EL Sirviente: Servir Por La Causa
Enviado por andresflu • 20 de Junio de 2012 • 1.531 Palabras (7 Páginas) • 540 Visitas
Por Andrés Fluxa
"Mientras yo intento liberarme del dominio del prójimo, el prójimo intenta liberarse del mío; mientras procuro someter al prójimo, el prójimo procura someterme"
(Sartre: El ser y la nada)
"Si tú eres, soy yo el que no soy y si yo soy eres tú el que no es"
(Lacan)
El Director. Causas y consecuencias.
Un fanático suele usar muy seguido la palabra hereje. Ese fue el caso de Joseph McCarthy, descendiente de irlandeses, abogado y político que llegó a ser senador del Estado de Wisconsin en 1947. McCarthy fue el impulsor de un movimiento anticomunista y antianarquista conocido como "caza de brujas" (hoy también macartismo) que se ocupo de perseguir a escritores, científicos, profesores, artistas, actores y directores. Por suerte los excesos tarde o temprano son juzgados a favor de la cordura; este personaje terminó desacreditado y murió de cirrosis el 2 de mayo de 1957. En las "listas negras" figuraban nombres como Gary Cooper, Charles Chaplin, Jules Dassin, Humphrey Bogart, Gene Kelly y, por supuesto Joseph Losey, que tuvo que exiliarse en Europa donde, entre otras cosas, empezaría su colaboración con el dramaturgo británico Harold Pinter, unión que daría como resultado tres películas: “Accidente” (1967), “El mensajero del amor” (1970) y "El Sirviente", la primera de la serie con la cual Pinter comenzaba a incursionar en el medio cinematográfico.
El argumento.
Lugar: ¿Londres? Tiempo: Década de los sesenta. Situación: Después de exponer su pasado y cualidades laborales, un mayordomo consigue trabajo en la casa de un aristócrata que, poco a poco, por diversas circunstancias, termina perdiendo toda autoridad y cordura, viéndose sobrepasado por su sirviente que pasa a disponer del poder y posesión de la mansión.
Desarrollo-Análisis.
Barret, vestido como un caballero, camina de forma gallarda por la calle; es el sirviente. Llega puntualmente a su cita laboral. La puerta esta abierta, no hay muebles porque es recién comprada. Entra. Su futuro señor se ha quedado dormido y aduce "demasiada cerveza con la comida". Es entrevistado y se le advierte que necesitará "alguien que cuide todo en general". En este simple comienzo se puede apreciar dos elementos fundamentales para la posterior comprensión del film: la disposición de cada uno y la dependencia total de Tony hacia Barret.
Hay que distinguir dos actitudes diferentes de Barret. Una es cuando esta frente a su amo, cumpliendo con su posición y sus deberes a la perfección, con celeridad, delicadeza y sumisión. Ahora bien, en las escenas que muestran a Barret fuera del ojo avizor de Tony, en soledad o fuera de la casa, se lo puede ver en su expresión real, no condicionado por su rol y despojado de melindres. Hay numeroso ejemplos de esto. Uno cuando aparece Barret con guantes para servir la cena, pero en la siguiente escena está fumando sosteniendolos con desprecio y hasta con repugnancia. Lo mismo pasa cuando sale de la casa: ahí, fuera de la mansión, Barret es seguro y agresivo, como cuando se encuentra en una cabina, en la calle, hablando por teléfono y unas damas que lo instigaban para que se apresure son maltratadas verbalmente. Esas actitudes son la ira acumulada por las constantes situaciones que debe sufrir por su condición de sirviente. Su dignidad es pisoteada tantas veces que es generadora de un resentimiento que estalla en lugares que no lo comprometen.
Dialogo para el ego argentino. La clase alta británica y sus excursiones imperialistas al Nuevo Mundo.
- Yo estuve en Argentina de niña. Encontré Argentina fascinante.
- Será muy interesante.
- Fascinante querido.
Comienzo de la ocupación.
Cuando Barret tiene que salir por unos días, deja a su hermana Vera a solas con Tony. En ese momento se produce una situación memorable. En la cocina Vera seduce a Tony, envuelto en el encanto prohibido y amoral de sus faldas cortas. La escena se estira, se ahogan los personajes, se ahoga el espectador. Unas gotas caen repetidamente sobre la pileta de acero y su ruido anormal aumenta la tensión hasta una dimensión agobiante que es atravesada súbitamente por una no menos ruidosa llamada telefónica que nunca será contestada: deseo, caída en el placer pecaminoso, perdida de poder en Tony y aumento en Barret.
Aparecen muchos otros recursos técnicos que marcan los antagonismos y los diferentes estados de animo (luces y sombras, picados y contrapicados, etc.) y que deberían servir como ejemplos en muchos directores actuales que han llevado el lenguaje cinematográfico a un plano de simpleza y mediocridad. Pero quiero presentar otro ejemplo del uso de sonido en forma de contrapunto. Es la escena
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