Diciembre de 2012 • 878 Palabras (4 Páginas) • 435 Visitas
LOS MUSICOS DE BREMEN
Érase una vez un asno que, por desgracia, se quedó sin trabajo. Era muy viejo y por lo tanto ya no podía transportar sacos de cereales al molino. Pero aunque era viejo, el asno no era tonto. Se decidió irse a la ciudad de Bremen, donde pensó que podrían contratarlo como músico municipal. ¡Y dicho y hecho!
El asno abandonó la granja donde había trabajado durante años y emprendió un viaje hacia Bremen. El asno había caminado ya un buen rato cuando se encontró a un perro cansado por el camino. Y le dijo:
- Debes estar muy cansado, amigo
Y le contestó el perro:
- ¡Ni que lo digas! Como ya soy viejo, mi amo quiso abandonarme, pues dice que ya no sirvo para la casa. Lo que no sé es qué podré hacer ahora para no morirme de hambre.
- Mira – le dijo el asno. A mí me pasó lo mismo. Decidí irme a Bremen a ver si me contratan como músico de la ciudad. Si vienes conmigo podrías intentar que te contratasen a ti también. Yo tocaré el laúd. Tú puedes tocar los timbales.
La idea le gustó al perro y decidió acompañar al asno. Caminaron un buen trecho cuando se encontraron a un gato con cara de hambriento, y le dijo el asno:
- No tienes buena cara, amigo
Al que le contestó el gato:
- Pues ¿cómo voy a tener buena cara si mi ama intentó abandonarme porque dice que ya soy demasiado viejo y no cazo ratones como antes? Conseguí escapar, pero ¿qué voy hacer ahora?
- A nosotros, -le dijo el asno, nos ha pasado lo mismo, y nos decidimos ir a Bremen. Si nos acompañas, podrías entrar en la banda que vamos a formar, pues podrías colaborar con sus maullidos.
El gato, como no tenía otra alternativa, aceptó la invitación y se fue con el asno y el perro.
Después de mucho caminar, y al pasar cerca de una granja, los tres animales vieron a un gallo que cantaba con mucha tristeza en lo alto de un portal. Y le dijo el asno:
- Debes estar muy triste, amigo.
Al que le contestó el gallo:
- Pues, en realidad estoy más que triste. ¡Estoy desesperado! Va a ver una fiesta mañana y mi ama ha ordenado a la cocinera que haga conmigo un buen guiso. Y le dijo el asno:
- No te desesperes. Vente con nosotros a Bremen, donde formaremos una banda musical. Tú, con la buena voz que tienes, nos será muy útil allí.
El gallo levantó su cabeza y aceptó la invitación, siguiendo a los otros tres animales por el camino.
Llegó la noche y los cuatro decidieron descansar un poco en el bosque. Se habían acomodado bajo un árbol cuando el gallo, que se había subido a la rama más alta, avisó a sus compañeros de que veía una luz a los lejos.
El asno le dijo que podría ser una casa y deberían irse a la casa para que pudiesen estar más cómodos. Y así lo hicieron.
Al acercarse
...