Crítica a "Ilusiones Ópticas" de Cristián Jimenez

ILUSIONES ÓPTICAS:

UN BALANCE ENTRE EL CINE INTIMISTA Y EL CINE CON PANFLETOS.

Por: Joan S. Viáfara

Cine Contemporáneo

Carrera de Cine y TV, Tercer año

ICEI – UNIVERSIDAD DE CHILE.

“Ilusiones Ópticas” (2009) de Cristián Jiménez, es un claro ejemplo de lo que los críticos han categorizado como el nuevo cine chileno. Es una película intimista, que narra historias a puertas cerradas, de cuatro paredes, con personajes inexpresivos, confundidos, solitarios, que deambulan, que callan, que parecen no saber qué querer. Una película que evita la narración clásica y que propone una estética visual y narrativa moderna e independiente.

Lo curioso para mí con esta película es que aunque se aleja bastante de lo que Alicia Scherson llama “filmes con mensajes o con panfletos” (1), pues no da cuenta de manera explícita de la realidad política y social del país, logra balancear de manera bastante consistente la historia intimista con el contexto social. Es decir, sí tiene un panfleto, pero se propone una manera bastante minimalista y sutil de exponerlo. Y hay varias características que me ayudan respaldar la afirmación anterior.

Primero, “Ilusiones Ópticas” es un relato coral. Varios son los protagonistas y ninguno a la vez. Las historias se entrecruzan, se abandonan y se retoman a lo largo de la narración. Claramente esto es una característica del cine moderno que aplicada al contexto chileno logra establecerla afuera de lo que en Chile se considera clásico, es decir, el cine post-dictadura que con muchos o pocos personajes se hacía cargo de la realidad política.

Aunque haya modernismo en Ilusiones Ópticas por el uso que se le da a sus personajes, y aunque parezcan inexpresivos, pasivos, aburridos, callados y solitarios, aunque se noten a disgusto con lo que son, aunque el film nos enfrente a ellos desde una mirada intimista, se nota en su tratamiento, en lo que les pasa, en el modo en que se dirigen los actores para representarlos, un leve reflejo del contexto en el que viven. No lo ignoran.  No se ven desafectados por él. No es casual el hecho de que estos personajes vivan en una ciudad reconocida por su increíble paisaje y que sus vidas se estén viendo afectadas implícitamente por factores como el progreso en infraestructura o la modernización a la que ésta se está sometiendo, por el desempleo o por los cánones de belleza que pretenden regir al chile actual provocando, por ejemplo, que Manuela (Paola Lattus) quiera ponerse implantes en los senos o que Rafael (Eduardo Paxeco), se atreva a tener dos empleos aunque eso le implica un gracioso agotamiento físico. Es decir, La película se sabe moderna en el modo que utiliza sus personajes, pero desde varias partes, principalmente el guion, se pone como prioridad no descontextualizarlos. Pone sus mundos privados dentro de la realidad de su país.

Ahora, esa relación antes mencionada que tienen los personajes con el espacio podría servirnos como una segunda característica para entrever cómo convive la modernidad del relato con el clasismo de panfleto antes mencionado. Quiero aquí hacer mención a la estética de la película, a sus decisiones fotográficas. Ilusiones Ópticas es un film bastante bello visualmente, pero dicha belleza no es aleatoria. No es por gusto; Tenemos colores desaturados, opacados, que pretenden mostrarnos la frialdad climática, pero también anímica en la que viven los personajes. Más que eso, podemos contemplar varios escenarios que nos hablan del proceso progresista al que se está enfrentando Valdivia, locación de la Película. Gracias a la ceguera de Juan (Iván Álvarez de Araya), la cámara parece plasmar de manera implícita, pero crítica, la imposibilidad que tiene el personaje de ver el cambio de sus parajes. Una imposibilidad que es más consciente y voluntaria pues él preferiría volver a estar ciego antes de lidiar con el incómodo proceso de recuperar su visión. Esto se ejecuta distorsionando en un par de escenas la imagen en el plano y creo que sirve bastante bien para evidenciar esa especie de nostalgia que vive ese personaje en particular, y todos los demás, de manera tácita y contenida.

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