Fifty Shades of Grey
Enviado por giohdz95 • 30 de Septiembre de 2014 • Resumen • 456 Palabras (2 Páginas) • 253 Visitas
Fifty Shades of Grey de Erika Leonard James es la primera novela de una trilogía de contenido erótico ‒compuesta también por Fifty Shades Darker y Fifty Shades Freed‒. Se publicó en forma de libro en mayo del 2011 por una compañía australiana, aunque antes había sido ya publicada por medio de e-books.
En estas líneas me propongo enumerar los rasgos propios de la novela popular que aparecen en Fifty Shades of Grey (2012) y, partiendo de estos, analizarla críticamente. Intento demostrar que su éxito entre el público se basa en el calco por parte de la autora de los códigos típicos de la novela popular, no en su calidad literaria. E. L. James reproduce unos lugares comunes en su novela que le impiden separarse del conjunto de autores populares y mostrar rasgos de creatividad individual.
Según The Wall Street Journal, Fifty Shades of Grey “is one of the fastest- selling book series in recent memory”, además de ser “this year’s pop-culture phenomenon” (Trachtenberg, 2012: n. pág.). Dentro del ámbito académico anglosajón, las opiniones sobre la calidad literaria de Fifty Shades of Grey son divergentes: la autora y profesora Roxane Gay confiesa que la lectura fue una experiencia deliciosa y la compara con la visión de una película pornográfica (Harris, 2012.n. pág.); otros son ambiguos en sus opiniones, así, por ejemplo, Eric Selinger, coeditor del Journal of Popular Romance Studies declara: “But even without getting all fancy, I’d say that this book had a lot of things going for it that weren’t in the story itself” (Harris, 2012: n. pág).
En España, se han vendido 800.000 ejemplares. Es una novela muy leída entre las jóvenes universitarias e, incluso, entre las madres de éstas o sus abuelas. A este respecto, Carmen Mañana, en el diario El País, afirma: “Leer a Corín Tellado no está igual de bien visto que devorar la saga de 50 sombras. Aunque, en esencia, se trate del mismo tipo de historias, etiquetables [sic] cualquiera de ellas con tres rombos rosas” (2012: n. pág.).
Su éxito ha sido rotundo entre los lectores. Si preguntamos a nuestras universitarias, muchas de ellas están leyendo Fifty Shades of Grey. ¿Qué está ocurriendo? ¿No debe partir el profesor de Literatura de las novelas que lee el alumno para analizarlas y, luego, pasar a otras más complejas? ¿No debe el profesor acompañar al alumno en su lectura? ¿Por qué tenemos, pues, que esperar a que pasen los años para analizar este tipo de novelas “populares” ‒igual que ha ocurrido con autoras españolas del primer franquismo, como, por ejemplo, Carmen de Icaza (1899-1979) ‒? Analizar la novela popular contemporánea puede tener un efecto pedagógico ya que enseñará a los lectores a distinguir las obras que eligen, capacidad que debe estar presente en su formación literaria.
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