Critica A La Película Ciudadano Kane

Ciudadano Kane

Todo comienza en estados unidos con el asesinato del millonario Charles Foster Kane, en Xandú, un empresario dueño de una cadena de periódicos, una red de emisoras, dos sindicatos y una gran colección de obras de arte. Pero, antes de morir pronuncia una palabra “Rosebud” que produce un gran enigma en el periodista Jerry Thompson y en la población. Así comienza a entrevistar a aquellas personas cercanas en algún momento de la vida de Kane para conseguir el significado de esta palabra.

Hay que admitir que en cierto punto el inicio de la película con el cartel “NO TRESPASSING”, el reflejo del castillo en el lago, más todas las características góticas de aquella escena nos hacen pensar en un principio que todo empieza en un cementerio. Pero hay que aceptar también que el audio, creado por Bernard Herrmann junto con Alfred Hitchcock, ayuda a generar cierto escalofrío para aquellos que ven la película por primera vez. Porque aunque la película sea en blanco y negro, y que el primer sinónimo que se nos venga a la cabeza sea “primitivo”, y el audio no sea muy bueno, se hizo un gran trabajo.

Es una película marcada como una de las mas importantes en la historia del cine durante la década de los 40’ por su contenido, ya que marca un antes y un después en la consagración de conceptos cinematográficos; su producción, dirección, y sobre todo algo que deslumbra y es la fotografía, a cargo de Gregg Toland un importantísimo director de fotografía, quien luego admitiría que hasta él había quedado impresionado con el trabajo final. Los ambientes musicales crean muy bien una atmosfera de terror, romanticismo, intriga y suspenso en cada escena. Lo que hace que la película sea más interesante. Pero, aparte de la fotografía, el Guion que contiene temas como la nostalgia, la importancia de la sencillez o de la codicia y la melancolía; esa combinación especial entre Herman J. Mankiewicz y Orson Welles, junto con los intérpretes fueron en parte la base del gran éxito de ésta.

Orson Welles tenía nada más y nada menos que 25 años cuando dirigió y produjo esta gran obra maestra cinematográfica. Hoy está indiscutiblemente considerada como la mejor película de todos los tiempos pero es increíble saber que esta no obtuvo ningún gran éxito en el público ni se llevó premios (solo obtuvo un Oscar). Pero esto se puede deber a que Welles era muy joven, además que en aquel año compitió con directores importantísimos como John Ford, Howard Hawks o William Wyler.

Sin embargo no hay que olvidarse de un detalle muy importante y es que Orson Welles afianzó la “teoría del autor”, el cineasta es su propio guionista, siendo tan joven.

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