Critica Tinta Roja

ANÁLISIS-TINTA ROJA

Tinta roja es una película que trata del periodo de prácticas de Alfonso en el periódico sensacionalista El Clamor. En Policiales conoce al jefe Faúndez, este se enorgullece de no haber estudiado nunca nada, y se jacta de saber más que toda la generación de Alfonso. Lo compara con Vargas Llosa y lo llama Varguitas, lo entrevista y le da a entender que no sirve para el puesto; aun así, lo lleva a un día de trabajo, el resto es de suponer, Varguitas al principio no se ¨halla¨ en su trabajo pero con el pasar de los días y las situaciones extremas y sangritas a las que se enfrenta lo hace cada vez mejor a la hora de escribir en el área de policías, incluso llegando a ser mejor que su mentor, Faúndez.

La conclusión más obvia de esta película es que la prensa amarillista deshumaniza la violencia en busca de lectores, construyendo noticias en base a literatura mediocre y “lacrimógena”, en donde el periodista rebasa todos los límites de la subjetividad, a tal punto de convertir un hecho violento, en algo divertido y normal.

La prensa amarillista no busca llevar la información más certera al lector. En ese tipo de periodismo lo que menos importa es la verdad. La fascinación con este tipo de prensa entre los lectores ha llevado a que los periodistas enfaticen en hechos violentos, a sabiendas de que esto es lo que vende y lo que consume su púbico.

La subjetividad es el eje central de la prensa amarillista, ante esto el periodista mexicano José Luis Jáquez Balderrama, dice: “El periodista de hoy no sólo se exige estar más preparado sino que debe ser escrupuloso en el respeto de la verdad. De igual manera debe ser un crítico con fundamento y ser vigilante de los valores morales, sobre todo en el manejo de la nota roja, pues hay que recordar que diariamente le toca "juzgar" a los hombres y a sus actos”.

Un factor concluyente del sensacionalismo es su estilo narrativo, que involucra tanto la elección de los hechos como la construcción de los mensajes que ofrece a sus lectores; a diferencia del periodismo tradicional, este emplea un lenguaje sobrio y frío y trata de ceñirse a la descripción de los hechos o a la transcripción de los dichos, el sensacionalista se alimenta de asuntos próximos a la colectividad, extraídos de su cotidianidad y por tanto de mayor realismo; su lenguaje es coloquial y sencillo, usa adjetivos prejuiciosos y con una presentación de los hechos y dichos que busca convertir al destinatario en un testigo imaginario, esto es, de transmitirle la vivencia de cómo se habría sentido si hubiese estado allí, viendo y/u oyendo lo narrado.

Ante esto Gérard Imbert periodista español, afirma que el sensacionalismo puede ser entendido como "visibilización excesiva de la realidad y dramatización del relato, es decir, exacerbación a la vez descriptiva y narrativa".

Dicho esto, esa reconstrucción detallista,

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