LA LEY DE HERODES
Enviado por Davidfrancoa • 23 de Agosto de 2013 • 1.125 Palabras (5 Páginas) • 374 Visitas
Parte de la lucha por una independencia real de los Estados Americanos, es la que se lleva a cabo en contra de nuestros gobernantes.
A partir de la colonización por parte de los Estados Europeos al continente Americano, se ha manifestado una línea de comportamientos ajenos a los principios del ser humano, que esta región no han podido evadir, esto es la imposición de mandatos ajenos a un fin beneficioso de las comunidades pertenecientes a esta sociedad Occidental.
A través de los años, en el continente Americano, se han librado luchas importantes para la consecución de derechos y libertades, pero considero el momento apropiado para realizar esta pregunta, ¿Hemos alcanzado la independencia y/o libertad soñada? sale a relucir este interrogante, debido a que en el siglo XXI todavía discutimos acerca de cómo nos gobiernan, porque nos gobiernan y para que nos gobiernan.
En 1999 el director de cine Luis Estrada Rodríguez, da vida a la película la Ley de Herodes, film que trata de una comedia Satírica sobre la corrupción política de México durante el extenso mandato del PRI (Partido Revolucionario Institucional).
Esta sin recorte alguno, representa la triste historia de gran parte de los países Latinoamericanos, historia que se repite día a día, sin que se cree la más mínima conciencia. Lo que estamos haciendo, no es más que tomar el camino inapropiado, la riqueza, el poder, son anhelos propios del ser humano, pero que camino o herramientas tomemos, son las decisiones que hace a los sabios.
En la película es menester analizar cada uno de los comportamientos de los personajes, y es que esta goza de un sin número de representaciones que nos permiten profundizar acerca del asunto en estudio.
Juan Vargas es un miembro del PRI, que es asignado como alcalde de la localidad de San Pedro de los Saguaros (México) por el secretario del Gobernador, este es un hombre poco astuto, ingenuo e ignorante, que sin mediar palabras acepta el cargo, asumiendo con el mayor compromiso su labor. Cuando se traslada a su nuevo lugar de trabajo, se da cuenta que la vida nuevamente le juega una mala pasada, San Pedro de los Saguaros es un pueblo de indígenas, que no hablan español y su población se podría considerar analfabeta por falta de una escuela.
Vargas, como todos los gobernantes enviados del gobierno es aceptado por la comunidad, la localidad esta marchita por la pobreza (esto para comenzar es el traspié de los sueños de cualquier gobernante) y la recaudación de impuestos se convierte en la herramienta apropiada para él, pero como es de esperarse su oportunismo e ignorancia salta a la vista, se viste de gala con el traje más admirado por los hombres, el de la autoridad, y con el poder, como su arma se apodera de un pueblo que carece de las necesidades básicas y que su fortín no es más que una tienda, una iglesia y un cabaret, siendo este ultimo en convertirse en el talón de Aquiles.
Discrepancias con la propietaria de este sitio lo lleva a la capital, a una reunión con el secretario del gobernador, enmarcada por los símbolos de un país que lucha por la modernización, y en el que logra todo el apoyo de su superior, atribuyéndole dos herramientas importantes para el desempeño de su trabajo, este le entrega un arma de fuego, convirtiéndose esta, en la piedra de arena faltante para la constitución de su fortaleza.
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