Caso Internacional
Enviado por alejandragib • 1 de Mayo de 2015 • 1.449 Palabras (6 Páginas) • 363 Visitas
MISA EN MEMORIA DEL RELIGIOSO SAN MARTIN DE PORRES
MONICION DE ENTRADA:
Buenos días hermanas y hermanos en el Señor.
Bienvenidos a la celebración eucarística muy especial para el día de hoy, en donde la fe, la alegría y la humildad se ponen de manifiesto.
Los santos son regalos de Dios para su pueblo misionero, damos gracias a Dios por este Santo latinoamericano. San Martin de Porres, quien nació en la ciudad de Lima, Perú, el día 9 de diciembre del año de 1579. San Martin tubo un sueño que Dios le desbarataba: “Pasar desapercibido y ser el último”. El 2 de junio de 1603, se consagra a Dios por su profesión religiosa. Cuando vio que se acercaba el momento feliz de ir a gozar de la presencia de Dios, pidió a los religiosos que entonasen el Credo. Mientras lo cantaban, entrego su alma a Dios. Era el 3 de noviembre de 1639. Su muerte causó profunda conmoción en la ciudad. Había sido el hermano y enfermero de todos, singularmente de los más pobres.
Los invito a ponerse de pie y cantando con el coro presenciemos el ingreso de nuestro celebrante.
GLORIA:
Gloria a Dios que con su gracia y misericordia siempre esta con los brazos abiertos, esperándonos, cantemos con júbilo el himno del gloria.
PRIMERA LECTURA: De la carta del Apóstol San Pablo a los filipenses (1,18-26)
Aunque San Pablo estaba preso por anunciar a Cristo, no dejaba de sacar fuerzas de flaqueza para exhortar a sus amados hermanos de Filipo. La fe de Pablo es modelo y desafío para nosotros. Todos los creyentes estamos llamados a fijar la mirada nada más que en Cristo Jesús. Cada día podemos pedirle al Señor que nos permita estar más conscientes de la presencia de su Espíritu en nosotros y acogernos a su misericordia, elevando oraciones cortas y sencillas de amor, fe y confianza.
SALMO 41:
El salmo 41, es la súplica de un alma dolorosa, alejada de Dios y del templo, suplicando encontrar descanso y paz. Cantemos junto al salmista.
EVANGELIO: San Lucas (14, 1. 7-11)
En la lectura de hoy el evangelista San Lucas, nos narra como Jesús aprovecha para dar una lección de humildad. Hoy les invita a elegir los lugares más humildes, porque a todos nos gusta aparecer y ser vistos y alabados por la gente. Eso pasa en nuestra vida de cada día, en que cada uno intenta deslumbrar a los otros mostrando un nivel de vida y unas cualidades, que a veces son nada más apariencia. La lección se resume en esta frase del Señor que dice: "porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido". Nos ponemos de píe para cantar el aleluya y escuchar el Santo Evangelio.
ACLAMACION DEL EVANGELIO:
“Tomen mi yugo sobre ustedes, dice el Señor, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón”.
CORDERO:
Todos estamos llamados a formar con Cristo un solo cuerpo. Al acercarnos a recibir esta pan celestial, le pedimos que nos haga participes de su gracia y su perdón. Cantémosle al Cordero sin mancha ni pecado.
MISA EN MEMORIA DEL RELIGIOSO SAN MARTIN DE PORRES
MONICION DE ENTRADA:
Buenos días hermanas y hermanos en el Señor.
Bienvenidos a la celebración eucarística muy especial para el día de hoy, en donde la fe, la alegría y la humildad se ponen de manifiesto.
Los santos son regalos de Dios para su pueblo misionero, damos gracias a Dios por este Santo latinoamericano. San Martin de Porres, quien nació en la ciudad de Lima, Perú, el día 9 de diciembre del año de 1579. San Martin tubo un sueño que Dios le desbarataba: “Pasar desapercibido y ser el último”. El 2 de junio de 1603, se consagra a Dios por su profesión religiosa. Cuando vio que se acercaba el momento feliz de ir a gozar de la presencia de Dios, pidió a los religiosos que entonasen el Credo. Mientras lo cantaban, entrego su alma a Dios. Era el 3 de noviembre de 1639. Su muerte causó profunda conmoción en la ciudad. Había sido el hermano y enfermero de todos, singularmente de los más pobres.
Los invito a ponerse de pie y cantando con el coro presenciemos el ingreso de nuestro celebrante.
GLORIA:
Gloria a Dios que con su gracia y misericordia siempre esta con los brazos abiertos, esperándonos, cantemos con júbilo el himno del gloria.
PRIMERA LECTURA: De la carta del Apóstol San Pablo a los filipenses (1,18-26)
Aunque San Pablo
...